Está sentido. Daniel Muñoz venía trabajando hace meses en la serie 'Príncipes de Barrio', que tenía como fecha de inicio el pasado 8 de junio, por las pantallas de Canal 13, y que hoy figura en calidad de "congelada".

Fue un balde de agua fría para Muñoz y una sorpresa mayor para quienes trabajaron en ese proyecto, ya que había ganado un CNTV y estaba enfocada en el fútbol en tiempos en que es tema obligado en cualquier grupo humano.

"El canal tiene sus motivos, pero se equivocaron. La van a dejar para el próximo año porque consideraron que no estaba presentable para estar en esta fecha", dice el actor, protagonista de la serie.

-¿Cuál es la razón oficial para suspender 'Príncipes de barrio'?

-Ellos dicen que por calidad, pero todos los que estamos adentro sabemos que las encuestas y testeos decían todo lo contrario. El problema es que Canal 13 viene cambiando ejecutivos frecuentemente y llegó uno nuevo que decidió que la serie no iba no más.

-¿Dolido?

-Se farrearon una gran posibilidad, yo que llevo un tiempo en esto igual me doy cuenta cuando el trabajo tiene posibilidades de transformarse en un hito. Sentía con esta serie lo mismo que sentía con 'Los 80'. 'Príncipes de barrio' venía justamente a recibir el testimonio y ser la continuidad de 'Los 80'. La historia era muy buena, buenos personajes, guión y presentaba actores jóvenes de mucho talento. Tenía todo para que le fuera bien. Estaba hecha para estrenarla en estos días de Mundial, pero el cambió de dirección en el canal no respetó eso.

En el escenario actual, en que todos están tocando la misma tecla, era la oportunidad de que Canal 13 saliera con algo diferente, algo de contenido. Tenía la posibilidad de hacer algo interesante y profundo en torno a un tema que la gente lo entiende como entretenimiento. Canal 13 se equivocó al congelar 'Príncipes de barrio' y se pasó por encima muchos compromisos y el trabajo de mucha gente. Estoy muy choreado con la decisión. Respeto las razones de los ejecutivos, pero se equivocaron.

La santísima trinidad

Siempre está en algo. La vida de Daniel Muñoz se mueve. Y bastante.

No tan vertiginosamente como en los años 90, cuando era el comediante más popular de la televisión chilena con personajes como El Malo, El Carmelo o El Chanta, entre otros. "No podría hacerlo ahora... A veces pienso lo que significaba, el nivel de adrenalina para hacer humor en vivo es indescriptible. Ir a Viña del Mar era una locura. A veces digo: ¿En qué estado de mi vida pasaba para haber hecho eso? Hoy no lo haría ni cagando. Es lo más difícil que he hecho en mi vida. Fueron años haciendo shows en vivo, escenarios masivos", cuenta.

Por esos días, Daniel reconoce que ganó dinero fama y fue víctima de una bullada estafa por parte del 'Contador de las estrellas', Luis Cajas, que lo dejó con deuda millonaria con el fisco.

Está cumpliendo 30 años de actor y aunque no se acuerda cuánto le pagaron por su primer papel, asegura tener una relación bastante particular con el dinero. "Soy generoso, no tacaño. Soy responsable de mucha gente que necesita de mí, entonces me veo siempre obligado a compartir. Creo que he perdido mucha plata sí, por diferentes motivos. Lo más conocido fue por el Contador de los idiotas", dice entre risas. Pero no esconde el drama que vivió después de la estafa. "Fue en los años en que mejor nos iba, perdí mucha plata, quedé endeudado de por vida con el fisco. No sé cuánto llegué a deber, sólo sé que hace unas semanas logré ponerme al día con Impuestos Internos.

Nunca pudo atenuar la deuda. "Por el contrario, fue aumentando. El señor Luis Cajas todavía no es condenado, todavía anda por ahí firmando, le embargaron lo que tenía que no era nada. El decía que movía la plata en inversiones y finalmente esos movimientos lo terminaron perjudicando. Es un imbécil que no merece ningún tipo de análisis".

La vida de Muñoz, a los 48 años, se divide en lo que el define como la "santísima trinidad": la actuación, las cuecas y la familia. "Estoy dedicando a mi pareja y mi hijo todo lo que no le dediqué por años a la familia. Estoy tratando de responder por todo lo que no cumplí. Me lancé de lleno al oficio y me cegué un poco. Ahora disfruto como padre de familia y esposo", cuenta el actor.

"A veces te transformas en un hombre egoísta. Cuando priorizas tu oficio por encima de los vínculos afectivos te desequilibras. Yo estuve mucho tiempo desequilibrado en ese sentido, pero encontré un equilibrio espiritual que me tiene encandilado. No podría hacer nada bien y estar tranquilo si no tuviera contacto con algo tan importante como los lazos familiares. Tuve dos separaciones en mi vida justamente por esto y no quiero que me vuelva a pasar. Hoy mi familia es un tónico y eso hace que todo sea estimulante".

Cuecas y envidias

Daniel Muñoz se ha dedicado al rescate de la cueca chora a través de varios proyectos musicales. El último es en sociedad con Los Marujos, con los que está realizando actuaciones en formato íntimo en distintos escenarios del país. El 30 de junio llegan a la SCD Plaza Vespucio. "Me siento, por sobre todo, actor. A eso me dedico y es lo que para la olla en la casa. Pero la música tiene importancia, aunque siempre está supeditada a mi trabajo de actor. No podría dejar el canto botado. He sacrificado sí un poco el teatro por la música".

-¿Te siguen cuestionando en el mundo del folclor?

-Harto. En todos lados hay envidias, gente que no deja que otros brillen. Cuando entré a esto era absolutamente cerrado, no había lugares, sólo se conocía la cueca huasa y la que ahora gusta, la cueca chora, la cueca brava, en ese tiempo era considerada ordinaria. Había que pasar ese tremendo muro, después meterse en la cofradía y encontrar apoyo. Tuve que demostrar cantando que podía hacerlo. Cometí muchos errores, se me olvidaba la letra, entraba mal en los tiempos musicales, fallé muchas veces pero me arriesgué. Me di cuenta que ser conocido abría puertas, eso genera envidia y recelo.

"Que Juan Herrera descanse"

A fines de septiembre deberían volver 'Los 80', que esta semana comienza con lectura de guión, ambientada en 1989. El peso de la serie y su prolongación en la pantalla ya comienza a provocar efectos en Daniel. "Es muy agotador, hace varias temporadas tengo ganas de que sea la última. Es hora de que Juan Herrera descanse, pero ahí la labor de los guionistas ha sido fundamental, porque, sinceramente, ya no veía qué podría pasar para sorprender. Afortunadamente, me voy reencantando con la serie... Debiera quedar bonito lo que viene".