La promesa del rally chileno cuenta que "grandes talentos se pierden por la falta de recursos".
El "Burrito" Rodríguez -le dicen así desde muy niño- es un piloto de rally que no tuvo la escuela del motocross o el enduro , como Chaleco López o Carlo de Gavardo.
Con el desierto en el patio de su casa -es de Vallenar-, pasó de correr una moto de calle y de cuatro ruedas a una de rally , un cambio sideral que le vino bien y que le ha permitido ser uno de los corredores con mayor proyección en el mundo del rally cross country , no por nada a sus 25 años ya tiene cinco Dakar en el cuerpo y en el último terminó 17°.
Acaba de ganar el Desafío Inca en Perú, prueba inmersa en el 'Dakar Series', circuito oficial preparatorio para la gran travesía de enero, un paso enorme en su consolidación como piloto profesional.
"Este rally es la recta final para los pilotos que vamos al Dakar. El próximo año correré mi sexto Dakar y me viene de maravilla este triunfo".
-La ambición pasa por al menos igualar y superar el 17° puesto conseguido este año en la carrera...
-Sí, claro, esa es la meta. Los primeros años corría con el objetivo de terminar la competencia y adquirir experiencia, hoy esa ya no es mi meta, sino que voy buscando mejores lugares e ir mejorando año tras año. Quiero estar entre los 12 mejores.
-¿No has podido retomar tus estudios de Ingeniería Mecánica?
-Desde que empecé con el tema del rally traté de hacer ambas cosas en paralelo, estudiar en el Inacap de La Serena Ingeniería Mecánica Automotriz y correr, pero me di cuenta al final que no hacía ninguna de las dos cosas bien. Congelé a los dos años y me faltan otros dos para terminar. Desde el 2011 que estoy dedicado a tiempo completo al rally .
-¿Ves posible que más pilotos jóvenes entren al mundo de rally ?, no es un deporte barato.
-Hay buenos pilotos en el horizonte, pero como todo deporte en Chile, salvo el fútbol, es muy difícil conseguir financiamiento. Los montos que demanda el rally son muy altos, entonces muchas veces se pierden grandes talentos por la falta de recursos económicos y al final todo se limita a los pilotos que ya estamos.
-¿Y tú cómo lo hiciste?
-Tuve la suerte de contar con un sponsor como Tamarugal que me apadrina de manera espectacular, sin ellos no podría correr, porque mis papás no tienen una empresa detrás como ocurre con muchos en este deporte, mi papá depende de un sueldo, mi mamá también, ella es funcionaria pública. En mi casa estaban endeudados porque la guagua -o sea yo - quería ir a correr a Iquique y necesitaba 500 lucas para bencina. Pero a mi papá también lo movía la pasión. A los 17 años fue campeón de Chile y me tomó Tamarugal.
-Son pocos los que han logrado solidificar su carrera desde abajo.
-Exacto, él debe ser el único que gracias a una tremenda trayectoria y una vida dedicada a las motos ha conseguido un merecido apoyo de la empresa, pero si observas al resto, la mayoría tiene una familia que los ayuda y que pasa a ser el gran respaldo.
-¿Piensas que los pilotos que corren de manera profesional por Chile debieran recibir ayuda estatal?
-Me encantaría, pero siento que el motociclismo es mirado como un deporte elitista. No apoyan porque piensan que el que tiene moto, tiene plata, entonces para qué se le va a ayudar. Sería ideal que el Estado ayude a los buenos pilotos que les faltan los recursos.
-¿Y puedes vivir de lo que deja tu deporte ?
-La verdad es que yo no gano plata corriendo rally . Tamarugal me financia el deporte, lo que es harto y con eso yo no tengo que poner dinero ni mis padres tampoco, además me dan un sueldo, pero que me alcanza para vivir pero no me alcanza para ahorrar o pensar en una casa o un auto, es imposible. Esto lo hago por amor al arte, por la pasión que me mueve y con la ayuda de la familia Campillay que es dueña de mi equipo.
-Pero la idea no es seguir así todo el tiempo...
-No, claro, mi plan es estar arriba. Como deporte uno comienza a ganar en la medida que se ganan carreras o que uno se sube a los podios. El rally es un deporte de experiencia y estoy en ese camino, cimentando un futuro en el que pueda obtener más victorias y con ellos una mejor perspectiva económica.
