El director argentino regresó a Chile con una emotiva cinta protagonizada por Mario Casas sobre un niño que busca a su padre. Además, reestrenará 'Tango Feroz'.
"Aquí hay de todo. Lo bueno y lo malo", dice el director argentino Marcelo Piñeyro entre risas frente a su asombrosa colección de películas; un completo muestrario donde Godard, Truffaut y Cassavetes conviven sin problemas con blockbusters de Hollywood.
Una zona tan heterogénea como su filmografía, compuesta de películas como 'Tango feroz' (un fenómeno en la historia del cine argentino), 'Cenizas del paraíso' y 'Plata quemada', entre otras.
Ayer estrenó en Chile 'Ismael', un melodrama que no le da la espalda a la ligereza humorística y sigue a un niño negro que busca a su padre en Barcelona, que filmó con una suerte de dream-team español: Mario Casas (actor revelación del elenco de 'Los 33'), Belén Rueda, Sergi López y el argentino Juan Diego Botto.
A Casas lo descubrió en la película 'Grupo 7', sobre la corrupción policial en Sevilla. "Yo me dije «qué interesante este actor». Era la estrella más conocida de España ¡y yo no lo conocía!", cuenta Piñeyro, riéndose. Le mandaron el guión y lo leyó volando. "Lo citamos en una cafetería y vi entrar a un tipo. Le dije al productor: «Alguien así busco. Era Mario. Llegó como él se imaginó al personaje, no como él anda por la vida. Es un actor tremendo, con una intuición precisa, trabajador como pocos. Es un tipo excepcional".
El director cuenta: "Yo venía de hacer dos películas ('El método' y 'La viuda de los jueves') muy cerebrales, intentando que no hubiera un involucramiento emocional entre el espectador y la película", analiza Piñeyro. "Tenía necesidad de conectar con el lado luminoso del ser humano y volver al arco emocional sobre el que se sostiene el relato".
La historia -coescrita junto a su habitual colaborador Marcelo Figueras y la española Verónica Fernández- nació de observaciones que hizo en sus viajes a Barcelona y que apuntan a dos fenómenos sociales: la transformación del concepto de familia y la multiculturalidad. "La sociedad catalana tiene mucho en común con la argentina, pero también muchas diferencias. Así surgió este guión que habla de relaciones humanas".
"Esta es una película de personajes. Como transcurre en 24 horas, podemos ver sus transformaciones en ese lapsus de tiempo", agrega el director.
Son un profesor idealista, una mujer exitista ensimismada en sus asuntos, una joven inmigrante, su marido y un gracioso tipo encarnado por Sergi López.
"Sergi es lo catalán, y hay una cosa que me gusta mucho de ese espíritu. Ante el momento más dramático, dicen: «Saquemos un vinito, un rico jamón y que no se hunda el mundo»", destaca Piñeyro. "Traté de que la película tuviese esa ligereza. La idea era no subrayar lo dramático, quise acoger esa permanente ironía de que todo se relativiza".
Piñeyro se identifica: "Tengo un poco de cada personaje y no soy absolutamente ninguno de ellos. Si no, no los hubiese podido pensar ni escribir. Me reconozco en cada una de sus cosas. Al filmar sentí que tenía un involucramiento y una identificación mucho mayor de lo que creía".
Ahora, además, se cumplen 20 años de 'Tango feroz', su ópera prima, una de las películas más vistas en la historia del cine argentino (con 1 millón 700 tickets ), dueña de una banda sonora que sigue siendo el segundo disco de rock nacional más vendido. La cinta, que fue un éxito en países como España, Sudáfrica y Corea del Sur, se reestrenará en septiembre.
"Por los 20 años, me la empezaron a pedir de festivales", cuenta el realizador. "Las copias estaban en pésimas condiciones. El negativo lo encontré en la Filmoteca Española. La llevé a París y la restauraron cuadro por cuadro durante 9 meses y quedó mejor que el estreno. Me di cuenta de que la película tiene el mismo poder para relacionarse con el espectador. Fue potentísimo".
