No se trata sólo de estar ensimismado con el teléfono, cosa que a más de alguno le habrá traído peleas… Esta es una enfermedad, pariente de la tendinitis, provocada por el abuso de conexión. Y duele.
Foto Reuters
Si son alrededor de 480 millones de personas las que usan a diario el WhatsApp, ya era hora de que a alguien le pasara. Por lo popular que es la aplicación, lo mínimo es que haya una enfermedad que lleve su nombre.
Según publicó la revista británica The Lancet, el mundo acaba de ser testigo de la primera persona a quien se le ha diagnosticado la “whatsappitis”, un derivado de la tendinitis cuya gracia —o desgracia— es que se produce por estar muchas horas pegado a este sistema de mensajería móvil.
La famosa paciente es una mujer de 34 años y embarazada de 27 semanas.
Según indica The Lancet, ella había finalizado su turno de guardia en un hospital el 24 de diciembre pasado, cuando sintió un fuerte dolor en su muñeca.
Cuando llegó a su casa, decidió comenzar a responder los mensajes de navidad que le habían llegado durante el día… y se quedó pegada seis horas. ¿El resultado? El dolor de la muñeca se le trasladó al dedo pulgar por haber abusado de éste para manipular su smartphone.
El tratamiento en estos casos, sostiene la revista médica, consiste en antiinflamatorios, descanso y la prohibición de usar el móvil, aunque la paciente no siguió las indicaciones y volvió a sufrir molestias tras las fiestas de Año Nuevo.
El novedoso diagnóstico ha traído inevitablemente el recuerdo de la “nintendinitis”, dada a conocer en 1990 en un artículo de la revista médica The New England Journal of Medicine. Esta saltó a la fama luego que —coincidentemente— una mujer de 35 años jugó Nintendo por cinco horas seguidas.
Otro descubrimiento de los efectos de la modernidad. Además de abstraer de todo lo que pasa alrededor o de generar grandes desaires a interlocutores de carne y hueso, el WhatsApp también puede dejar secuelas tan desagradables como un dedo gordo adolorido.