Tras ser requisadas las cenizas con los supuestos pagarés de la U. del Mar, el artista pasó a la "clandestinidad", según dijo en Facebook.
Nicanor Parra se declaró fan de Papas Fritas, que así apareció en su video delator.
Foto La Segunda
"No hay ni Playstation en la embajada", escribió en su facebook (/francisco.papas), tras pasar a la "clandestinidad", según declaró.
En la mejor tradición del happening y el situacionismo de los años ´60, Papas Fritas - nacido en 1983- es un agitador cultural que desde Maipú y sin estudios formales de arte, ha conseguido titulares por exhibir una moneda hecha de pasta base (Galería Metropolitana, 2012) o cuando en la Bienal 798 de Beijing fue elegido entra los 10 mejores artistas del evento gracias a un video de un hoyo uniendo a Chile y China a través de teléfonos hechos con tarros de café.
Pero su gran hito mediático fue cuando se tatúo el logotipo del Fondart en la espalda (VI Bienal de Arte Contemporáneo, 2008). También aprovechó de convertir a la entonces, ministra de cultura Paulina Urrutia en una escultura de Sor Teresa y terminó lanzándola al río. El 2012, en Chaco vendió obras críticas al consumo (como los 101 dálmatas perseguiendo una zapatilla Nike) en más de 3 mil dólares.
Acciones explícitas y de fácil comprensión lo han hecho famoso, pero sin la masividad que busca conseguir. Aunque uno de sus fans es nada menos que Nicanor Parra, quien lo invitó a Las Cruces y se declaró su admirador.
Hoy, mientras en las redes se sigue hablando de lo que el futuro le depara, el artista escribe en Facebook que agradece "a esa gente humilde que ha sonreído porque por primera vez, tras quizás mucho mucho tiempo, cuando los de cuello y corbata pierden y nosotros ganamos". Y llama a continuar la lucha que su obra comenzó: "Es necesario unificar fuerzas y perder el miedo criminal que han cultivado en nuestras cabezas".