Hugo y Alejandro Tocalli han realizado captaciones en todo el país, charlas y un enfoque a largo plazo con las selecciones juveniles. También se considera a talentos en el extranjero.
Hace poco más de un año, el argentino Hugo Tocalli fue elegido por la Asociación Nacional de Fútbol (ANFP) como nuevo Jefe Técnico de todas las selecciones juveniles chilenas.
Con el aval y experiencia de sus exitosos procesos en el país trasandino, Tocalli identificó de inmediato que su labor no se podía basar exclusivamente en entrenar a los combinados nacionales y prepararlos para competencias específicas, sino que se necesitaba un enfoque más amplio.
Así, determinó realizar un ambicioso proceso de captación de valores jóvenes a lo largo y ancho de Chile. Para ello, la ANFP se coordinó con los clubes y se reconocieron 8 puntos estratégicos a través de los cuales se intentaría abarcar el mayor terreno posible.
"Visitar regiones es lo que queríamos hacer cuanto antes, porque creemos que hay que darles posibilidades a todos de poder ser observados y que tengan la mismas oportunidades al igual que en Santiago", señaló Alejandro Tocalli, otra reconocida autoridad en la materia al otro lado de la cordillera y que, como coordinador del Area Técnica, es el encargado de implementar las ideas.
De esta forma, durante septiembre y octubre del 2013 se realizaron jornadas especiales en Iquique, Antofagasta, Coquimbo, Valparaíso, Curicó, Concepción, Talcahuano y Temuco (ver detalle), en las cuales se observaron más de 500 promesas, nacidas entre 1995 y 1999 y "recomendadas" especialmente por sus clubes, quienes a su vez desarrollan sus propios procesos de captación y tienen escuelas de fútbol a nivel nacional.
Para identificar a los valores más atractivos se desarrollaron varios grupos de trabajo. Encabezados por "los Tocalli", fueron considerados varios aspectos, por lo que se incluyó a los preparadores físicos Osvaldo Alegría y Nelson Garrido, los asistentes Leonardo Zamora y Alex Whiteley, los técnicos audiovisuales Juan Carlos Alegría y Víctor Cifuentes -encargados de registrar las imágenes- y los entrenadores en jefe de las selecciones menores: Hernán Caputto de la Sub 15, Alfredo Grelak de la Sub 17 y los dos que han estado al mando de la Sub 20, Mario Salas primero y, luego, el recién renunciado Claudio Vivas.
Con partidos y pruebas individuales, se buscó que el procedimiento fuera lo más objetivo posible; de hecho, no se trabajaba con nombres y la única guía eran los números de las camisetas, a fin de evitar "prejuicios". Y a los que se les veía futuro se les dividió en cuatro categorías: destacados, muy buenos, interesantes y aquellos que vale la pena seguir considerando, pese a no impresionar de buenas a primeras.
A continuación, los talentos reconocidos fueron citados al Complejo Fernando Riera -punto neurálgico de las divisiones inferiores, ubicado frente a Juan Pinto Durán- quienes durante varias jornadas participaron en una serie de entrenamientos y otras actividades, como análisis médico y táctico y charlas.
La idea, según apuntan en la ANFP, es "formar futuros seleccionados íntegros, cuya valoración no se base sólo en el talento". Esto implica, entre otros elementos, mano férrea con la indisciplina, una mirada global de lo que implica ser deportista y profesional y el manejo con los medios y la prensa.
Por eso, se estableció una nueva subdivisión con tres perfiles para empujar su integración lo antes posible a las selecciones menores: "citables" (convocados de inmediato a un entrenamiento de su categoría respectiva), "a observar" (seguimiento permanente) y "preseleccionado" (que seguirán siendo considerados).
