Como lo hizo gran parte de su vida, Nicolás Massú recorre diariamente la Ruta 68. Cuando era adolescente o un incipiente profesional, lo hacía desde su amada Viña del Mar hacia los torneos juveniles de Santiago u otras ciudades cercanas. Ahora es desde la capital a Viña y de allí a Quilpué. Porque allí está la cámara hiperbárica que lo espera para ayudarlo a curar ese codo derecho rebelde que le impide, a los 32 años, seguir haciendo lo que más ama, fuera de su familia: jugar al tenis.

Mientras Nico conduce su 4x4 por la cinta asfáltica tiene tiempo para pensar y esperar. Pensar cómo seguirá su carrera deportiva una vez que se termine de soldar ese rebelde tendón que -cortado- lo sacó de la circulación desde hace dos meses. Y esperar... Esperar la respuesta del Comité Olímpico Internacional a la carta por él enviada, paralelamente, a una misiva que también generó la Federación de Tenis de Chile durante el match de Copa Davis entre Uruguay y Chile.

"Me prometieron que me responderán antes del 26 de junio. Quiero jugar mis cuartos Juegos Olímpicos. Sería junto a Federer el único en lograrlo. Ambos estuvimos en Sydney en 2000 y de allí para adelante", dice.

Massú no pierde tiempo en responder acerca de la decisión del Comité Olímpico de Chile -que declaró que no activará pedidos de wild cards (invitaciones) para nadie para los Juegos Olímpicos de Londres 2012-.

La negativa del COCh

"No me enteré, no estoy leyendo nada. Yo me comuniqué a través de mi carta y por teléfono con los que deciden del COI y la respuesta fue que lo sabré antes del 26 de junio. Me dijeron que por mi historia en los Juegos tendría chances, pero, por otra parte, estas pueden achicarse porque no estoy jugando nada. Por eso estoy yendo y viniendo diariamente de Santiago a Quilpué, debo curarme para volver a jugar y contar con la opción de concurrir si me dan la invitación...".

-¿Entonces no estás pensando en dejar de jugar, no te has puesto una fecha límite ya que sigues lesionado y los tiempos se acortan?

-Por ningún motivo. Irme ahora o a los 34 años es lo mismo. No me pone ni me quita nada. Y de la cabeza estoy entero; por lo tanto, cuando me cure de esta rebelde lesión vuelvo a las canchas...

El tiempo apremia

-¿Pero una negativa del Comité Olímpico Internacional no sería un golpe muy duro?

-No, porque lo entendería. Es una opción, un gusto que quería darme, pero soy consciente: mi ausencia en los torneos, en los que apenas he competido en un par de partidos en éstos 5 meses, juega en mi contra. Pero el año es largo y trataré de volver lo antes posible.

-Quedan dos meses para el inicio de los Juegos en Londres y recién estarías retornando para fines de mayo y en torneos menores, debido a tu actual ranking...

-No es tan así. Antes de lesionarme había pedido wild cards para torneos ATP y Challengers y las había conseguido. Lamentablemente, después sobrevino lo del codo. Pero para más adelante también tengo buenas opciones para las clasificaciones de ese tiempo en certámenes. Jugaré donde deba hacerlo, pero tengo un nombre y sé que en muchos torneos me dan esas posibilidades por lo que he realizado en el tenis. Estuve por 10 años entre los 100 primeros, no muchos lo pueden contar.

-¿Para seguir luchando y buscando confirmar tu lugar en el tenis, qué o quién te ha inspirado?

-Dos jugadores, aunque uno de ellos era muy joven y pudo recuperarse muy bien, el otro es de mi generación: Thomas Muster sufrió un terrible accidente en Key Biscayne (fue en 1989, un día antes de jugar la final de ese torneo ante Iván Lendl fue atropellado por un auto que le ocasionó graves lesiones en sus rodillas), se recuperó fue número 1 del mundo y ganó Roland Garros. Y el otro más contemporáneo mío es Tommy Haas, quien tiene 34 años. Estuvo dos temporadas fuera del circuito, ha vuelto a jugar y hace poco hizo semifinales en Munich. Hablé con él y ello también me ayudó.

-¿Le preguntaste por qué volvió?

-Sí. Y me respondió que mientras no jugó se dio cuenta de lo difícil que es estar fuera del circuito cuando aún se conservan las fuerzas y le mente limpia para seguir. También son un ejemplo Juan Carlos Ferrero y Juan Ignacio Chela. Ya por encima de los 30 siguen participando con muy buen nivel. Moyá se retiró y ya está jugando seniors e Iván Lendl estuvo más de 20 años fuera de todo, es millonario, juega al golf todo el día y de repente lo llamó Andy Murray y dijo que sí.

-Conclusión...

-Hay Nicolás Massú para rato. Cuando ya no sienta ganas de entrenar, de jugar torneos, de no sentir el gusto de compartir un vestuario, de subirme a un avión, entonces dejaré las canchas. Hoy por hoy tengo fuerzas físicas y mentales para continuar. Y no sólo para los Juegos Olímpicos, si es que me invitan. También para ser útil para la Copa Davis; quiero estar ante Italia...

Nicolás Massú no se rinde, cree que puede seguir. Como él mismo dijo: es lo que más y mejor ha hecho en su vida. Y quiere abandonar cuando no sienta más ese cosquilleo. Es dueño de sus decisiones y hay que respetarlas.