El equipo rezó e hizo ofrendas a las pastoras que inspiraron 'Las niñas Quispe', filme que tuvo su premier anoche.
Francisca y Catalina protagonizan la cinta.
Foto Constanza Valderrama
Cerca de 300 personas llegaron este miércoles al Cine Arte Normandie para la premiere de 'Las niñas Quispe', el filme que cuenta la historia real de las hermanas Justa, Lucía y Luciana Quispe -pastoras de la etnia colla- que aparecieron sin vida en 1974 en el sector de La Tola, a 4 mil metros de altura, en pleno Altiplano.
La cinta, dirigida por Sebastián Sepúlveda (coguionista de 'Joven y alocada'), se estrenó el año pasado en el Festival de Cine de Venecia y tiene en los protagónicos a Francisca Gavilán ('Violeta se fue a los cielos'), Catalina Saavedra ('La Nana') y Digna Quispe, sobrina de las niñas, que no pudo asistir al evento. Alfredo Castro también aparece con un pequeño papel.
Hasta el lugar además llegaron actores como José Soza, Aline Kuppenheim, Luis Dubó y los hermanos Pablo y Juan de Dios Larraín representando a Fábula, la productora del filme.
A eso de las 8 de la noche, antes que se diera el vamos a la proyección, Saavedra dijo que la cinta fue "un doble regalo porque hicimos que un hecho policial se volviera hermoso", después los presentes aplaudieron largo rato a Juan Radrigán: El dramaturgo fue el primero en llevar esta historia a las artes escénicas con el estreno, en 1981, del montaje 'Las Brutas'.
"Les pedimos permiso a las niñas para hacer esta película con rezos y ofrendas, porque estuvimos en los lugares donde ellas vivieron y murieron. La escena de la muerte la hicimos donde realmente ocurrió. Esa secuencia emociona. Tuve miedo al filmarla", cuenta Francisca Gavilán que interpreta a Luciana.
La actriz también añade que se fueron durante dos meses al lugar, su misión era no sólo filmar sino impregnarse de cómo vivieron las pastoras. "La consigna era aprender el teje y maneje: nos levantábamos a las 5 de la mañana, pastoreamos, hicimos queso, ordeñamos las cabras y quedamos expertas", relata Francisca.
El director concuerda con que esta familiarización con la forma de vida que tenían las hermanas era vital: "Cata y Fran tenían que entrar a ese mundo porque si no, no iba a ser creíble. Imposible mostrar a vaqueras citadinas. Fue fuerte para ellas, pero necesario".
Sepúlveda concuerda con que la escena de la muerte de las niñas fue la más difícil: "Fue muy fuerte, sobre todo para Digna porque ahí murieron sus tías. Mientras subía a la roca se hizo heridas en las piernas y ella decía «esta roca tiene algo que no es bueno»".