Su nombre es parte de la historia dramática de este país. Figura transversal de la televisión chilena y protagonista de años gloriosos de teleseries.

Bastián Bodenhöfer es parte de la cultura popular chilena y ha logrado, incluso, llevar su experiencia en la actuación al terreno diplomático, como agregado cultural en Francia durante el gobierno de Ricardo Lagos.

Fueron años de crecimiento, tras los que reconoce: "Aprendí a lidiar con los rasgos más detestables de la idiosincrasia chilena".

Renunció aburrido de sentirse incomprendido, pero la experiencia le permitió abrir su mente y tener una mirada crítica del trabajo que se hace en Cultura.

"Miro con un poco de nostalgia hacia el futuro. Hay un potencial tan grande en todas las expresiones artísticas y se podría hacer tanto más. La piedra de tope es el financiamiento. No hay una política de Estado que realmente invierta en cultura".

-¿Ha cambiado el escenario desde que se creó el Ministerio de Cultura?

-Es un buen comienzo, pero todavía no hay una política cultural definida. Tienen que pasar 50 años como para empezar a nivelar con los países desarrollados. El gobierno francés destina el 2% de su presupuesto para cultura. Nosotros estamos muy lejos de eso. Es el problema con el que me enfrenté como agregado en París. Los franceses estaban dispuestos a hacer todo tipo de intercambios bilaterales, pero no tienen los homólogos correspondientes acá como para armar cosas.

-¿Qué te ha parecido la gestión de los ministros de Cultura en Chile?

-Enfrentan el mismo problema que enfrenté yo; la falta de presupuesto. A mí me mandaban para representar a la cultura chilena en Francia con 2.500 dólares anuales. ¿Qué haces con eso? Es irrisorio.

"No trabajes tanto"

-¿Lo pasaste mal?

-Claro, porque fui con un programa de 2 años que yo mismo elaboré, dispuesto a trabajar y llegué a armar una oficina que no existía. De alguna manera, me dejaron solo trabajando. Mi proyecto era abrir las puertas de la embajada y hacer exposiciones permanentes, pero el embajador no me dejó. No tuve apoyo desde Chile tampoco. Al contrario, recibía recados como "no trabajes tanto".

-¿Saliste decepcionado?

-Claro y, de hecho, renuncié. Al poco tiempo tuve una reunión con el Presidente Ricardo Lagos en la que expliqué los motivos de mi renuncia. Él se agarraba la cabeza y decía "No puede ser lo que me estáscontando, ¿pero cómo?". Podría estar 5 horas contando los malos ratos que pasé.

-¿Capítulo cerrado?

-Por ningún motivo volvería a ser agregado cultural. Pasé las vergüenzas más increíbles. Llegué a París y el Ministerio de la Cultura me mandó a estudiar Gestión Cultural y Economía de la Cultura. Después de 8 meses me dijeron que necesitaban homólogos de dirigentes culturales para relacionarse, porque querían una relación horizontal con Chile. Como no teníamos, me ofrecieron mandar a 15 de los mejores gestores culturales franceses a Chile. ¡Lo único que había que hacer era buscar 30 posibles futuros gestores culturales locales! No lo podía creer.

-¿Y qué hiciste?

-Comuniqué todo esto a la Dirección Cultural de Relaciones Exteriores y me dijeron: "Qué interesante, pero eso tienes que verlo con Mineduc". En Mineduc me dijeron: "Espectacular, eso tiene que verlo Corfo". En Corfo me mandaron a Secretaría y finalmente se perdió no más. A los 6 meses me citan del Ministerio de Relaciones Exteriores francés y me subieron y bajaron. Me decían: "Pero qué se creen ustedes, les estamos ofreciendo todo e ignoran la oportunidad que les estamos regalando". Eso me pasó muchas veces.

'Valió la pena': Regreso gozador

'Valió la pena' trae de regreso a las vespertinas a Bodenhöfer, en Canal 13, otra vez con un personaje gozador y ligado a la comedia.

Raimundo es un tipo encantador, dueño de una inmobiliaria.

"Es un tipo excéntrico, amante de la vida, simpático y algo fresco también. Es un tipo de vida relajada, pese a que tiene problemas con su hijo", dice Bastián.

Es una teleserie coral, "repartida en historias para distintos públicos", según cuenta.

Hay suspenso, acción y comedia.

"Es genial que haya cuatro canales haciendo teleseries y que compitamos con buenas producciones. Eso obliga a los ejecutivos a redoblar esfuerzos por mejorar los productos. Se pueden inferir muchas cosas sobre las teleseries, pero lo evidente es que siguen siendo rentables para los canales. Si la búsqueda es la calidad, con la competencia ganamos todos".