El piloto compite a contar de hoy en la Fórmula Renault como parte de la fiesta del TC2000.
Una verdadera fiesta motor es la que protagonizarán los bólidos del TC2000 argentino durante todo este fin de semana en el autódromo de Codegua, correspondiente a la 11ª y penúltima fecha del campeonato de ese país y en el que también habrá representación chilena en una de las categorías que acompañarán la jornada.
Uno de los créditos chilenos es Felipe Schmauk, hijo de Alejandro, ex piloto y comentarista motor, quien comenzaba a correr hoy en una de las tres carreras que forman parte del campeonato de la Fórmula Renault 2.0, una de las categorías que integra el show tuerca que trae al país el Súper TC2000.
En su tercer año a bordo de un monoplaza de esta serie, Schmauk (23 años) marcha quinto en la tabla de posiciones en un campeonato que ha recorrido toda Argentina, país en el que ha crecido como piloto. "Hice mis primeras armas en Chile corriendo karting , pero en Argentina comencé a correr en autos grandes y fue allá donde adquirí todas las habilidades para la conducción", dice Schmauk.
"Esta es la primera vez que la categoría sale de Argentina para disputar una fecha en Chile -añade Felipe- y eso nos tiene a todos con mucha expectativa. He estado todo el año peleando el campeonato y bajé al quinto puesto debido a problemas con el motor en las últimas carreras, pero si logró algo bueno en Codegua creo que tengo aún muchas posibilidades de ganar el campeonato".
-¿Qué te parece el hecho de tener esta fiesta motor en Codegua?
-Es muy bueno para nuestro automovilismo y para mí una emoción muy grande, porque este ha sido mi mejor año deportivo y soy el chileno con mejor chance de ganar la carrera en la Fórmula Renault 2.0. Quiero ser la estrella chilena en Codegua. Hay que disfrutar este momento. Llevamos mucho tiempo de sequía en el automovilismo y este es un primer gran empujón para que la gente se acerque a este deporte nuevamente.
-Esta pasión viene directamente por tu papá, me imagino.
-Sí y no.
-¿Cómo es eso?
-De niño supe lo que era ir a las carreras y los autos gracias a mi papá, él era piloto y lo íbamos a ver, pero no manifestaba mayor interés en este deporte cuando tenía seis años, en cambio a mi hermano mayor, Alejandro, le gustó enseguida. El comenzó a recibir esa mayor influencia de mi papá y cuando lo vi correr a él me comenzó a gustar y quise imitarlo. Tuve que molestar varios años a mi papá para que me sentara en algún auto de carreras y cuando vio que había potencial comenzamos a proyectarnos.
-¿Qué expectativas tienes en el automovilismo?
-Hemos estado barajando varias opciones. Quizás sea mi último año en esta categoría y lo más probable es que me suba a algún auto más grande en otras series. Siempre dependerá de los recursos. Me da lata, porque en Argentina veo apoyo al deporte de parte del Estado y pienso que en Chile también podrían ayudarnos. No es que quiera hacer un llamado, pero sería bienvenido una mano para conseguir más triunfos y proyección. Lamentablemente en este deporte no se ha llegado más lejos porque falten pilotos con talento, sino por falta de dinero.
