Cuando lanza su décimo álbum, habla de religión, música y sexualidad.
Negó su fama de feminista: "No me calificaría a mí misma de nada. Ciertamente, con ninguna palabra con «ismo» o «ista» al final".
En 1999 fue ordenada sacerdote por la iglesia Latina tridentina. "Ser sacerdotisa era una desobediencia civil. Aunque merezco ser sacerdote, más que ninguno de ellos, por mi fe actual y el respeto que le tengo al Espíritu Santo. Eso no significa que sea una buena persona; no lo soy y no hace falta que lo sea", aseguró.
Respecto al mensaje público que le envió a Miley Cyrus, en el que le advertía que no dejara que la industria la prostituyera sostuvo: "No puedes separar el sexo de rock'n'roll, eso es realmente importante. Lo que me molesta, es que los artistas que son más sexualizados son niños y su público son niños".