Esta metodología tiene como meta que quienes lleguen hasta la selección juvenil de mayor relevancia, la Sub 20, lo hagan con un bagaje más completo que antes. Por lo mismo, los malos resultados que provocaron la salida de Claudio Vivas, si bien incomodan, se asumen como baches en el camino de un proceso mayor. "Los clubes y sus divisiones inferiores basan casi todo en ganar o perder, esa es la diferencia. Aquí no solo interesa que jueguen bien, sino también que sean deportistas completos, aunque eso afecte los resultados", indica una fuente en la ANFP.
Esa misma idea va de la mano de otra decisión estratégica: todas las selecciones juveniles trabajan dando "ventaja".
Por ejemplo, Alfredo Grelak lleva meses trabajando con un contingente de menores de quince años, que serán el grueso del plantel que nos representará el próximo año, como locales, en el Mundial Sub 17. A ellos se han integrado en distintas etapas los valores encontrados en regiones y, muchos de ellos, ya han competido en eventos internacionales como Montaigú (Francia), Gradisca (Italia) o el Sudamericano disputado en Bolivia.
Lo mismo ocurre con la Sub 15, a cargo de Hernán Caputto, quien está preparando a jugadores de doce y trece de cara al certamen del año 2017.
"A nivel formativo, lo ideal es que jueguen en una categoría mayor a la que corresponde", comentan en Quilín.
El caso de Miiko Albornoz, sueco pero habilitado para representar a la Roja por la nacionalidad de su padre, podría ser sólo el primero de varios más.
De hecho, en la planificación está el identificar a todos aquellos jóvenes en el extranjero que lleven sangre chilena por nexos familiares.
Así, hoy en la carpeta de Tocalli hay 21 casos potenciales que están siendo monitoreados, de los cuales 10 ya fueron evaluados en vivo y en directo.
Entre ellos está, por ejemplo, Nazareno Fernández, el hermano de Matías que juega en el Villarreal de España. Defensa central, ha entrenado en Santiago y trabajó con el equipo que disputó los pasados Juegos Suramericanos.
En una reciente gira a Estados Unidos, se invitó a participar en los entrenamientos a Adolfo "Fito" Ovalle -hijo del ex futbolista del mismo nombre, radicado en ese país- y convocaron a Marcos Bustos, hijo de padre chileno y madre italiana que vive en Canadá.
E incluso hay un nuevo Miiko Albornoz: el delantero Daniel Silva, que pertenece al Sirianska de Suecia y no habla español, pero que hace un par de semanas visitó nuestro país por primera vez.
"El objetivo principal es encontrar los reemplazantes de la selección adulta de hoy, es una responsabilidad muy grande y en la que estamos todos trabajando. Hemos observado la mayor cantidad de jugadores y les estamos dando gran cantidad de minutos internacionales, parte de lo que necesita el jugador chileno para llegar a la selección adulta. Más allá de los resultados, que a todos nos gustan, si no logramos entregar jugadores a la adulta, no sirven de nada", indica Hugo Tocalli.
Estos tres jugadores han integrado las selecciones juveniles y brillan en el campeonato nacional infantil.
Mathías Pinto (15 años). Puntero, Universidad de Chile
"Creo ser bueno, pero me faltan cosas, nunca me conformo con lo que tengo. Mi mayor virtud es la que me dicen mis profes, la potencia en el disparo; mi defecto, ser descontrolado. Como referente tengo a Marcelo Salas, pero me gustaría jugar con Cristiano Ronaldo, mi ídolo. Vestir la camiseta de la selección es, primero que todo, un orgullo, porque refleja que estoy haciendo bien las cosas".
Luis Salas (16 años). Delantero, Colo Colo
"He jugado en todos los puestos, de volante central, de diez, de lateral y ahora volví a jugar de delantero, que es lo que más me gusta y donde siento más confianza porque es mi posición Me identifico con 'Chupete' (Suazo), el es mi referente. Ser llamado a la selección es una experiencia muy bonita".
Matías Rosas (16 años)Volante, Universidad Católica
"Mi sueño es llegar a Primera División y, por supuesto, seguir representando a mi país con la selección. Cuando te nominan, sólo tienes que dar el mayor esfuerzo".