El jueves estrena "Buschmann, Comunista con el favor de Dios", donde reconstruye la travesía del ex frentista. Con música de Ryuichi Sakamoto.
Foto CLAUDIO CORTES
Diez minutos de aplausos -y de pie- para Sergio Buschmann. Así terminó la primera función privada de "Buschmann, Comunista con el favor de Dios", documental de Gloria Laso (57).
"Ése fue el único homenaje que recibió en vida. Creo que nunca fue tan feliz... Los actores son como las fallas de Valencia: tienen que encenderse en el momento cúlmine", dice ella. Fue en enero y el actor y ex frentista estaba tan entusiasmado que llegó desde Valparaíso a la Fundación Neruda más de cinco horas antes. Murió tres meses después, a los 71 años, debido a una afección al corazón.
Inicialmente, era la tesis de Gloria -que actualmente aparece en"Volver a amar" (TVN)- para licenciarse en Cine documental en la Academia de Humanismo Cristiano.
"Era como un chiste: estaba en la cesantía máxima, los equipos de la U estaban ocupados y estaba buscando un tema. Hasta que lo vi, con su bastoncito en el Sindicato de Actores y el universo se abrió", cuenta la realizadora.
La película se estrenará oficialmente este jueves en la Cineteca del Centro Cultural La Moneda, donde estará hasta el 30 de diciembre. Pero lo que más le gustaría a Laso es que itinerara entre movimientos estudiantiles, animando debates y conversaciones sobre un Chile demasiado reciente.
-¿Por qué Buschmann?
-Él encarna la historia de los olvidados tras el retorno a la democracia. Curiosamente, los que más lucharon fueron los menos reconocidos. Y él simboliza una época. Tengo la teoría de que el Golpe fue, en verdad, de los viejos contra los jóvenes. La mayoría de las víctimas no supera los 25 años. Y terminó ganando el pensamiento viejo.
Laso fue secuestrada por la DINA en 1974 y trasladada al centro de torturas de Cuatro Alamos. "Cuando eres torturado y experimentas el mal puro, te das cuenta que todo se reduce a vivir y morir, reír o llorar. Lo básico. Salí más viva, pero también una parte de mí nunca volvió a reír como antes", dice.
Toda su experiencia está en sus memorias, "El río que fluía hacia arriba" (Pehuén, 2009).
Gloria conoció a Buschmann a principios de los '80 en "Matrimonio de papel". "Nunca coincidimos en una escena. Teníamos una amiga en común, pero no tenía más cercanía. Hasta que descubrimos que ambos éramos Silva de Talca. Le dije que éramos parientes", se ríe.
-Al final, estabas reconstruyendo pedazos de la historia B de Chile.
-No sabes lo importante que es mostrar este tipo de material audiovisual a las nuevas generaciones. Si bien hay mucha literatura, con las imágenes te pasan cosas distintas. Las cosas no te entran por la cabeza, sino por el sentimiento.
-¿Sientes que es un personaje olvidado?
-Sí, porque todo está escrito por los vencedores. Y su gran tema era la dignidad. En tiempos difíciles un sólo hombre debe encarnar la dignidad de los que la han perdido. Los hermanos Carrera ahora serían subversivos. Pero hoy tienen hasta calles con su nombre. Él simplemente asumió su destino. Esto era lo que le tocó vivir. Algunos los ven como un héroe, otros todo lo contrario. Al final, quizá fue las dos cosas: héroe y subversivo.
El documental abre en blanco y negro. Se ven extractos de noticiarios de cuando retornó a Chile en 1994. Sergio se había fugado de la Cárcel de Valparaíso en 1987, condenado por internación de armas. Quería volver al país, aunque fuera entregándose a la policía.
-Acá está su testimonio básicamente, en estado puro.
-No quería abusar del material de archivo que lo convertiría en una especie de reportaje.
-¿Crees que a Buschmann se lo reduce como un terrorista solamente?
-Me quedo con lo que dice él mismo en el documental. "Está claro quienes me acusan de terrorista. Aquellos que tienen las manos llenas de sangre del pueblo".
La actriz aún se sorprende de la red que armó con su obra; desde los equipos, la edición, la producción, hasta la bencina. Todo lo obtuvo de pura buena onda.
Incluso Bernardita, cantora y mujer de Buschmann, preparaba el almuerzo.
La banda sonora cuenta con los derechos de Patricio Manns, La Mano Ajena y Isabel Parra. Hasta el ganador del Oscar Ryuichi Sakamoto ("El último emperador") se sumó con su música.
-¿Y cómo contactaste a Sakamoto?
- Eso fue lo más loco. Sentía que la música que representaba a Sergio era el chelo. Y él tiene un adagio que me hace llorar. Así que le mandamos un email.
-Lo sacamos de su web. Él, muy japonés, nos contestó diciendo que le mandáramos que le gustó y que podíamos usar su música gratis. Fuimos con el correo a la SCD y no lo podían creer.
