Ganador del Oscar por su rol en "Dallas Buyer's Club" y un Guinness a la gira rockera más larga de la historia, el ídolo de 42 años actúa este martes con su banda 30 Seconds To Mars.
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Con el cabello largo y una túnica que le cubría los shorts, el cantante de 42 años habló con su fanaticada en español ("amo la comida peruana, está cada vez más famosa), grabó fragmentos de su recital en el celular y tocó sus hits durante una hora y media. Lo mismo hizo anoche y antenoche en Buenos Aires.
Es la etapa latinoamericana de su "Love, lust, faith and Dreams Tour" que llegará este martes al Movistar Arena.
De hecho, Leto junto a su hermano Shannon (batería) y Tomo Milivevic arribarán a Santiago la tarde de este lunes.
Los más fanáticos tendrán acceso mañana a un backstage pass , que les permitirá acceder a una sesión acústica y selfies con sus ídolos. Y, esta noche, a una sesión privada de su documental "Artifact" sobre la grabación de "This is war" y la industria discográfica.
En el mundo del espectáculo, Jared Leto parece estar más allá del bien y del mal.
Puede llamar desde el escenario a la Cruz Roja para que auxilie a un espectador -sucedió en Quito el jueves- y también brillar en los Oscar con el premio al Mejor actor de reparto por "Dallas Buyer's Club", interrumpiendo entrevistas en la alfombra roja, apoyando en su discurso de premiación al pueblo de Venezuela y rompiendo la estatuilla en una baranda.
"No le dan el Oscar a gente como yo", había declarado antes con ¿falsa? modestia.
"Soy el caballo negro (de Hollywood). No me invitan a estas cosas al menos que sea por obligación. Siempre me siento un outsider", dijo a Variety.
Cuando el guión de "Dallas... " dijo: "Vamos a hacer esta película y ver si todavía hay algo en mí. ¿Será otra experiencia que se quedará corta? ¿Se me romperá mi corazón otra vez?' Es algo así como: Déjame ver si puedo amar otra vez."
Lo mismo piensa del cine independiente: "No sólo pones tu trabajo en ellas, estás derramando tu corazón y tu alma".
Si hay una característica que define a Leto -más allá de ser asmático, vegetariano y ex novio de Cameron Díaz y Scarlett Johansson- es ser un extremadamente talentoso. Un camaleón humano.
Leto se tiñe el pelo, cambia el color de ojos y sube 30 kilos para encarnar a Michael Chapman, el asesino de Lennon en "Chapter 27". Volvió a su peso normal y bajó 15 kilos más para "Dallas...".
Pero Leto fue criado en Louisiana, con una madre hippie (su padre se suicidó, cuando él tenía 8 años).
Armó esta banda en 1998 y consiguió el récord Guinness con la gira más larga de la historia con el "Closer to the edge tour": 311 shows en un poco más de dos años, desde el Líbano a Rumania.
En sus cintas, "siempre actuó bien, pero sobre todo se dedicó a destrozar su cuerpo ideal, su cara de ángel, su incapacidad de envejecer", subrayó la escritora argentina Mariana Enríquez en Página/12.
No es casual que se lo haya vinculado sentimentalmente con Miley Cyrus. Ambos son expertos en llevar su físico más allá de lo sexy.
Así, tal como ella, aceptó posar desnudo para el controvertido fotógrafo Terry Richardson.
Con lo que polemiza en sus shows, cuando se ha tocados sus genitales, causando el griterío en la audiencia.
Hiperventilado y adicto al trolleo, el actor no sólo usa en sus recitales un look que emula a los "Jesus freaks" de los años 70 -rockeros evangélicos que abundaban en la California de la época-, sino que también le gusta usar ropas y símbolos de la religión católica.
Para algunos sectores, que aparezca con un crucifico y vestimentas de sacerdotes es una "burla". Para otros, es simplemente una de sus típicas bromas.
Tampoco tiene problemas en hablar mal de colegas como Jennifer Lawrence.
Tras verla tropezarse en la alfombra roja -el año pasado- dijo: "Estoy empezando a preguntarme si todo lo que hace es actuado". Aseguró que "se hace la tonta" para lograr la simpatía del público.