El "amante griego" inventó su propia dieta, fue secuestrado y visitó Chile varias veces. Murió este fin de semana a los 68 años.
Fue conocido como "la voz de terciopelo". También como "el amante griego". Adjetivos que buscaban subrayar la pasión y dramatismo del cantante Demis Roussos, fallecido el domingo en Atenas, a los 68 años.
Aún no se conocen las causas de su desceso. Nana Mouskouri, su amiga y compatriota, señaló a la televisión francesa que está "muy, muy, emocionada".
Reconocido como cantante melódico y embajador de la música popular griega, Roussos alcanzó la fama, primero, como cantante y bajista de la banda de rock progresivo Aphrodite Child, fundada en 1967.
Su disco "666" -inspirado en el Apocalipsis- se convirtió en multiventas, Andy Warhol se declaró fan y de sus filas salió otra figura icónica: Vangelis.
Sin embargo, el corazón de Roussos estaba más cerca de la canción romántica que de las guitarras eléctricas. Así que en 1972 inició una carrera solista con una imagen que mezclaba pelo largo y barba con túnicas y zapatos de taco alto. Además de una figura imponente, al filo del sobrepeso.
En Europa se volvió una estrella pop con hits como "Forever and ever" y "My only fascination". En Latinoamérica conquistó al público con versiones en castellano como "Morir al lado de mi amor".
Canciones simples, con aroma mediterráneo y directa al corazón. Él mismo reconocía hacer "música ligera".
Debido a problemas de salud vinculados a su sobrepeso (ver recuadro), el cantante decidió retirarse entre 1982 y 1986. Justo en medio de este período sin grabar discos, fue parte del secuestro de un avión de la TWA por parte de un grupo radical islámico.
Fue en 1985 en el aeropuerto de Beirut. Su fama y origen griego hicieron que los secuestradores chiíes lo liberaran a él y su novia, antes de que el resto de los 40 pasajeros. Además, los propios secuestradores le cantaron el feliz cumpleaños apenas se enteraron.
En 1992 hizo su última visita a Chile, al estelar "Martes 13", tras seis años de ausencia y fue consultado sobre el poco arrastre de su música con la juventud y su vínculo con la música new age.
"Lo más in en estos días es la música clásica. De hecho, la música new age tiene un ambiente clásico con partes modernas", explicó. "Para mí no hay mala música; hay malos músicos. Es como la cocina. No hay mala cocina, hay malos cocineros. Hay mala música new age y buena música new age".
Dicen que en sus presentaciones en Chile en los 80, era capaz de comerse un pollo asado entero, acompañado de papas fritas. Su favorito. Un hábito que lo tuvo con serias complicaciones de salud que él supo convertir en un negocio: "La dieta Demis Roussos".
En el libro, cuyo titulo original era "Una cuestión de peso" (1982), él explicaba cómo perdió en apenas diez meses 50 kilos de los 147 que llegó a pesar.
El regimen era, en rigor, una dieta disociada. Es decir, que no permite mezclar los alimentos: sólo un pollo en la cena, verduras al almuerzo o frutas en la mañana.
Sin embargo, su método probó no ser tan efectivo. En 1992, durante su conferencia de prensa en Chile reconoció: "Para ser delgado hay que estar a dieta todo el tiempo y eso no me gusta".