Tomó un urinario, lo tituló "La Fuente" (Fountain) y lo firmó como "R. Mutt". Con este acto, en 1917, Marcel Duchamp puso en duda varios conceptos de arte y marcó un antes y un después con sus ready mades , el arte realizado mediante el uso de objetos ya existentes que normalmente no se consideran artísticos.

Aún hoy Duchamp genera reacciones, como ocurre en la exposición "Marcel Duchamp, 'Don't forget'. Una partida de ajedrez con Man Ray y Salvador Dalí", realizada en conjunto entre el MAC y Fundación Itaú, y que estará abierta hasta el 18 de enero de 2015.

En este marco presentará hoy, a las 19:00 horas en el MAC Parque Forestal, una conferencia de Marc Décimo, miembro del Colegio de Patafísica, doctor en Lingüística de la Universidad de París X Nanterre, historiador del arte y semiólogo francés, quien en 2002 escribió el primero de sus cuatro libros sobre Duchamp.

"Duchamp está fascinado con los pintores y pone en la luz a algunos, como Miró, Kandinsky y Dalí. Además, construye el primer museo de arte moderno en EE.UU. y al mismo tiempo, cuando alguna vez se lo entrevistó, dijo una tonelada de cosas insoportables de los pintores. Hay dos cosas que Duchamp renegó con mucha fuerza: la pintura y el dinero. Su familia era de pintores e hizo mucho dinero".

-¿En qué consiste la "Ciencia de las soluciones imaginarias", como definió a la patafísica su creador, Alfred Jarry?

-Cuando uno se hace una pregunta, busca respuesta. Y la respuesta de la ciencia es una respuesta entre tantas otras. La ciencia tal como la entendemos, pura y dura, es perezosa porque solamente se ocupa de la generalidad.

La patafísica se vuelve la ciencia de la excepción dentro de lo excepcional, como Duchamp. Una de las cualidades de la patafísica es la curiosidad.

-Los años parecen no mellar en el atractivo y la revolución artística que generó Duchamp. ¿Qué piensa de esto?

-Los ready mades siguen despertando polémica. Lo que también despierta gran polémica es que Duchamp finalmente hizo muy pocas cosas. Por ejemplo, una vez estando en Nueva York, en una pizzería, tomó uno de los cuadros que estaban colgados, un cuadro cualquiera y muy malo por cierto. Lo tomó, agarró un lápiz y lo firmó. Eso crea gran polémica. El juega con su firma, la gente compra una firma también. Es eso lo que pone en cuestión el valor del arte.

La Gioconda que hizo ("L.H.O.O.Q." es una tarjeta postal con una reproducción de la Mona Lisa, de Leonardo da Vinci, a la que Duchamp dibujó un bigote y una perilla con lápiz y le puso un título) fue un escándalo insoportable. El se lanza a hacer este gesto artístico contra una pintura sagrada. De esta manera ataca los valores estéticos y morales de la burguesía, en 1919, en plena Primera Guerra Mundial. Manda todo al diablo y pone en el tapete ¿Qué es una sociedad que hace una guerra de este tipo y al mismo tiempo da lecciones de moral y estética? El dadá es político y este es un acto dadaísta.

-¿Qué reacción genera hoy su obra?

-Hay gente que le da lo mismo, hay otros que van a sonreír frente a una obra así y otros van a buscar ir más allá y entender algo.

Como estudiante me fui a vivir a París, vi algunos seudo-Duchamps en algunas galerías parisinas. Eso me aburrió profundamente. Pensé que Duchamp es el responsable de la miseria del arte hoy.

-¿Aún lo piensa?

-Frecuentemente. Los seudo-Duchamps son penosos, no tienen ningún interés. Como en todas las disciplinas, cuando hay seudo de seudo se vuelve plano y aburrido.

¿Hay un lazo entre Duchamp y Papas Fritas?

-No se quería involucrar sentimentalmente con mujeres. ¿Cómo se refleja eso en sus obras?

-Siempre estamos diciendo que Duchamp es un resultado de su época, tomando en cuenta la guerra y el movimiento surrealista. La guerra tocó a muchas personas, pero eso no arrojó 50 ni 30 Duchamps, sólo uno.

Pensé que había un punto sicológico que debía estar al inicio de esto. Que no era solamente una reacción a la guerra. Es una reacción más personal de él y su familia. Por ejemplo, su hermano vino vestido de traje para pedirle que retirara la pintura "Desnudo bajando la escalera" y en ese momento Duchamp no pinta más. Podemos ser testigos del sufrimiento que vivía.

-¿Cuál es el valor artístico de Duchamp?

-Antes siempre pensábamos en el arte desde la categoría de lo bonito y lo feo. Con el ready made , Duchamp inventó una nueva categoría: la indeferencia.

-¿Qué sabe de su relación con Roberto Matta?

-Duchamp diría que su pintura no le interesa para nada porque es muy estética, es como una coquería para la mirada, pero que es un tipo inteligente con el cual se puede hablar.

-¿Le llama la atención la convocatoria de la exposición en Chile?

-Lo encuentro sorprendente. Me queda comprender por qué en Chile hay un deseo tan fuerte de mostrar la obra de Duchamp.

En Francia escuché hablar del artista chileno Papas Fritas. ¿Hay un lazo entre Duchamp y el gesto que hizo Papas Fritas al quemar los papeles de deuda que tenían ciertos estudiantes con la U. del Mar? Porque ambos casos son actos políticos de arte.