Hace 20 años debutó en TV y mudó de mariposero a "mino". "Me atreví cuando ser actor era de raros".
Su primera reacción al preguntarle por su estatus de galán son carcajadas. Al otro lado del teléfono, Francisco Melo (47) se ríe de que lo encuentren "mino".
"He sido elegido «El Guapetón más feo», también, «El feo más guapetón». He hecho personajes como Diógenes Tobar ('Sucupira'), Chadi Abu ('Los Pincheira') y el Señor Meyer ('Dos por uno'). No soy bonito, pero sé que tengo mi atractivo. Imagínate que todos estos años he pasado gato por liebre y nadie se dio cuenta. Algo debí haber hecho bien".
Se ríe hasta que tiene que defender su oficio: "Más allá del galán, me seducen los desafíos. No me sentiría bien sabiendo que voy a salir en un afiche por bonito. Me gusta que el protagonismo tenga que ver con mi talento. Tampoco es que sea un Brad Pitt", dice y vuelve a las carcajadas.
Pancho está en el norte del país, en plenas grabaciones de 'Caleta del Sol', la teleserie que protagonizará junto a Carolina Arregui, en TVN (ver recuadro). Donde trabajan no hay teléfono, ni señal de celular, ni Wi-Fi. Es su producción número 24. Debutó en 1994 con 'Top Secret' de Canal 13, después se fue a TVN y no lo sacó nadie. Ni la "Grúa Rencoret".
"Con la llegada de Alex Bowen (director del Area Dramática) tuvimos muchas discusiones en torno a mejorar el impacto del área. Esa fue una señal positiva acerca del lugar donde yo quiero estar. Por eso no me fui a Mega. Cuando hay rating es fácil no preguntarse si el trabajo es bueno, simplemente no se piensa en mejorar. Me importa, por supuesto, si no es como si no me importara cuánta gente llega a la sala del teatro. Pero hay que salir del carril de la competencia, del people meter , de la desesperación porque te ganaron por un punto: 'Chipe Libre', 'Fatmagül', 'No abras la puerta', 'Vuelve Temprano', 'Las mil y una noche', Onur... ufff".
-Hablando de Onur, ¿qué tienes tú que no tenga él?
-Onur lo es todo (risas). No, la verdad no lo conozco. Lo vi en la entrevista que le hizo Álvaro Escobar y era como el Viejo Pascuero, con su barba larga.
Según Pancho empezó a dar autógrafos en 'Los Pincheira'. Antes pasaba "piola". Estudió Ingeniería Civil en la Usach, hasta que se cambió a Teatro. Aunque dice que no fue fácil, porque tuvo que enfrentar, primero, su timidez.
-¿La venciste con los años?
-Aprendí a convivir con ella. Se dice, ¿cómo los actores van a ser tímidos? Pero pasa. Uno aprende a manejarlo para trabajar, no para ser el rey de la fiesta. No soy el rey de la fiesta y nunca me interesó serlo. Tampoco fui muy pololo en la adolescencia, quizás mi timidez tenga que ver con eso. Hoy en día, me muevo en espacios donde me siento totalmente seguro: sé lo que va a pasar y lo que voy a hacer. Pero cuando entro a un bar, por ejemplo, soy inseguro, tímido, cero entrador.
-¿ Estás siempre dispuesto para las fotos que te piden?
-De cierta forma, la gente se siente un poco dueña de ti porque te ven a tal hora durante un tiempo. Y cuando pides un espacio de privacidad porque estás celebrando algo, te encuentras con que el límite entre el amor y el odio es mínimo: Pasan de ¡Qué amoroso! a ¡Qué creído!
-¿El precio de la fama?
-Me costó tomar en su justa medida lo que tiene que ver con la fama. Uno, de repente, es muy querido. Es muy gratificante cuando reconocen tu trabajo, pero la fama tiene un lado que no es real. No es que la gente te quiera, es que tú formas parte de su vida. El costo de la fama es que tienes que estar dispuesto a todas las fotos, todos los autógrafos, las 24 horas del día y los 7 días de la semana. Guardando las proporciones, porque no soy Leonardo Di Caprio.
-¿Cuidas mucho tu vida privada?
-No tanto, porque nunca he sentido que me han pasado a llevar. Vivo con honestidad porque no es interesante con quien estoy saliendo. Si me pillan curado manejando, ahí, claro, me vuelvo farandulero. Uno debe saber reconocer esa delgada línea roja. Nunca he participado en ningún escándalo.
En la teleserie, Pancho interpreta a un personaje con fuertes convicciones ideológicas; en su vida real, ha participado en campañas como 'Amor de Papá', Greenpeace, Educación 2020 y contra la violencia de género.
"Me mueven las injusticias que existen en contra de las minorías. Es evidente cuando la balanza está desequilibrada, cuando no se asumen responsabilidades en pos de beneficios personales. No tengo un ideal concreto, pero cuando alguien me invita a ser parte de una campaña que tenga que ver con erradicar la violencia contra la mujer, uno dice ¡Sin duda! O el derecho a la educación. Todo eso me parece lógico. También el valor de los glaciares en Chile. Trato de replicar como yo funciono en mi casa, con mis hijos, con mi madre, mi hermana, mi mujer".
-¿Qué no apoyarías nunca?
-Las campañas políticas.
-Estuviste en la de Marco Enríquez-Ominami.
-No me quiero meter más en eso. Cada día estoy más desencantado con la política. Apoyé la llegada de la democracia a Chile, pero me siento defraudado. No comparto las peleas eternas y la descalificación sin límites.
-Tú que haces campañas publicitarias, ¿qué opinas de Pablo Schwarz que declaró que "un actor debe burlarse del modelo, avergonzar al poderoso; no puede fascinarle Ripley"?
-Fue interesante lo que sucedió con ese mensaje. Comparto la opinión de Pablo en el sentido de que es importante poner esta discusión sobre la mesa. No soy quien para decir cuál es la real función o filosofía de un artista. Yo invito a comprar autos, por ejemplo. Es una oportunidad, no lo puedo negar, comercialmente me funciona. Pero también hay que sentarse a discutir cuáles son los límites. No lo sé. También puedes hacer un comercial sin ningún tipo de beneficio. Cómo uno equilibra la balanza es una cosa totalmente personal.
-En 20 años de carrera, ¿de qué te sientes más orgulloso?
-De ser artista en Chile, porque no es fácil. Entré a Teatro sin saber muy bien por qué y le di el palo al gato. Me hace profundamente feliz hacer lo que hago. Me atreví a ser artista hace 25 años, cuando ser actor era de raros.
En 'Caleta de Sol', Francisco será Crescente, un oceanógrafo, hijo de pescadores, que trata de impedir la instalación de una termoeléctrica. "La apuesta de TVN tiene que ver con hacerse cargo de temas país", dice.
"La televisión cambia, hoy se enfrentan cuatro áreas dramáticas. Eso no había pasado nunca. Hay que repartir la torta".
- ¿Has logrado dilucidar cómo es que se triunfa con una teleserie?
- Sólo he aprendido que nadie tiene la mezcla perfecta. La fórmula del éxito no existe. Generalmente, uno tiende a echarles la culpa a un sin fin de variables, hay una cantidad de análisis maravillosos, pero no. Hay que seguir investigando. Creo que es importante estar siempre atentos a las teleseries brasileñas que van un paso más adelante. Ojalá nuestra TV algún día llegue a asemejarse a eso.