Antes de iniciar una exitosa carrera como director en Argentina y EE.UU. (su película "Feel the noise" contó con la producción de Jennifer López), Alejandro Chomski fue invitado, en 1994, a registrar un día de la grabación del álbum "La hija de la lágrima", de Charly García.

Veinte años después decidió hacer un documental con el material grabado, que llega a Sanfic, que comenzó ayer. Se exhibirá mañana en Cine UC, y el domingo, en el Hoyts de La Reina.

"Siempre tuve la idea de editar ese material", cuenta Chomski en Buenos Aires. "Pero todo lo que había filmado era episódico, no confirmaba una película. Hasta que me di cuenta de que la primera noche que estuve con él se había generado una unidad temporal y temática porque grabó un tema inédito".

"Existir sin vos: Una noche con Charly García" es, de hecho, lo que anuncia el título: el registro de un pequeño momento que, sin embargo, refleja la genialidad del artista y también los tiempos de cambio que sufría su carrera.

-¿Cómo fue el primer encuentro?

-Llegué y estaban ensayando. Prendí la cámara y me di cuenta de que a nadie le molestaba mi presencia. En los intervalos García me buscaba. Había algo del recién llegado al que uno le toma examen y también quiere seducir. El me miraba y decía chistes, ahí se generó buena onda. Me dediqué a seguirlo por todos lados en el estudio. La buena onda y admiración me llevó a entrar en lugares muy privados, como cuando escribía la letra de una canción o una entrevista en la bañadera en su casa. A partir de ahí lo seguí filmando durante 6 meses. Con esa misma libertad.

"Me rompió la cámara"

El documental brilla también por mostrar el inicio de los años salvajes de Charly, la época conocida como "Say no more", en la que se dedicó a protagonizar algunos escándalos.

"Creo que era el final del genio creativo y monstruo de la canción que estaba a años luz de todos los músicos", opina el realizador. "Ese mismo año su salud se fue deteriorando. Después tenía las uñas largas pintadas, el pelo amarillo y daba conciertos muy caóticos. Una noche él me pidió prestada la cámara con la que lo filmaba y me la rompió en el escenario. El día después me la pagó. Pero ahí se acabó la filmación. No volví a comprar otra cámara. Fue el fin de ese proceso y el principio del fin de él, que estaba en control".

-La película registra su proceso creativo. ¿Cómo trabaja en el estudio?

-Tenía una idea musical que empezaba a practicar sólo con un piano o una guitarra. Lo curioso es que estaban todos los músicos y los técnicos contratados en el set. Es comparable a ir a un rodaje sin un guión escrito y sin saber qué vas a filmar. Me pareció sorprendente. Había mucho respeto hacia él ahí. Todos sabían que esa canción iba a terminar siendo algo. Finalmente no se publicó, pero el estribillo está en el tema "No sugar".

-Aparece también María Gabriela Epumer, su emblemática guitarrista que murió en 2003, a los 39 años.

-Sí. Ella era una figura maternal y una musa inspiradora. A él le daba paz. El la respetaba musicalmente. No era una relación sexual ni romántica. Era descendiente de caciques y había toda una espiritualidad en ella que Charly reconocía.

-¿Charly vio el documental?

-Sí, pero no sé si lo vio completo. Me mandó a decir que le daba tristeza ver a María Gabriela y que él se veía muy trash. Le pedí autorización para estrenarlo comercialmente, pero hasta ahora no me ha contestado. Espero que el impulso que dan los festivales de cine me sirva para obtener su aprobación.