Estadísticamente, la vida de Christina Onassis (1950-1988) fue realmente excesiva: 2 intentos de suicidio, 3 abortos voluntarios, 4 matrimonios y una fortuna de mil millones de dólares como heredera de Aristóteles Onassis. Sin embargo, lo que le sobraba era dolor e infelicidad.

Eso al menos es lo que cuenta su íntima amiga Marina Tchomlekdjoglou, quien acaba de publicar "Mi vida con Christina Onassis. La verdadera historia jamás contada".

Ella no sólo fue su confidente y albacea, también quien encontró su cuerpo en el baño de una casa campestre en Buenos Aires, donde se había refugiado tras la muerte de sus padres y hermano (en un accidente) entre 1973 y 1975.

En el libro -cuyos extractos revela "El Mundo" de España- cuenta sobre su primer aborto a los 16 años, embarazada de un chico estadounidense. Y sus intentos por quitarse la vida.

"Me anunció que acababa de tomarse una importante cantidad de pastillas y que seguramente muy pronto moriría (...) Llamé a su médico personal y ni se inmutó. El solamente dijo: «Lo primero es lo primero. Quiero un whisky»".

Christina, dice su amiga, estaba deprimida por su sobrepeso. En 1983 llegó a pesar cerca de 120 kilos. "Ningún hombre se le acercaba. ¿Y cómo se le iban a acercar? (...) se la veía siempre de mal humor y sumamente irritable y estaba desesperada porque alguien la tocara".

Servicio completo

Pero también en el libro se revelan sus excentricidades como su obsesión por bañarse muchas veces al día o su gusto por la lencería de la cadena "Marks & Spencer" ("lo menos erótico del planeta", según la autora).

Sin embargo, lo más delirante fue cuando se le ocurrió jugar a que eran prostitutas en Avenue Foch, donde "desfilaban las mejores meretrices de París".

Según Marina, un hombre se le acercó para pedirle sexo oral por 500 francos. "Christina se puso como loca porque no nos había solicitado el servicio completo (...). «¿Te das cuenta de que con estos cuerpos solamente nos quieren para sexo oral?». La policía casi nos detiene".