Este jueves en 'Luchadores' una mujer necesita un trasplante de corazón, pero choca dramáticamente con la realidad nacional.
Este jueves en la noche, el docu-reality de TVN 'Luchadores' tendrá su episodio más dramático. Se trata de la historia de María de las Mercedes Calquín -La Menche-, quien espera un donante de corazón, en medio de un reencuentro con su familia y una incertidumbre que durará todo el programa.
Ella tampoco es muy consciente de la gravedad de su mal, una miocardiopatía dilatada que provoca que el músculo de su corazón sólo se contraiga en 20% (el parámetro es entre 60% y 70%). Tampoco cuenta con los recursos para estabilizarse y sólo encontrará apoyo en sus familiares.
Claudia Conserva la siguió desde el año pasado. "Este caso nos hará reflexionar sobre lo que significa la donación de órganos. Y el compromiso que asume una paciente con su familia", señala.
La Menche, aunque exteriormente es una mujer divertida y despreocupada, en el fondo ocultaba mucha soledad.
"Me da pena que no haya tenido un final feliz. Pero es una oportunidad para tomar conciencia sobre la donación. Por eso su familia permitió mostrar esto".
A la distancia, lo que más le llama la atención es la enorme desinformación. "La donación de órganos es un tema al que se le hace el quite. Ni tu familia conoce tu postura. La gente cree que hay coimas para estar primero en la lista. Hay gente que se niega después de una muerte cerebral, porque aún tiene la esperanza de que pueda volver. O cree que los cuerpos quedan destrozados. Son mitos. Yo viví de cerca los trasplantes. Doy fe del protocolo estricto".
La animadora dice que esto demuestra que se puede hacer una televisión pública que forme opinión. "Acá se instala un tema de conversación y que permite reflexionar sobre algo fundamental para la vida de las personas.
Con todos los años que llevo en televisión y todos los formatos en que he estado, puedo decir que yo no soy la misma después de este programa. Es la primera vez que me enfrento a un proyecto así".
Lo valioso, explica, es que el género de la telerrealidad permite mostrar una verdad. "Acá no hay edición ni se manipulan las historias. Nadie hubiera querido que esto terminara mal. Somos testigo de algo que sucede sin guión y como comunicadora me doy cuenta de que mi trabajo tiene sentido".
