La actriz Zooey Deschanel es vista como una de la más fiel representante de esta nueva tendencia.
Foto Reuters
Mientras en Chile los hipsters aún son legión —los jóvenes obsesionados con una tendencia antes que se vuelva popular— en EE.UU. ya son pieza de museo. Y como a rey muerto, rey puesto, ya hay un reemplazante: El movimiento Twee.
La corriente arrasa de la mano de íconos como el director Wes Anderson (‘Los excéntricos Tenenbaum’) o la actriz Zooey Deschanel (‘New Girl’). El nombre nace de la transformación que hacen los niños al tratar de pronunciar la palabra sweet (dulce).
Tal y como los hipsters, un twee puede ser perfectamente identificado por una serie de características. Se trata de jóvenes simpáticos, educados, comprometidos y, obvio, sensibles. Puede que les gusten las cervezas, pero también las mermeladas caseras, cierta estética infantil, el cine de culto, el consumo de verduras y el gusto por los animales.
Este nuevo estilo viene de la mano del escritor Marc Spitz y su libro de 350 páginas, ‘Twee: la apacible revolución en la música, los libros, la televisión, la moda y el cine’.
Habla del movimiento que, según el autor, tiene más de 70 años y que se remontaría —nada más ni nada menos— que desde Anna Frank.
En ese contexto, Spitz dice que el dibujante Walt Disney es uno de los precursores de esta tendencia.
“La estética twee nace después de la Segunda Guerra Mundial y gente como él apostaron por la fantasía”, señala.
Anti- hipsters
Spitz apunta a que si bien los jóvenes twee no tienen capacidad para la maldad, sí son anti-hipster y detestan, al igual que ellos, lo ‘cool’.
De acuerdo con él, los hipsters se creen intelectualmente superiores, carecen de conciencia ecológica o salen sin freno por las noches, mientras que un twee visita a menudo a su abuela, recicla, mantiene los vínculos con su infancia, no es cruel, pasea en bicicleta, puede enamorarse hasta la taquicardia de una página web e incluso podría identificarse con la virginidad.
En un entrevista a la revista Q&A —que reproduce el diario El País— Marc Spitz argumenta que el movimiento tiene varias facetas e íconos de estilo.
“Hay gente como Tavi Gevinson (fashion blogger adolescente) o Morrisey, el verdadero rey… todos sabemos qué pertenece a la comunidad twee y qué no. Quería titular el libro «Generación twee» porque hubiera atrapado inmediatamente y vendería más, pero, siendo honesto, no podía, porque no hay sólo una generación”.