"Reconozco que me costó aceptar que Seba fuera artista. Nos hizo sacar canas", confesó Alejandro Silva, el padre, tras la premiere de la película que protagonizan Michael Cera, Gaby Hoffmann y 3 hermanos del director.
El Cine Arte Normandie fue el elegido para la premiere de la familia Silva Irarrázabal. En "Crystal Fairy" Sebastián Silva ("La Nana") dirige a Michael Cera, Gaby Hoffmann y a tres de sus hermanos: Juan Andrés, José Miguel y Agustín. Todos se saludan de besos y abrazos. Abundan las fotos y felicitaciones después de la función.
La historia -que le sucedió en la vida real- entusiasmó a los invitados que se rieron con ganas del viaje de cuatro amigos y una misteriosa mujer al norte de Chile para tomar San Pedro, el alucinógeno de Los Andes.
"Cuando asumes que tu hijo es artista, te liberas", asegura don Alejandro Silva, padre de los 7 hermanos.
Para él, un reconocido abogado, fue difícil aceptar este camino poco ortodoxo del cineasta que reside en EE.UU. "Reconozco que me costó aceptar que Sebastián fuera artista. El era muy mal alumno en el colegio (Verbo Divino). Nos hizo sacar canas... Tuvimos dificultades, no cabe duda. Tenía mucho temor de que no llegara a nada. Incluso traté de buscarle un trabajo de oficina. Fue imposible. Después me di cuenta de que él no estaba para eso", relata.
Hasta que un fotógrafo comentó unas instantáneas de Sebastián. "Tu hijo tiene un volcán en erupción en la cabeza. Tienes que dejarlo ser", fue el consejo. Y lo siguió. "Me costó dejar volar a Seba, pero ahora quiero que vuele hasta donde quiera", cuenta emocionado.
Después de la proyección, Sebastián subió junto a dos de sus hermanos "actores" al escenario. El reveló sabrosos detalles de la verdadera Crystal Fairy, la gringa con la que se reencontró cuando estrenó la película. "Para ella, todos los días se abría un nuevo portal galáctico", dijo. "Iba de descansar CON las piedras, no EN las piedras". Igualmente, contó detalles de la producción, donde los únicos actores eran Cera, el protagonista de "Juno", y Hoffmann. El resto, residentes de la zona.
"Fue increíble trabajar con mis hermanos. Con la familia no hay horas extras. No hay rencores después del bullying", dice riendo.
En un momento le consultaron por "Magic, Magic", su cinta que filmó también junto a Cera. A gritos le preguntó a Juan de Dios Larraín, de Fábula, productor asociado, quién le confirmó las casi nulas posibilidades de que llegue a Chile. "Entonces, Torrent", sugirió desatando carcajadas en el público.
Juan Andrés (Champa), explicó a "La Segunda" después: "Sebastián ha creado algo súper especial. El nos invitó a tener un camino más creativo; a actuar, dibujar, escribir. Le abrió las puertas del arte a la familia. Nuestra educación era más conservadora, sobre todo por el lado del colegio y los papás. El nos abrió la mente en muchos sentidos y eso se refleja en nuestra relación. Ya no tenemos trancas entre nosotros".
Soledad Irarrázabal, la madre, aplaudió la función y se mató de la risa cuando sus hijos contaban que tomaron San Pedro en el rodaje.
"Los niños lo único que quieren es que yo me fume algo, pero a mí no me interesa para nada. Además ese tal peyote me pareció asqueroso", comentó riéndose. "Ahora, si ellos prueban cosas, es problema de ellos".
-Seba tuvo malas notas en el colegio, pero llegó a Sundance. ¿Se redimió frente a la familia?
-Para mí, Sebastián nunca fue la oveja negra que, quizás, él creyó que nosotros pensábamos. Es cierto que no le iba bien, le cargaba estudiar, la disciplina, pero siempre fue un tipo admirable, cariñoso y especial. A mí me preocupaba que no se sintiera feliz en el colegio, nunca me preocupó qué haría con su vida. A mí no me importa la plata ni que sean ricos y famosos
-El dijo que con esta Crystal Fairy descubrió la compasión...
-Sebastián es una persona muy sensible. Ha sufrido harto en su vida. Él sabe padecer junto al otro: por eso hizo esta película.
