Se puede armar una bella biblioteca con la producción del 2014, tremenda y potente. Elijo algunos y sé que dejo fuera más de algún favorito. Colaboraron amigos de twitter para recordar títulos perdidos.
Después de mucho divagar, lo mejor del año debe ser Muerte súbita, de Alvaro Enrigue, a pesar de aparecer a fines del 2013 (Premio Herralde) en España, llegó a Chile el 2014. Un partido de tenis entre Caravaggio y Quevedo mientras se revisa la conquista de México. Una novela sorprendente, original, única.
Sigue, en esta injusticia que son las enumeraciones, Un hombre enamorado, de Karl Ove Knausgard, confirmando que este autor noruego está escribiendo una de las grandes obras del siglo XXI, esta segunda parte supera a La muerte del padre que ya calificó el año pasado. Y le quedan cuatro tomos más. Para completar lo que ha llamado Mi lucha .
La edad del perro, de Leonardo Sanhueza, es el libro siguiente que en una de esas pudo ser hasta lo mejor del año. Entrañable, de una prosa y una fuerza poética intachables. Una narración jugada y encantadora.
Luego, Taxidermia, de Alvaro Bisama, un libro bellísimo y doloroso que pasó desapercibido en una edición tan delicada como su escritura. Un regalo para el lector sensible.
Como ensayo y además un libro hermoso, La muchacha indecible, de Giorgio Agamben, con ilustraciones de Mónica Ferrando, un volumen para iniciarse en la mitología griega en una escritura impecable y sorprenderse con un libro objeto
Anotamos luego La poesía ha caídoen desgracia , del español Juan Carlos Mestre, uno de los grandes poetas actuales en lengua castellana. Un libro que conoció una primera edición tras un paso largo por Concepción y Chillán en 1992 y ahora se publica ampliada y corregida. Imperdible.
Susan Sontag, La entrevista completa de Rolling Stone, por Jonathan Cott, es una joya rescatada por Ediciones UDP. Un gusto leer esta entrevista cómplice a una de las mentes lúcidas del siglo XX.
Reinos, de Romina Reyes, la revelación del año en el relato corto. Sin discusión.
Flores nuevas, de Federico Falco, antología de uno de los escritores argentinos más interesantes de la última hornada publicada por Montacerdos.
La parte inventada, de Rodrigo Fresán, hay que ponerla pues es una novela experimental a tope, un juego metaliterario arriesgado para lectores que les guste el juego, entre Joyce y Vila-Matas.
