La triple campeona de los Odesur en lanzamiento de la bala admite que Catalina, su hermana mayor, es su cable a tierra. Fue asesora de la ex Primera Dama y hoy es el brazo derecho en la carrera de la deportista. "Fue chocante para la familia aceptar su carácter y entender su fijación por este deporte teniendo 15 años", cuenta.
Una de las reinas de Santiago 2014 fue, por carisma y rendimiento deportivo, Natalia Duco. No sólo revalidó su oro en los Suramericanos, sino que se transformó en una verdadera jefa de barra ante los más de 20 mil espectadores que llegaron al Estadio Nacional para vitorear el atletismo de los Odesur.
Tiene una personalidad avasalladora, fuerte y decidida. Es así desde los 15 años, cuando ante la mirada absorta de sus padres y hermanas, les dijo que se quería dedicar al lanzamiento de la bala.
Hoy es una deportista olímpica -fue novena en Londres 2010- que logra frenar parte de su impulsiva personalidad gracias al "cable a tierra" que tiene a su lado: su hermana, Catalina.
La "Cata" es la mayor de las tres hermanas Duco. La deportista es la del medio y Beatriz la menor, con 23 años. Catalina es periodista, acaba de terminar sus labores en La Moneda como asesora de la ex Primera Dama Cecilia Morel (ver recuadro) y, por el momento, está dedicada a ordenar y perfilar a su hermana en temas comunicacionales.
"Ella es mi sister manager ", dice Natalia al presentarla. "Me ordena y me perfila, porque yo soy medio loca y ella es muy centrada", explica con toda franqueza la deportista.
Antes de esta entrevista, Catalina la acompaña a todos lados en el Estadio Nacional, ahorrándole el lidiar con los avatares propios de una deportista codiciada por el medio.
"Ella me ayuda con muchas situaciones complicadas para mí. A veces me puedo poner pesada entre tanta gente y periodistas. La Cata organiza mis cosas y hasta tiene relación directa con mis auspiciadores. Es una tremenda ayuda y, lo mejor es que sé que hará lo mejor para mi beneficio y sin esperar nada a cambio", dice Natalia.
"Trabajo en todo lo que puedo con Natalia -complementa Catalina-. Fue en los Juegos Olímpicos de Londres cuando comencé a dimensionar todo lo que rodea a un deportista de alto rendimiento y desde ahí que le ayudo. Trato de verle sus temas comunicacionales, en redes sociales, el sitio web, le ayudo en algunas entrevistas y en definitiva intento estar con ella lo más posible". .
Y no sólo Catalina le ayuda. Su hermana menor, Beatriz, también colabora en aspectos más bien hogareños. "La Bea a veces me cocina cuando estoy muy cansada o me hace todos esos trámites que son cachos, como comprar los suplementos o depositar algún cheque. En general me acompaña bastante cuando estoy en Chile, que son pocas ocasiones".
-También son el soporte para los momentos complejos...
-Uno trata de ayudar en lo que puede, pero la verdad es que es complicado llegar a dimensionar el sacrificio, el dolor, el esfuerzo y las horas de entrenamiento que hay en el interior de cada deportista. Intentamos apoyar, pero es una batalla muy íntima.
A parte de Natalia, su hermana Beatriz, estudiante de Ingeniería Comercial, representó a Chile en vóleibol con su universidad en una competencia internacional donde estaba Natalia también en bala. "Yo preferí trabajar, aunque jugaba vóleibol también, pero muy amateur", cuenta Catalina.
Natalia reconoce que no fue sencillo conformar a su familia respecto de su decisión de dedicarse a lanzar la bala profesionalmente.
"No fue fácil para mi familia entenderme. Fue un proceso largo, pero yo estaba confiada de que lo único que necesitaba era tiempo, porque yo veía algo que ellos no debido al país en el que estamos y por la poca cultura deportiva. Estaba muy segura, tanto que mi familia tenía dudas y hasta pensaba que quizás estaba algo loca, casi bordeando la demencia '¿o de verdad es buena para la bala?', pensaban".
-No se convencían...
-Lo que pasa es que yo soy muy radical, para mí no hay gris; es negro o es blanco, nada de medias tintas y en ese sentido fui muy intransigente, tenía 15 años y daba mi vida por la bala. Al final llegamos a una armonía y me apoyaron. Cuando decido algo, me tienen que matar para cambiar de postura. Soy muy cabeza dura.
-¿De dónde viene esa personalidad?
-Todos en la familia tenemos carácter fuerte y mi entrenadora cubana, Dulce Margarita García, tiene tremendo carácter y una obsesión por el triunfo, así que se juntó todo y me puse ciega en busca de mi objetivo sin importarme nada, sólo entrenar.
Catalina agrega que "al principio fue complicado asumir que Natalia se iba a dedicar, siendo tan chica, a una disciplina tan distinta y poco tradicional como es el lanzamiento de la bala. No nos cuadraba mucho lo que quería hacer, nos preguntábamos, ¿en qué minuto la Natalia se enamoró de este deporte?".
Apunta que "lo bueno es que nuestros padres siempre fueron de apoyar lo que quisiéramos hacer y que cada uno buscara su camino para ser feliz".
Sobre ese carácter decidido e intransigente, Catalina reconoce que "nos costó entender su carácter y su fijación con este deporte a los 15 años. Fue chocante al principio, pero después uno se da cuenta que sólo así uno logra los objetivos. Con esa claridad y convicción. No cualquier persona es capaz de renunciar a todo por sus sueños y nunca detenerse aunque tenga tropiezos".
-¿Qué fue lo mejor de los Juegos, Natalia?
-Lo que pasó en el Nacional, nunca viví algo así, por lejos. Los Juegos Olímpicos fueron increíbles, pero en Chile el estadio me gritaba a mí, miles de personas estaban felices por mi medalla.
-¿Cómo proyectas tu participación y tu medalla Odesur en los Panamericanos de Toronto 2015?
-Las medallas se ganan no se dicen ni se anuncian. Lo que tengo claro es que yo, literalmente, me mato entrenando para ser la mejor y el día que compita voy a dar todo.
Para Natalia es motivo de orgullo que su hermana trabaje con ella. Lo hace desde Londres 2010, pero hoy está a tiempo completo luego de que finalizara el período presidencial en el que se desempeñó como asesora de de la primera dama, Cecilia Morel, durante un año.
"A veces llamaba a Catalina y me decía: ' acá estoy, en el avión presidencial ... ¡ esa onda, te pasaste!'. Estaba con presidentes y gente muy importante. Me alegro mucho por ella, porque el trabajo que escogió lo hacía con mucha pasión y eso es lo único importante.
-¿Pero la idea es que siga trabajando contigo?
-Valoro mucho lo que hace. Tener medallas no me hace ser mejor persona, no me creo mejor que los demás. Me interesa que ella sea feliz con su trabajo, sea el que sea. Si sigue conmigo, espectacular, pero ella debe elegir su camino, sería muy egoísta de mi parte exigirle a ella y a mi familia que giren permanentemente en torno a mí. Si les nace y quieren eso, yo soy la más agradecida.
-¿Qué harás Catalina, seguirás con Natalia?
-A mí me marcó mucho trabajar en el Gobierno con la Primera Dama, antes lo hice en la Onemi. Lo mío va por servicio público. Me gusta mucho la idea de ayudar en la pobreza a través del deporte, así que me gustaría hacer algo en este sentido con mi hermana como mi socia.