La directora ejecutiva de CinemaChile cuenta por qué las cintas nacionales no convocan masas. "Los realizadores no tienen la culpa".
Para hablar de cine chileno podríamos citar el caso de "Aurora". La cinta se estrenó el 6 de noviembre pasado. Rodrigo Sepúlveda es su director y en el elenco están Amparo Noguera, Luis Gnecco y Francisco Pérez-Bannen. A tres semanas de su estreno, sólo se puede ver, en Santiago, en el Cine Arte Alameda y el Normandie. Según cifras de la distribuidora CinemaChile, 2.215 personas la han visto.
"«Aurora» es una película con una narrativa que congrega y con rostros conocidos, pero que no logró masividad. Si hubiese estado 7 semanas en cartelera, le habría ido bien, pero si está obligada a responder sólo en lo comercial, no sé", asegura Constanza Arenas, directora ejecutiva de dicha institución que este año estrenó 9 cintas, entre ellas, "Matar a un hombre", la chilena candidata al Oscar.
En 2012, Arenas llegó a CinemaChile y este año, lanzó el programa Chile Territorio de Cine. La idea es "generar espacios para películas con dificultad para desenvolverse en la lógica comercial".
En 2012, de acuerdo a cifras del CNCA, se estrenaron 193 filmes. De ellos, 36 fueron chilenos con un promedio de 1.423 espectadores por película. Este año, la media de espectadores -de las películas estrenadas por CinemaChile- alcanzó 5.600 asistentes por cinta.
Según ella, una de los problemas de los filmes nacionales es que no circulan "en todo su potencial", es decir, no se quedan lo suficiente en cartelera y no llega una cantidad importante de copias a las salas. El gran motor es la venta de tickets, pero "no se piensa si la cartelera es diversa en pos de la diversidad cultural que requiere el país. Todo es Hollywood".
"El método tradicional de distribución del cine chileno propone un modelo de negocios basado en un triángulo de ganancias con tres beneficiarios, todos privados: El productor, el exhibidor y el distribuidor. Esta lógica no vela por los intereses públicos, sino por optimizar ganancias", señala Constanza.
-¿No será que no se cuentan buenas historias?
-Los realizadores no tienen la culpa de que las masas no vayan a ver cine chileno. Los exhibidores han vendido la pomada de que el público es libre de elegir lo que quiere ver. Eso no es así porque la cartelera es homogénea. Decir que los directores le dan la espalda a la audiencia es no querer ver un problema de fondo.
-Pero es lógico que los cines ofrezcan opciones que la gente sí vaya a ver.
-La necesidad de lucro es legítima, pero hay que tener en cuenta los lineamientos culturales del país. No me paro desde la trinchera de los cineastas, pero la crítica al cine chileno es desmedida.
-Las cintas de Sebastián Badilla y Nicolás López atraen más público
-Me parece fantástico. Atacarlos es un poco tonto: Criticar al comercial porque es comercial no tiene sentido.
