El ídolo del rock apareció en el velatorio de madrugada, habló sobre un proyecto en conjunto que nunca se concretó y elogió a la madre: "Es una genia".
La entrega de los Premios Gardel no impidió que los músicos argentinos se acercaran anoche a la Legislatura de Buenos Aires para despedir a Gustavo Cerati. Desde los miembros de Illya Kuryaki and the Valderramas, pasando por Zeta Bosio y Ricardo Mollo hasta Pedro Aznar, el velatorio reunió a buena parte del jet set musical trasandino. Pero alguien faltaba.
Charly García llegó cerca de las 2 de la madrugada en un auto eléctrico para dos personas que conducía Fabián "Zorrito" Quintiero, actual integrante de su banda y tecladista de Soda Stereo entre 1985 y 1997. El intérprete de 'Demoliendo hoteles' venía de buen ánimo, con audífonos alrededor de su cuello y lentes de sol. Pasó inadvertido entre la gran masa de fans porque ingresó por una puerta lateral.
"Estoy contento por el reconocimiento que se le da a este gran músico; creo que se ha reconocido a un verdadero arquitecto del sonido", dijo sonriente.
Consultado por los recuerdos que guarda del artista que falleció ayer a los 55 años de edad, contestó: "Y joder bastante. En la época de Soda yo lo jodía y le decía que iba a terminar con la capa de ozono por culpa del spray".
García recordó también la última vez que vio a Cerati. "Fue cuando vino Yoko Ono. Pegué onda con ella y se lo presenté".
Charly siguió desempolvando anécdotas y secretos. "Casi hacemos un grupo con Pedro (Aznar) y él", asegura. "¿Qué pasó? Y me internaron. Un día nos pusimos a tocar y fue una voladura de cerebro. Era genial. Lamentablemente me agarraron, yo no entendía nada, me tuvieron cuatro meses".
Luego ingresó en el gigantesco Palacio de la Legislatura, donde permaneció alrededor de 45 minutos. Al salir, siguió elaborando su tesis sobre Cerati. "El era un arquitecto. Me alegra que haya un reconocimiento a esa arquitectura y las diferentes facetas que él manejaba. En un comienzo no me gustaba su estética, pero reconocí después la arquitectura y la inteligencia de él", confesó.
Charly dedicó también palabras para Lilian Clark, la madre de Gustavo Cerati, quien nunca perdió la esperanza por la recuperación de su hijo.
"Ella es una genia", elogió el cantante. "Es súper inteligente y muy amiga mía. Coincidió conmigo en que el reconocimiento alivia el dolor".
El músico agregó que se enteró por televisión de que mucha gente había ido a despedir a Gustavo Cerati. "Me asombraba el poder que tenía él con las masas. Después entendí porque con su arquitectura él transmitía un mensaje con el que la gente se identificaba", agregó
Charly entregó un último mensaje, casi profético. "Que se cuide a las personas y a los artistas, que se les de un trato mejor. Por ejemplo, yo estaba internado y eso abortó el proyecto. Realmente siento que hay ignorancia en encerrar a la gente. Hay mucha información errada, existe la dictadura de encerrar a la gente e imponer pecados donde hay santos. Chao".
El padre del rock argentino, y "Zorrito" Quintiero, regresaron rápidamente al pequeño auto eléctrico y se perdieron en la noche bonaerense.
Entre las muchas frases armadas que se dijeron en la prensa ayer, hubo una que cobró sentido: "hasta el cielo llora a Cerati". Es que la lluvia llegó de noche y se fue potenciando hacia la madrugada. Pero no fue impedimento para miles de fans que llegaron -incluso con hijos recién nacidos- al Palacio de la Legislatura de Buenos Aires para despedir los restos del líder de Soda Stereo.
La fila de seguidores que comenzó a formarse antes de la apertura de puertas -programada para las 21:00 horas- abarcó más de 15 cuadras en su momento peak. Esto significaba que, en la práctica, un visitante podría tardar hasta dos horas en ingresar al inmenso edificio ubicado a pocos metros del que fuera el último hogar de otro mártir del rock argentino: Luca Prodan. La gente esperó coreando canciones emblemáticas como 'De música ligera' y 'Persiana americana'. Muchos lloraban desconsoladamente.
Uno de los primeros en llegar fue Zeta Bosio. "Gustavo fue prácticamente un mago. El fue un duende que generó todo", dijo emocionado. "Con Lilian hablamos de muchas cosas que fueron mágicas en nuestras vidas".
Fabián "Zorrito" Quintiero también se presentó temprano (más tarde iría a buscar a Charly García en su auto). "Ya hace tiempo que esto era difícil para la familia, los hijos, la madre, las hermanas que han padecido este martirio de acompañarlo", opinó. "Esto fue re loco. El venía tocando, haciendo shows increíbles. Le iba muy buen musicalmente porque él nivelaba para arriba en la escena musical. A mí me tocó la primera parte de Soda y tengo claro que desde el principio la idea de él era superarse en base a una música, un sonido, un look".
La chilena Cecilia Amenábar, segunda esposa de Cerati, se veía particularmente afectada y evitó hablar.
En el Salón de Honor del Palacio Legislativo, el féretro de Gustavo Cerati estaba cerrado. Sobre él, había una foto en blanco y negro del cantante. La gente podía dar vueltas alrededor de él mientras, en otro salón, familiares y cercanos formaban parte de una recepción privada. Pese a todo, Lilian Clark, la madre del artista, se asomó al balcón para saludar a los asistentes. Abandonó el lugar alrededor de las 2 de la mañana.
Quien pudo despedirse del cantante fue el Embajador de Chile en Argentina, Marcelo Díaz. "Hay mucha pena, mucho dolor, mucha tristeza, pero yo diría que, al mismo tiempo, está la alegría de saber que su música sigue con nosotros y es parte de su legado. Yo destaco su lado solidario. Con Chile fue muy activo después del terremoto, organizando eventos acá en apoyo de los chilenos. También resalto su condición de ciudadano comprometido con Chile. Lo conversaba con su madre recién: Chile sentía mucho cariño por él y él sentía mucho cariño por Chile. Parte de su familia es chilena. El tenia ese vinculo con nuestro país".
A las 4 de la mañana, el lugar estaba aún repleto de gente. Se fueron retirando cuando cayó el amanecer, mojados, melancólicos, coreando esas canciones que marcaron a más de una generación.
Al mediodía de hoy, el cuerpo de Gustavo Cerati fue trasladado hasta el Cementerio de Chacarita, donde descansan leyendas de la música de la talla de Carlos Gardel y Roberto Goyeneche. En Argentina decretaron dos días de duelo.
