El gris es el color que predomina. Hombres con corbatas saliendo de sus trabajos en una gran metrópolis invadirán el escenario para luego mostrar su lado B. Ahí se despojarán de la agobiante rutina para iniciar un espectáculo que mezclará danza, teatro y circo. 'Cirkopolis', de Cirque Éloize -que Fitam trae desde Canadá- se presentará del 17 a 27 de julio, en el Teatro Municipal de Las Condes.

Ashley Carr (39) es británico y el protagonista, quien le da unidad al show. Es un payaso no convencional, pero hará reír. Dice ser tímido, aunque cada comentario lo transforma en broma. "Con este trabajo tienes que olvidarte de tener esposa e hijos. ¡A veces viajas por ocho meses!... Es preferible tener novias en todos lados", acota con una carcajada.

Tomó la decisión de sacar un grado académico en Inglaterra que respaldara su expertise en circo, salió con honores. "Para mi examen final invité a mis padres, que no estaban felices con esto, y más encima tenía que saltar por un aro de fuego", recuerda.

Claro que no todo es chiste. Seriamente dice que lo que terminó por convencer a los suyos. "Se dieron cuenta de que funcionaba, que podía vivir de esto y que era un ambiente muy acogedor".

Para él la compañía Éloize es su "familia". "Mi padre está en nueva Zelandia, mi madre en Bulgaria, mi hermano en Inglaterra y yo en Montreal. Esto es sangre, sudor y lágrimas, por eso tienes que amarlo", asegura.

Una de las bellas acróbatas es Lea Toran, española. La rubia tiene apenas 22 años y recién se unió a la compañía en junio. Es su primera vez en un espectáculo profesional. "Vengo de una familia súper académica, mis padres son profesores y mi hermano estudia sicología, pero soy joven y saben que siempre tengo opciones para el futuro. Creo que tomé la decisión correcta", afirma.

Cuentan que ensayan un par horas al día en cada país que visitan. Lea comenzó a entrenar gimnasia a los 5 años, lo que luego derivó en la disciplina circense. "Ya lo he hecho tantas veces que no me asusta", sostiene. Sí se preocupa más de la parte actoral. "Hay días en los que estoy más conectada conmigo misma y eso la gente lo nota. Cuando no estoy balanceada no atrapo a la gente", confiesa.

Ashley no se complica: "El miedo yo lo manejo yendo al baño".

Dos horas antes de cada función hacen un ritual, en círculo. "Es una tradición que heredamos hace muchísimos años". Se trata de abrirse, escuchar y concentrarse en cada uno. Lea explica: "Tocamos el escenario, nos fijamos en quién está a nuestro lado, en lo que está sintiendo, en silencio. Después lanzamos un palo y vamos cada uno agarrándolo para recordar que estamos juntos en esto".