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21 películas perdidas del cine chileno

El reciente hallazgo de 'Eloy', extraño largometraje sobre bandoleros, entrega ahora cierta luz de esperanza.  

por:  Andrés Nazarala R. Desde Buenos Aires, La Segunda
jueves, 14 de agosto de 2014
filme chileno Golondrina

'Golondrina', un éxito de 1924.


Foto El Mercurio

'Eloy' es una rareza dentro del cine nacional. Basada en la novela homónima de Carlos Droguett, se estrenó el 17 de febrero de 1969 en Santiago y ocho meses más tarde en Buenos Aires. Y aunque fue dirigida por un cineasta boliviano (Humberto Ríos), se centra en las épicas andanzas de un bandolero chileno que es buscado por la policía. Con impecable banda sonora de Ángel Parra.

La película se perdió, supuestamente en un incendio que afectó a los Laboratorios Alex de la capital porteña, en 1969. Hasta que en 2010, el actor Mario Lorca -que encabeza el elenco con Tennyson Ferrada y Héctor Duvauchelle- recibió una copia en DVD de parte de una amiga que vive en Argentina.

"Seguimos la pista y en el camino hicimos una alianza con el Centro de Documentación Patrimonial de la U. de Talca", cuenta Luis Horta, coordinador de la Cineteca de la U. de Chile y figura clave detrás de la búsqueda. "Viajamos a hacer la investigación, la encontramos y actualmente estamos en la gestión de recursos que permita su restauración".

La única copia de 'Eloy' estaba guardada en la casa de su director, en mal estado. Por lo que necesita someterse a una reparación de sonido e imagen, además de una digitalización para que pueda tener un flamante reestreno.

Servicio de utilidad pública


El de 'Eloy' es uno de los pocos casos felices dentro del complejo trabajo de recuperar cintas extraviadas. Una labor que ha liderado la Cineteca desde hace una década y que se ha visto coronada por una campaña que tiene la urgencia de un aviso de utilidad pública: '21 películas perdidas del cine chileno'.

"El catastro lo realizamos entre el cineasta Pedro Chaskel y yo", explica Horta. "Sabíamos que la cifra es más bien un juego que permitía hacer circular la información y sensibilizar a quienes aún poseen copias a modo de coleccionismo".

Entre las piezas perdidas hay registros valiosos y documentales hasta éxitos de taquilla como 'Golondrina' (ver recuadro), filme de Nicanor de la Sotta que en el año 1924 fue tan popular como 'El Chacotero Sentimental' (1999).

"Y posiblemente se siguió explotando comercialmente. No nos extrañaría que existan fragmentos en casa de alguien", opina Horta.

-¿Qué otros casos dramáticos hay?

-Uno es la colección del Instituto de Cinematografía Educativa (ICE) de la Chile: el archivo más grande de películas que ha existido en el país y del que sólo conservamos algunos minutos. Aún así existen numerosos registros que no figuran en el listado y que son de gran valor, por lo que hacemos el llamado a que quienes poseen materiales fílmicos en sus casas se acerquen a la universidad para evaluar su recuperación y salvaguarda para las futuras generaciones.

El Estado y las platas


El investigador reconoce que la búsqueda de cintas perdidas ha sido un "proceso lento y dificultoso" pero que ha dado algunos frutos. "Han aparecido documentales del ICE, un fragmento de 15.000 dibujos, 'El Fin del Juego' (de 1970, con Héctor Noguera) y 'Juan Maula' (1970), de Dunav Kuzmanich. Igualmente creemos que la campaña ayudó a que aparecieran otras como 'Farewell' (1990), del documentalista Hernán Garrido, de quien seguimos buscando 'Prontuario' (1969). Esta última es un seguimiento en la cárcel al delincuente René Cerón Pardo.

"La campaña tiene una crítica implícita: la poca preocupación por el trabajo profesional en la salvaguarda del patrimonio fílmico chileno", agrega Horta. "Esto no sólo corresponde a los años 20 y 30, sino que hasta el 2000 seguíamos sin conocer a autores y sus obras".

Pero la lucha contra la negligencia, el coleccionismo inconsciente y -por qué no- el tiempo tiene una segunda etapa nada fácil: la restauración.

"Desde 2005 se abrieron concursos para conseguir financiar proyectos específicos; antes simplemente no había apoyo. Pero no es que le expongamos un plan de trabajo de cuatro años al Estado y luego éste subvenciona cuando amerita. Eso permitiría trabajar bajo los tiempos y ritmos de una Cineteca, que no son los mismos del modelo de producción comercial. No se puede rendir en 12 meses. En otros países el Estado apoya, fomenta y se involucra con sus propias instituciones".

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