El 21 de noviembre de 1993, el delantero anotó siete tantos en el 8-3 de la UC sobre Antofagasta, una marca aún no superada.
Tudor ya remató, y el balón va al fondo del arco. La escena se repitió siete veces.
Sin embargo, el 21 de noviembre, el delantero tuvo su día de gloria: por lesión de Almada ingresó desde el primer minuto, y entró a la historia del fútbol chileno al matricularse con siete de los goles con que los cruzados se impusieron 8-3 a Antofagasta en San Carlos de Apoquindo: su víctima, un ex portero de la UC, Marco Cornez.
El jueves se cumplen 20 años de ese día, y la marca de siete goles en un encuentro aún no ha podido ser igualada.
"Me lo recuerdan siempre. Mis amigos, ahora con los 20 años me han llamado periodistas... Y hasta mis hijos, que están orgullosos. A veces vuelven del colegio después de jugar un partido y me dicen 'papá, hice siete goles, igual que tú'. Es un bonito recuerdo", dice Lukas.
El partido se jugó al mediodía de un domingo, y ya a los 20 minutos el delantero llevaba tres tantos (a los 10', 16' y 20').
"La verdad es que yo no estaba preocupado por la cantidad, ni se me pasaba por la mente que podía establecer alguna marca. Pensaba más a futuro, que estaba aprovechando mi oportunidad y podía ganarme un puesto de titular", comenta.
El primer tiempo finalizó 3-1, y en el inicio del segundo tiempo ya se había matriculado con dos más (49' y 53').
"A esas alturas ya estaba claro que era un partido especial para mí. Además de las excelentes habilitaciones que recibí de Rodrigo Barrera, hice un gol tomando un rebote que me quedó justo... Se me estaba dando todo".
A los 56' ocurrió un hecho muy singular: penal a favor de la UC, todo el estadio e incluso el técnico, Ignacio Prieto, piden que lo tire Tudor. Pero éste se lo cede a Barrera.
"Es que él me había dado grandes pases, contribuyó mucho en mis goles y me pidió el penal. Pensé que era justo que lo tirara él, y de verdad yo no estaba preocupado de batir alguna marca".
Lo tiró Barrera... Y se lo perdió. "Yo creo que por eso se recuerda tanto ese penal. Muchos me dicen que podría haber hecho ocho goles y no siete, pero eso no cambiaba mucho las cosas. Igual es una marca muy difícil de igualar".
Su jornada perfecta concluyó con otros dos tantos, a los 69' y 87', y tras este último, el locutor anunció que se trataba de un nuevo récord en el fútbol chileno. Euforia total en San Carlos, a tal punto que el público reaccionó lanzando cojines a la cancha.
"Yo sólo cerca del final supe que un par de jugadores había hecho seis goles, y que con siete establecía una nueva marca... Es bonito, insisto, me lo recuerdan harto", concluye Tudor, quien un año después le hizo cuatro goles a Palestino en la goleada 10-1 también en San Carlos.