A sus 67 años, la actriz sigue siendo un símbolo sexual, pero en su nueva comedia se olvidó de eso para encarnar a una abuela alcohólica, diabética y adicta a las pastillas.
"¿Quién más está en la competencia?", pregunta. "Quiero nombres".
De apariencia sustancialmente más joven que su edad, Sarandon no parece ni de lejos lo suficientemente madura como para interpretar a la abuela del personaje de Melissa McCarthy en la nueva comedia "Tammy", recién estrenada en Estados Unidos. Pero ella dice que sí.
"Soy mala para los números", admite Sarandon. "De hecho, sería lógico, si hubiera tenido una hija a los 16 años y si la madre de Melissa en la película la hubiera tenido también a los 16. Entonces sí podría ser su abuela".
Esbelta, con una blusa blanca de seda, pantalones que hacen juego, un collar de oro que dice "Honey", el pelo largo, rizado y rojo, Sarandon remata su atuendo con su accesorio favorito: una perrita maltés blanca mestiza de nombre Penny.
"La verdad es que es una perra callejera", susurra Sarandon, cubriéndole las orejas a la mascota. "Pero no se lo diga. Le chocan las etiquetas".
En general, Sarandon está muy lejos de ser la abuela que interpreta en "Tammy", adicta a las pastillas y el alcohol, y no muy privada de actividad sexual. La grosera Pearl, alegremente escandalosa, difícilmente se reconoce en la actriz.
"Es muy liberador verme tan mal en la pantalla", asegura Sarandon. "Sólo acentuamos todo aquello que normalmente ocultaríamos en la vida real. No importaba si estaba sudorosa, si traía el pelo apagado o la luz no me favorecía. Yo sólo decía: 'Vamos a darle'", y se ríe.
"Además, ¿qué es la edad?", continúa. "Como dije antes, siempre he tenido problemas con los números, así que la edad de los demás no me resuena. Si examinan mi vida, soy como un agente libre, sólo viajo por ahí sin considerar la edad. He estado con gente que... Bueno, no importa", concluye, con una sonrisa traviesa.
Pearl no es de esas ancianas que juegan bridge y tejen felices en su mecedora. Cuando su nieta Tammy es despedida de su empleo en un restaurante de comida rápida y llega a casa sólo para descubrir que su marido tiene una aventura con la vecina, se va corriendo a casa de su madre con la esperanza de que le preste algo de dinero para irse de la ciudad.
En lugar de eso, su abuela Pearl hace las maletas y le ofrece financiarle el viaje si es que le permite acompañarla para evitar su inminente traslado a una residencia de ancianos.
Esta improbable pareja se topa con personas aún más extrañas en su improvisado viaje. Entre ellas, una pareja de amantes lesbianas (Kathy Bates y Sandra Oh), un borrachín lujurioso (Gary Cole) y un tipo estrafalario (Mark Duplass) que se enamora de Tammy.
La película es literalmente una obra de amor, escrita por la misma McCarthy -afilada como hacha después del éxito de "La boda de mi mejor amiga" (2011) y "Chicas armadas y peligrosas" (2013)- junto a su esposo, Ben Falcone, quien además la dirigió.
"Melissa simplemente me llamó", relata Sarandon, que casualmente estaba trabajando en "The Last of Robin Hood", aún sin estrenarse, en la que también interpreta a una alcohólica.
"Me prepararon para el libreto en el teléfono, pero cuando lo recibí me di cuenta de que era aún más gracioso. Yo estaba muy entusiasmada por trabajar con Melissa".
"Y después Mark Duplass llamó y dijo que iba a interpretar a uno de los galanes", continúa. "Esta película de pronto se volvió una conspiración. La presión de mis compañeros me doblegó", concluye riendo. "Fue por eso que dije que sí la haría".
La única preocupación de Sarandon era el calendario.
"Estaba un poco preocupada, pues no había mucho tiempo entre estas dos películas en las que interpreto a personajes adictos al alcohol y a las pastillas", explica.
A Sarandon no la inquietó la perspectiva de interpretar a una vieja dama de peluca canosa, sin maquillaje y vestida siempre con poliéster.
