Tuvo su primera experiencia en el Endurance Challenge de 160K y fue tercero.
Aunque por estatura y peso (1,66 metro y 57 kilos, respectivamente) no impresiona a nadie, Rodolfo "Pre" Díaz fue un gigante en una de las pruebas más duras del planeta: 160 kilómetros por el cordón cordillerano que rodea Santiago, y que le valió el tercer lugar en el Endurance Challenge 2014, que por primera vez abarcó esa distancia en Chile.
El atleta fue el único chileno en concluir esa distancia con un tiempo de 25 horas 04 minutos y 18 segundos, donde debutó en ese kilometraje, ya que la prueba más exigente que había tenido en trail running fueron los 100K del "Patagonia Run" el año pasado.
"Fue una experiencia increíble y estoy contento por mi tercer puesto; lamentablemente, cuando me faltaban 40 kilómetros me lesioné de una rodilla, por lo que debí reducir mi ritmo de carrera", cuenta
"De lo contrario, habría estado bastante más cerca del primer y segundo lugar (el guatemalteco Juan Carlos Sagastume y el argentino Israel Escudero), que cronometraron 22 y 23 horas, respectivamente, porque iba pegado a ellos", agrega "Pre" Díaz.
Su curioso apodo de "Pre" proviene del legendario atleta norteamericano Steve Prefontaine, quien participó en los Juegos Olímpicos de Munich 72 y falleció prematuramente en un accidente. Prefontaine batió varios récords nacionales en Estados Unidos en la milla y está considerado uno de los precursores del running.
El trazado del Endurance en el que compitió el chileno fue por la precordillera atravesando las comunas de Vitacura, Colina, Santiago, Las Condes, Lo Barnechea y La Reina, y representó para este atleta de 38 años entreverarse con la élite de los ultramaratonistas que llegaron desde diversas partes del mundo.
Hoy su vida deportiva transcurre entre el club que dirige -"AnimalTrail", enfocado a ultramaratonistas-, y las competencias de montaña en las que ha ido forjando su carrera que comenzó a los 22 años casi como una humorada cuando un amigo lo invitó a una corrida de 10K.
"Sin entrenar y de puro patudo me inscribí e hice un tiempo de 38 minutos. Ahí fue cuando me dijeron que tenía condiciones y me fui entusiasmando y aumentando las distancias", relata.
Posteriormente vino una etapa de consolidación en la que llegó a participar en maratones corriendo las de Santiago y Buenos Aires. "Con el tiempo el plano (la ciudad) se me fue haciendo aburrido, después del kilómetro 30 se me hacía monótono y sentí que necesitaba algo más fuerte y a los 30 años di el gran salto de comenzar a correr en los cerros", relata.
-¿Cuáles son las principales diferencias para ti de correr en montaña a la urbe?
-Lo primero es el paisaje, el entorno de ir atravesando lugares atractivos y desconocidos; segundo que es mucho más intenso y tercero que es más completo físicamente y, en todo sentido, en cuanto al tipo de preparación sicológica y nutricional que debes tener para atreverte a correr en los cerros.
"Pre" Díaz rememora que los primeros 80K de la prueba los pasó "como avión"... pero entre el kilómetro 120 (conocido como entrada Antawaya) y hasta el kilómetro 160 en San Carlos de Apoquindo, la inflamación de una rodilla fue determinante para que tuviera que cambiar el tranco de carrera.
"Felizmente le había sacado tanta ventaja a los que venían detrás de mí que pude conservar el tercer lugar a pesar del tiempo perdido", dice.
El atleta señala que por tratarse de su primera experiencia en la distancia, el principal objetivo era finalizar la prueba. "Pude terminarla bien y en tercer lugar, lo que sin duda es una meta cumplida".
Lo que lo deja contento es que una vez concluida pensó que estaría muy mal los días siguientes y no fue así. "Creí que iba a ser peor y quedaría hecho pedazos, pero a las 48 horas de terminada la carrera, ya estaba bien y sintiéndome entero".
De aquí en adelante el proyecto es dos carreras por año en el exterior. Quiere estar en el Endurance de Argentina en San Martín (abril 2015) y Ecuador o Colombia (julio) para que no se topen con los 160K de Chile... pero siempre pensando en el Mont Blanc, al que tiene entre ceja y ceja.
Díaz sueña con participar el 2017 en la "madre de todas las batallas" y que es un giro al Mont Blanc, atravesando Francia, Suiza e Italia. Son 168 kilómetros con 9.600 metros de desnivel positivo y a través del cual se cruzan siete valles, 71 glaciares y 41 cumbres. Los mejores corredores completan el recorrido en poco más de 20 horas, pero la mayoría lo hacen entre 30 y 45.
"El Mont Blanc es fascinante, es el sueño de todo runner de distancias extremas y pretendo correrlo al cumplir los 40 años; esa es mi meta y para eso estoy trabajando", señala el atleta de Columbia.
