El escritor argentino Jorge Luis Borges era "la mitad de mi alma", afirmó su viuda y heredera universal, María Kodama, en el Festival de Biarritz América Latina, que homenajeó ayer a uno de los escritores más influyentes del siglo.

Kodama, integrante jurado del certamen de Biarritz, que el sábado anunciará sus premios, rememoró algunas de sus vivencias con el autor de "El Aleph".

"La vida con Borges estaba siempre llena de magia", dijo su viuda frente al mar Cantábrico.

"Él era la mitad de mi alma. Y por eso cuando murió, murió la mitad de mi alma", afirmó esta mujer frágil, de cabello blanco, que algunos han calificado de "dura" o "intratable" en su defensa de la obra de su marido.

Pero Kodama no quiso hablar de esas acusaciones. "Respondo con el silencio", dijo. Quiso más bien recordar algunos momentos felices con Borges, lecturas compartidas, viajes y complicidades.

"Creo que el recuerdo más lindo que tengo de nuestros muchos viajes juntos fue una noche en el desierto en Egipto, país que ambos amábamos", dijo.

Kodama, que conoció al escritor cuando tenía 16 años, y él 60, y se convirtió en su lectora, su secretaria y luego en su esposa, confesó que "lo que más echo en falta es cómo nos divertíamos juntos, lo bien que lo pasábamos", exclamó. "Se reía pensando lo que se perdió (Sigmund) Freud con nosotros. Decía que (el psicoanalista) se habría dado gusto disecando el «complejo de abuelito»", dijo Kodama entre risas.

Recordó la curiosidad infinita de Borges, su gran sensibilidad -"no era un hombre cerebral, era muy sensible"- y su total dedicación a la lectura y la escritura.

El "siempre supo que su destino era escribir. No es que fuera una necesidad, era su destino", afirmó la traductora y especialista en literatura sajona e islandesa.

Kodama cuenta que desde la muerte de Borges en Ginebra, en 1986, sólo ha estado dedicada a la Fundación Internacional Jorge Luis Borges, con sede en Buenos Aires, que ella preside. Sin embargo, adelantó una nueva aventura: "Tengo un libro de cuentos que nunca publiqué porque Borges insistía en hacer él el prólogo, y yo no quería, y lo voy a publicar ahora", adelantó, sin dar más precisiones.