Cuando Delfina Guzmán y Elisa Zulueta llegaron a la U Finis Terrae para participar en el streaming de los miércoles de la segunda online, que conduce Ana Josefa Silva, para hablar del regreso de la exitosa obra “La Grabación” se armó el revuelo.
Junto a las boleterías del teatro de la UFT, tres personas que la vieron llegar le rogaron a Delfina que por favor la dejaran tomarse una foto con ellas. Al llegar al estudio de TV, las alumnas de periodismo encargadas de las cámaras del programa le pidieron lo mismo. Y ya al terminar, cuando ambas actrices subieron al patio de la cafetería que está junto al lobby del teatro, los estudiantes que jugaban pin pon, conversaban y corrían animadamente, dejaron las paletas, el café, se detuvieron y prorrumpieron en espontáneos aplausos y gritos de “¡ídola!” mientras Delfina cruzaba el patio en dirección a la puerta de Pedro de Valdivia.
Eso es lo único que en ella califica como “rockstar”. Porque Delfina será deslenguada, divertida, garabatera, sin filtro, pero arrogante jamás ha sido. Elisa Zulueta, estrella de TV gracias a “Socias”, “Lola”, “Dama y obrero, “Soltera otra vez”, menos aún: es evidente que ella disfruta estas demostraciones de admiración hacia su compañera de elenco con auténtico afecto filial (son abuela y nieta sólo en la ficción, aunque se tratan como si de verdad lo fueran). Elisa, un talento joven de impresionante curriculum (autora de la aclamada “Gladys” y de “Pérez”), es lo más lejano a una estrellita de TV. La obra que las unió es la versión teatral de la novela-biografía que Rafael Gumucio escribió para retratar a su abuela Marta Rivas, una mujer indescriptible y única, que fuera amiga de Delfina.
“La Grabación” fue un exitazo a fines del año pasado y en el verano. Ahora vuelve al GAM, dentro del Ciclo Teatro Hoy que organiza FITAM, entre el 13 y el 22 de junio. Ojo: ya hay funciones agotadas. Reserve a tiempo.
Aquí Delfina y Elisa cuentan lo que ha sido convertirse en abuela y nieta, cómo el montaje las hizo inseparables, los extenuantes ensayos bajo la dirección de Alvaro Viguera, lo que es repasar nuestra historia a través de esta mujer de singular vida, directamente vinculada a personas como MEO, Manuela Gumucio y personajes relevantes de la vida chilena. Y lo que es sentir la cercanía de muerte, la vejez, las contradicciones de una persona, de una clase social, de los chilenos y cómo el humor fluye en esta hora y cuarto sobre el escenario. “Nunca he dicho tanto garabato en el escenario”, fue una de las confesiones que nos hizo Delfina.
