Será jurado en 'Master Chef', programa que pondrá el mundo culinario en el centro del show y el debate.
"Tengo clarísimo que mi oficio y mi norte es y será la cocina", dice de entrada Christopher Carpentier. "No me veo como una estrella televisiva y no me interesa serlo".
Es la personalidad de un chef que lleva décadas incursionando en distintos negocios gastronómicos y que hoy, a parte de tener dos restaurantes -Maldito Chef y El Barrio-, tiene una productora de TV y una agencia de branding y contenido, exclusivamente ligadas a temas gastronómicos.
En las próximas semanas, lo veremos en Canal 13 como uno de los tres jueces que buscarán al Master Chef chileno (ver recuadro), en un programa que viene precedido por el éxito en 50 países.
-¿Se puede hablar de una moda gastronómica que se nos viene encima?
-La gran gracia de la gastronomía es que está en sintonía con un fenómeno cada vez más latente. La gente quiere volver a lo análogo. Cuando nos sentamos a la mesa con un ser querido, a medida que avanza la conversación, van desapareciendo los celulares, porque la mesa involucra todos los sentidos. Tiene que ver con una necesidad mucho más allá de comer, sino que es el único resquicio que nos va quedando para poder relacionarnos.
-¿Le va a hacer bien a la pantalla ver programas con gente cocinando?
-La gente está podrida de los realities y de la farándula. 'Master chef' entrará a la pantalla justo cuando necesitamos algo nuevo, abrirse a una televisión inclusiva, que entretiene, educa y cumple sueños, es la nueva televisión.
-¿Santiago puede ser capital del turismo gastronómico como Lima?
-Claro, pero nos falta un gobierno que apoye. En Perú se dieron cuenta de que tenían todo para sacarle partido a su cultura. Acá seguimos mirándonos el ombligo. Somos un país geográficamente bendecido. Basta de mirar lo malo, Chile es una maravilla, pero lo que pasa es que no hemos descubierto cuál es nuestro ADN.
-¿ Y cuál es el ADN?
-Tenemos un país lleno de materia prima. Un suelo maravilloso, mar y no los explotamos. Decimos que Perú lo ha hecho el descueve y le copiamos todo. Ese no es el camino. Cuando tengamos un gobierno que entienda que la bondad de la materia prima está en nosotros, vamos a salir a delante. Hay que vender los productos con pasión.
-¿Hay que creerse más?
-Obvio. Mostrar nuestros platos y productos con orgullo. Los chefs deben partir desde lo más básico. Nos falta identidad. Los peruanos están orgullosos de ser lo que son, Gastón Acurio, el famoso chef peruano, logró entrar en las cocinas de hoteles Mandarin, una de las cadenas más importantes y sofisticadas del mundo. Hoy es posible comerse un ceviche en un hotel cinco estrellas. Entonces, ¿por qué no soñar con que algún día se comerá charquicán ahí? Hace 20 años nadie hubiese imaginado comer ceviche en un lugar así.
-¿Y qué se puede hacer?
-Falta que los chefs entiendan que nuestra identidad no pasa sólo por usar merquén o andar con la bandera de la nueva cocina, si la nueva cocina chilena no existe. Fundemos la cocina primero y después hacemos la nueva.