El marido de Naomi Watts habla sobre el éxito de rating y crítica de la serie de HBO. "Soy una celebridad y hay que verlo como la naturaleza del negocio".
Jon Voight y Liev Schreiber.
Foto HBO
Liev Schreiber va en un tren camino a Boston. Contesta su teléfono y cuenta que va a filmar "Spotlight", película que protagonizará junto a Michael Keaton, Rachel McAdams y Mark Ruffalo. La cinta -que trata sobre escándalos de pedofilia al interior de la Iglesia Católica- engrosará aún más su currículum. "X-Men Origins: Wolverine", "Salt" y "The Manchurian Candidate" son algunas de las producciones en las que ha participado el también marido de Naomi Watts. La pareja tiene dos hijos: Alexander (7) y Samuel (6).
"No podría decirles a mis hijos que no sean actores porque, claro, soy actor. Aunque no creo que sepan muy bien lo que hago. Un niño le preguntó a mi hijo en su escuela «¿Es verdad que tu padre hace un montón de dinero? «No, él trabaja sacándose fotos con desconocidos. Ese es su trabajo», le respondió", comenta riéndose Schreiber.
Aunque su carrera en la gran pantalla no es lo que lo tiene en el centro del huracán por estos días: Es "Ray Donovan", la serie sobre un hombre que hace el trabajo sucio para la élite de Los Angeles.
Su protagónico -que debutó el año pasado con el beneplácito de la audiencia y la crítica- le valió una nominación al Globo de Oro. "Es un excelente actor que extrae lo mejor del resto de su camada interpretando a un pecador que es más inteligente que cualquiera. Personaje masculino, atormentado y empático", dijo The New Yorker.
Su compañero en la ficción, Jon Voight, ganó el Globo de Oro en 2013 como el progenitor desnaturalizado que sale de la cárcel luego de 20 años, sólo para hacerle la vida imposible a su hijo. Este año, el padre de Angelina Jolie fue también nominado al Emmy.
"Es tan poderoso que todo aquello que gravita a su alrededor resulta diminuto", dijo El País sobre Schreiber.
El domingo pasado se emitió el último episodio de la 2° temporada en EE.UU. con el rating más alto en su historia y con una tercera ya confirmada. 2 millones y medio de personas sintonizaron Showtime -en Chile lo exhibe HBO-, con lo que superaron a "Master of Sex".
"Podría ser la creación más impactante en TV por estos días. Los episodios son como tentáculos de un pulpo que te atrapa", comentó The Wall Street Journal.
Unos 5 millones de fanáticos siguen semanalmente el programa en todas las plataformas. En Latinoamérica, el episodio final se estrena este viernes, a las 23:00 horas.
"Recuerdo mi primer momento en un set para un blockbuster , era como un sueño, no sabía qué esperar, pero me llamó la atención la cantidad de dinero que se mueve en esta industria", cuenta.
-¿Qué ha significado este rol en tu carrera?
-Me ha permitido crecer. Se siente bien estar en una serie exitosa, pero ha tenido un costo: Yo y mi familia estamos más expuestos. Aunque, de todas maneras, trato de balancearlo con ese sentimiento positivo que se genera cuando la gente disfruta de tu trabajo.
-¿La exposición es algo que te complica particularmente?
-Soy una celebridad, es muy difícil dar nuestra información personal y estar dispuesto a hablar. No hay que volverse loco con los paparazis, menos con tus hijos al frente porque ellos captan tu energía. Hay que verlo como la naturaleza del negocio.
-Interpretar a un hombre como Ray conlleva costos...
-Claro, yo nunca he sido alguien que busque que me llamen por el nombre de mi personaje. Es complicado, sobre todo cuando haces el mismo rol por seis meses, pero la perspectiva se mantiene con disciplina. Mis hijos me recuerdan que no me puedo permitir creerme Ray Donovan.
-El personaje de Jon Voight ha sido muy alabado.
-Es un actor brillante y su personaje está lleno de peligros. Actuar con Voight se ha convertido en un éxtasis constante. Lo disfruto, me ha enseñado como actor, su proceso es único.
-Ray Donovan tiene muchos problemas, ¿cuál es el más grande?
-Le cuesta tener una relación honesta, íntima, sobre todo por el tremendo odio y rabia que siente hacia su padre. Hay mucho dolor y cree que sufrir es parte de su naturaleza. A pesar de lo malo que pueda ser, él ama a sus hijos más allá de lo imaginable. En la segunda temporada, Ray trata de sobrevivir, de pasar los días. Te digo, los creadores de este show se interesan en la idea de la dualidad y el antihéroe. La serie es un buen drama y, digámoslo, eso nace de la polaridad y de hacer que los personajes tomen malas decisiones. Creo que en esta última entrega, Ray Donovan tocó fondo.