"Nos intercambiamos imágenes de su posible aspecto y decidimos la cuestión de la edad. Ella no es mucho más vieja de lo que soy yo en realidad. Su problema es que no tiene la gente que tengo yo para maquillarme y arreglarme el cabello".
Como símbolo sexual de Hollywood desde que hizo "Atlantic City" (1980), sería razonable que a Sarandon le preocupara arruinar esa imagen. Al parecer no.
"Me di cuenta de que Melissa y Ben son muy talentosos y confié en ellos", dice la actriz. "No sabía qué iba a suceder con mi aspecto, pero estaba dispuesta a hacer la prueba". De modo que se esforzó por capturar la forma de caminar de una mujer como Pearl, una diabética con graves problemas con los pies.
"Teníamos tres juegos de tobillos hinchados que usaba en diferentes escenas de la película", recuerda Sarandon. "También me puse granos de pimienta en los zapatos para obligarme a cojear. Para ser una anciana, o das el salto o no lo das".
El momento más difícil sin duda fue la escena de sexo entre ella y el personaje de Cole, en el asiento trasero de un auto.
"Gary Cole interpreta a mi amante y es muy guapo y sensual", afirma Sarandon. "Yo interpreté esa escena en forma sensual. Luego me vi en el espejo y no podía creer lo mal que me veía. Pero sólo minutos antes estaba totalmente convencida de que Gary Cole se sentiría atraído por mi personaje de abuela".
"A fin de cuentas, pienso que él es muy bueno, pues me hizo sentir sensual pese a mi aspecto", concluye. "Gary realmente me convenció de que esa noche de sexo pudo haber ocurrido entre esa abuela y él de una manera que no hubiera sido para nada repulsiva".
Que en "Tammy" haya dos mujeres de viaje puede recordarnos a "Thelma & Louise" (1991), cinta en la que Sarandon y Geena Davis interpretaron a un par de amigas íntimas que huían de la ley.
"No pensé en eso por mucho tiempo", afirma. "Pero una vez que Melissa y yo estábamos en el auto, me di cuenta de que, en efecto, eso podría recordarle al público la otra película. Afortunadamente, son muy distintas".
Sarandon, ganadora del Oscar y conocida por sus roles dramáticos, tiene poca experiencia en el tipo de comedia exagerada en que se especializa McCarthy, pero le siguió alegremente el juego.
"Nunca me había reído tanto como cuando Melissa me puso una bolsa de papel en la cabeza, en una escena donde vamos a devolver el dinero de un asalto", agrega Sarandon. "No podía contenerme y me sentí muy bien riéndome de esa manera. Para mí, fue un experimento verdaderamente maravilloso trabajar como no lo había hecho en mucho tiempo".
Nacida en Queens, Nueva York, con el nombre de Susan Abigail Tomalin, Sarandon tiene una dilatada filmografía de cintas ya clásicas como "The Rocky Horror Picture Show" (1975), "Niña bonita" (1978), "Atlantic City", "Bull Durham" (1988), "Thelma & Louise" (1991) y "El cliente" (1994). En 1995, "Dead Man Walking" le valió un Oscar a la Mejor Actriz por su interpretación de la religiosa Helen Prejean.
Hoy sigue siendo una de las actrices más activas de Hollywood. Además de "Tammy" y "The Last of Robin Hood", este año la veremos en "Ping Pong Summer", un drama en el que ella interpreta a una ex campeona de ping-pong, y en "The Calling", donde encarna a una oficial de policía de un pequeño pueblo que anda tras un asesino desquiciado.
Recientemente circuló en Twitter una foto de Sarandon y su amiga Geena Davis, lo que suscitó rumores sobre una segunda parte de "Thelma & Louise". Algo difícil de imaginar, considerando que sus personajes al parecer mueren al final de esa película.
"Es una idea excelente y me encantaría volver a trabajar con Geena", afirma Sarandon. "Por ahí han andado rebotando algunas ideas para la segunda parte de 'Thelma & Louise', pero francamente eran ridículas".
