La apuesta incluye proyecciones digitales, o mapping, y se estrena el jueves en el GAM. Margarita Dittborn está a cargo del arte.
Estaba entre varios clásicos. "La caperucita roja", de Charles Perrault, y algunos de Oscar Wilde. También pensó en "La bella durmiente", "La cenicienta" y "Rapunzel", pero finalmente se decidió por "Hansel y Gretel", en la versión de los hermanos Grimm del siglo XIX.
Francisco Celhay (36), el actor que protagonizó "Ecos del desierto"-serie de CHV en la que revivió a Carlos Berger-, debuta como dramaturgo y director con una versión tecnológica del cuento sobre dos hermanos que son dejados a su suerte en un bosque, mientras una bruja trata de engordar a uno para comérselo.
"Los cuentos de hadas se ocupan de la esencia de las personas, tocan temas profundos y los fundamentos de la humanidad. Son relatos seductores y transversales que te conectan con algo primitivo. Acá hay magia, brujas y casas de chocolate".
Se estrena este jueves en el GAM y estará en cartelera hasta el 28 de diciembre.
La artista visual Margarita Dittborn es la encargada del arte. Celhay era su admirador y ella aceptó de inmediato. "A Margarita la dejé trabajar bajo su criterio. Lo que sí, quería tener imágenes del bosque y animales que fuesen reales; no monos animados. Ella, también, tiene un cuento muy potente con la comida en sus obras".
La obra -que dura 1 hora- cuenta con 4 actores en escena que se mueven en entre medio de dos pantallas donde se programa en forma de mapping (a cargo de Germán Gana) o proyecciones digitales el mundo fantástico donde se mueven Hansel y Gretel.
Celhay -que se retiró de Ingeniería Civil para dedicarse a la actuación- estuvo también en "Grado 3", del Rumpy, y "La noche de enfrente", de Raúl Ruiz. Empezó a gestar este montaje en 2013, luego de terminar, en España, un máster de Artes Escénicas y Cultura Visual, donde el uso de tecnologías en escena era uno de los temas principales.
"Se me ocurrió hacer un cuento de hadas con este conjunto de técnicas, como el mapping, principalmente para darles vida a los ambientes del cuento; sobre todo, para el bosque encantado y la casa de chocolate. Se crea un efecto de tridimensionalidad", dice.
"Traté de ser prudente con la utilización de la tecnología, porque no quería que la obra se transformara en un show de videos", agrega.
Su versión tiene que ver con lo que a él le pasó la primera vez que leyó el cuento. "Tiene muchos clarooscuros y contrastes. También me sedujo el tema del hambre, que una familia, al no tener alimentos, opte por abandonar a dos niños en el bosque. El hambre enferma las cabezas, produce delirios y vuelve vulnerable al lado más racional del ser humano".
