Cultura/Espectáculos
Compartir | | Ampliar Reducir

Guillermo Lorca, el genio de la pintura debuta en el cine: "Mis momentos más intensos son cuando juego a ser Dios"

Luego de 'La vida eterna', su exitosa exposición en el MNBA, el artista actuará en 'El verano de los peces voladores', de Marcela Said. En la cinta, sus pinturas jugarán un rol clave. "He podido ser un profeta en mi tierra", dice él.  

por:  La Segunda
martes, 08 de julio de 2014
Imagen
Imagen
jQuery Carousel

Por Catalina Cabello

Guillermo Lorca habla sobre un elemento común de la muerte y el orgasmo: el yo y la individualidad se pierden. Mientras tanto, pone a hervir a agua y se toma un té en un tazón de Mickey Mouse.

El taller del pintor que estudió arte en la Católica -y luego en Noruega junto al enfant terrible del arte escandinavo: Odd Nerdrum- está en el Barrio Yungay. Es como una escena de su propia imaginación: objetos antiguos, piso de madera, acuarelas, colores, atriles, un computador, una cámara reflex, una cocina, un cojín de The Beatles y otro de Betty Boop.

A sus 31 años, Lorca es uno de los pintores que más ha dado que hablar últimamente. 'La vida eterna', una serie de 24 obras realistas que expuso en el Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA), terminó la semana pasada y convocó a 140.000 personas, casi la mitad de asistentes que llega al museo en un año completo. Exito también para la artista, curadora y art dealer Yael Rosenblut (ver recuadro).

"Tengo una capacidad de viajar por mí mismo y una falta de cinismo interno muy grande. Me he analizado y reconozco ciertos sentimientos: No tengo represión mental, quizás no vivo una vida tan intensa, pero lo que pasa en mi mente es muy fuerte. Creo que la exposición fue un éxito porque ahí hablé de las pulsiones básicas del humano: erotismo, niñez, muerte, violencia y libido".

Ahora, él se prepara para debutar en el cine, con 'El verano de los peces voladores', de Marcela Said ('I love Pinochet', 'Opus Dei'), que se estrena el 28 de agosto y que abordará el conflicto mapuche. Guillermo se interpretará a sí mismo: Lorca. El resto del equipo incluye a Gregory Cohen, Francisca Walker, María Izquierdo, Paola Lattus, Bastián Bodenhöfer y Roberto Cayuqueo.

La directora decidió darle un rol clave a los óleos en la cinta.

"La presencia de los cuadros no es menor. Hay una escena en que se ve mi taller y la cámara se mete en el cuadro 'Casita de dulces', que tendrá un guiño importante al final de la película", adelanta.

Con todo, Guillermo afirma que, por ahora, no actuará más: "Me apasiona la pintura mil veces más, porque es espiritual. El problema es que es un oficio muy solo, sacrifico un poco de mi felicidad. La actuación otorga una vida más feliz, pero no es que deba elegir, no soy un aporte al mundo siendo actor", asegura riéndose y le hace cariño a 'Chopi', la perrita que adoptó hace un año y medio.

Mujeres, tragos y soledad

Guillermo cuenta que no escucha música mientras pinta, ahora prefiere concentrarse con conferencias o libros hablados. También llama a amigas para conversar.

"Prefiero hablar con mujeres, porque les gusta conversar mucho más que a los hombres. Mis amigos me contestan con monosílabos", se queja.

"La soledad es algo ineludible, pero la necesito. Para pintar, tengo que entrar en mí. Tengo mis momentos de euforia, que suben y bajan, pero nunca he caído, por ejemplo, en el copete. El trago es un llenador de soledad muy práctico, por eso no tengo el hábito de tomar".

-Muchos no han sido profetas en su tierra, pero a ti te ha ido bien....

-He podido ser profeta en mi tierra. Me siento orgulloso de haberme legitimado en Chile. Nadie dijo: "Oh, este pintor la rompe en Nueva York, así que traigámoslo". Me eligieron acá. Los chilenos lo supieron antes que los gringos.

-¿Cuál es la situación actual de la pintura en Chile?

-Todavía es como una provincia menor de lo que pasa en el mercado internacional. Los artistas pueden aportar mucho, pero el mercado es más conveniente afuera.

-¿Hoy en día quién compra arte?

-Hay una nueva generación con respecto a los clásicos compradores de arte. Se está adoptando la costumbre gringa: la idea del coleccionista. Ahora, una cosa es comprar arte entendiéndolo como una inversión y otro es comprarlo para ver cómo me va a quedar en el living; eso todavía pega más en Chile. Pero el nicho es chico: se venden más muebles.

-¿Y tú puedes vivir de tu arte?

-Sí, sin ningún problema. Los cuadros de la exposición en MNBA estaban todos vendidos.

-¿Cómo gastas la plata que ganas?

-Me gustan ciertas cosas como un auto más o menos bueno, poder gastar sin medirme tanto... no me mido (risas), pero no gasto en cosas grandes. Lo que me interesa es saber que puedo pintar lo que quiera sin tener que sufrir: Tengo total libertad. Cuando no hay plata, influye en el trabajo. Cuando mejor me ha ido económicamente es cuando más osado he sido en términos creativos.

- Site hubiese tocado nacer en la pobreza, ¿serías artista?

-No, seguro que no. La vida se hace más dura. Pero si hubiese sido heredero de un imperio, como el de Angelini, tampoco sería artista porque esto es muy artesanal, no hay que ser un príncipe.

"Mi vanidad era mala"

Lo cierto es que Lorca tenía 20 años cuando una arquitecta le mostró su obra al difunto Guillermo Luksic. Desde ahí, pintor y empresario tuvieron una relación muy estrecha.

-Te haces muchos autorretratos. ¿Por qué?

-Lo pienso a largo plazo, para verme después de viejo. El autorretrato es un enfrentamiento conmigo mismo... me han criticado por hacerlos.

-¿Sí?

-Decían que era muy vanidoso.

-¿Y lo eres?

-Sí, pero no tanto.

-¿Cómo expresas tu vanidad?

-En un momento, mi vanidad era mala: Me tenía que reconocer constantemente, me miraba al espejo en un afán de reconocimiento. Internamente, no me sentía bien conmigo y, cuando me miraba, me sentía un poco mejor.

-¿Qué te pasa cuando miras tu autorretrato?

-No me sale tan fácil, porque me cuesta mucho llegar a la frialdad requerida para mirar mi propia imagen.

-¿Eres un hombre intenso?

-Sí, pero a ratos. De repente entro en frialdades medio extrañas. En general, la intensidad la llevo en la parte creativa, no en la vida real. Mis momentos más intensos es cuando juego a ser Dios y creo mi propio mundo: Ahí me hiperventilo.

-¿Y qué pasa con ese mito del pintor mujeriego?

-No saco mucha polola ni nada, soy de un ratito, pero ese ratito me gusta vivirlo. Que sea como si hubiese amor, porque el sexo sin amor no tiene sentido. Uno puede entrar en 'modo amor' con una desconocida.

-Igual, típico que piensan que soy gay. Pero no. Aunque no tengo ningún problema por eso. Si me gritan 'hueco' en la calle, es como que a ti te griten rubia. No tengo prejuicios.

-¿Y eres religioso?

-No, pero la naturaleza me parece divina. No creo que haya un Dios que maneje todo. No creo en la trascendencia ni en la vida después de la muerte.

Queremos conocerte. Por favor, responde esta encuesta.
Redes sociales
Redes sociales
Portada

Cerrar

img