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Nadja y Carmina van en busca de su sueño olímpico

Las jóvenes veleristas, que pretenden poner en marcha un plan que las instale en las próximas Olimpiadas, comentan lo complejo de dedicarse a un deporte poco masivo.  

por:  Javier García Mendoza
sábado, 23 de agosto de 2014
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Ver a dos mujeres a bordo de una vela es un panorama imperdible para cualquiera que observa desde la playa. Más aún si ambas conjugan ganas, talento y esfuerzo para intentar representar a Chile en los próximos Juegos Olímpicos de Río 2016.

Nadja Horwitz, de 18 años, y Carmina Malsch, de 16, albergan ese sueño, el mismo que las podría tener compitiendo en la bahía de Guanabara por una medalla para el país.

Pero pese a lo espectacular de la oportunidad de decir presente en la cita de los cinco anillos, el camino no ha sido fácil, y tampoco lo será en el futuro. Tras ser vicecampeonas juveniles en la categoría de vela 420, han decidido dar el salto y pasar al velero 470 "Santander", un barco más grande y veloz que exige mucha técnica y táctica para dominarlo.

-¿Cómo nace esta afición por la vela?

-Nadja: Toda mi vida he ido los fines de semana a Algarrobo. Allí mis amigas de la playa se metían al curso de verano de Optimist (barco para menores de 15 años) para aprender a navegar. Como nuestros papás navegaban en barcos grandes, a nosotras nos dejaban allí aprendiendo. Ahí me empezó a gustar. Iba todos los fines de semana a entrenar, y de repente me di cuenta que me gustaba demasiado. Siempre fui deportista en todo caso. Cuando era más chica competía en esquí y en equitación, y también jugaba mucho tenis y hockey. Pero navegar es otra cosa...

-Carmina: Yo vengo de una familia de navegantes. Mis papás de hecho se conocieron en Algarrobo, donde los dos navegaban y de a poco me fueron inculcando esta actividad. Admito que no me gustaba mucho al principio. Partí navegando en Optimist, que es un bote muy chico, pero yo soy muy alta y entonces lo pasaba mal. No me gustaba la parte de ir al agua, pero sí todo el ambiente que rodea a la vela. Con el tiempo fui dejando los fines de semana para navegar, esos días eran sagrados. Allí supe que me gustaba.

- ¿Cuándo se dieron cuenta de que navegar dejó de ser un pasatiempo y querían competir para ganar?

-C: Yo soy muy competitiva, siempre quiero ganarle a la que navega al lado. El 2008 fui a mi primera competencia a Argentina y después a varios sudamericanos. En todo caso, el bichito de tratar de ganar siempre me entró cuando comencé a navegar con la Nadja, cuando me llamó y me dijo: '¿Por qué no vamos a un Mundial Juvenil juntas?'.

-N: Yo al principio me lo tomaba como un hobby , al igual que otros deportes como el hockey. En la vela, pese a que estaba siempre en los campeonatos de Algarrobo, me di cuenta de que quería que fuera algo más que un pasatiempo cuando pasé a Timonel (máxima categoría de Optimist). De un momento a otro ya había clasificado a mi primer Sudamericano el 2007. Si bien antes había viajado a otros campeonatos más chicos, fue allí donde me di cuenta que lo pasaba mucho mejor compitiendo que entrenando. Me empecé a poner las pilas y, de paso, fantasear con el sueño olímpico.

La ruta olímpica


El Comité Organizador de la cita olímpica en Brasil dispuso 20 cupos para esta modalidad de vela. Los primeros 10 se estarán disputando en el Mundial ISAF en España, en septiembre próximo. Allí las chilenas aspiran a sellar su clasificación. Si no, tendrán otras oportunidades en el Mundial 470 en 2015 que se iba a llevar a cabo en Israel, pero se ha postergado debido al complejo escenario político por el que atraviesa el país; y en el Mundial zonal 2016, que se efectuará en Buenos Aires.

-¿Se ven entrando con toda la delegación chilena en los Juegos Olímpicos de Río 2016?

-N: Cuando chica lo veía como algo muy lejano, casi inalcanzable. Pero de a poco uno va pasando etapas. Por ejemplo, jamás imaginé estar dentro de las tres mejores en un Mundial, y gracias a Dios se pudo lograr. Ahora se me presentó la oportunidad de estar presente en unas Olimpiadas, y pienso que es el minuto para darlo todo. Sé que es difícil, pero es factible. Más que presión, tengo hambre de triunfo.

-C: Sería increíble. Desde chica siempre me decía que iba a ir a unos Juegos Olímpicos. Yo esquiaba también, y sabía que navegando o esquiando iba a ir a unas Olimpiadas. Lo veía lejano igual, pero ahora me di cuenta de que en verdad se puede. Tengo muchas ganas por lograrlo.

A la sombra del fútbol


-Generalmente se dice que si en Chile no se trata de fútbol, no hay apoyo. ¿Lo ven así?

-N: Sí. Lamentablemente nosotras nos dedicamos a un deporte que necesita un gran aporte económico. Además, geográficamente en Chile es muy difícil competir porque estamos en una parte muy alejada del circuito que se desarrolla mayormente en Europa. Tenemos que viajar por lo menos tres o cuatro veces al año, lo cual implica gastos enormes. Pero en todo caso en Chile eso no pasa solamente con la vela. Hay grandes deportistas en otras disciplinas, y no solamente en el fútbol. Pero obvio que cuesta mucho quitarle espacio al fútbol solamente con las ganas.

-C: Respecto al apoyo económico, es muy complicado dedicarse a este deporte. La familia es muy importante en el financiamiento de esta actividad. Igual nunca me han dado ganas de tirar la toalla y dejar de competir representando a Chile.

-N: A mí me pasa lo mismo. No soy de esos deportistas que le echan la culpa a Chile. Obviamente, me encantaría estar en un país donde el deporte nacional fuera la vela y no el fútbol. Pero no me quejo. Me encanta Chile, amo mi tierra y es un orgullo competir por tu país. No me cambiaría de nacionalidad ni aunque en otro lado me ofrezcan más plata.

-¿Es posible vivir de este deporte en Chile?

-N: De ninguna manera. Por más de que lleguemos a ser campeonas olímpicas, no vamos a recibir ni un peso afuera. Aunque estemos inmersas en el profesionalismo de la vela, no nos podemos dar el lujo de vivir de esto. 

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