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Roberto Vander impactado con la muerte de Mónica Spear: "Yo no vuelvo a Venezuela"

El actor y la ex Miss Venezuela protagonizaron "Pasión prohibida", en la que, coincidentemente, Spear muere en el último capítulo. El está en Chile, devastado. "Ella adoraba su país... pero lo que pasó en esa carretera sucede todos los días".

por:  Mariana Torres, La Segunda
miércoles, 15 de enero de 2014
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La noticia del trágico asesinato de Mónica Spear, ex miss Venezuela y actriz, conmocionó al mundo entero.

Fue a través de un mensaje de WhatsApp que Roberto Vander se enteró de la noticia. Pero no lo procesó hasta que lo llamaron de Telemundo para hacer un contacto. "Ante la cámara, me largué a llorar", dice conmocionado. No lo podía creer. Juntos protagonizaron "Pasión prohibida", la última teleserie de Spear.

Compartieron por ocho meses en Miami, grabando desde las 8 de la mañana hasta las 8 de la noche, de lunes a sábado. "Las escenas que teníamos que hacer eran muy lindas. De amor, peleas, discusión. Había una química muy especial con Mónica, desde el inicio", cuenta Vander, ahora en Santiago.

Roberto y Mónica también convivieron en la misma residencia mientras se grababa la teleserie. Ahí conoció a la familia de la fallecida actriz y veía constantemente a la pequeña Maya, su hija. "Nos juntábamos para comer sushi, tomar un trago después de grabar... Su marido era un muchacho muy amable. Era su ex marido, pero trataban de unirse, justamente, para evitar que la niña sufriera".

En la ficción ella era Blanca, la pareja de Ariel (Vander), que conforman un triángulo amoroso con la llegada de su sobrino, Bruno (Jencarlos Canela). Siente que vivió "una realidad que hubiera preferido fuera de ficción". Blanca muere en el último capítulo, ante los ojos de Ariel. "El final es muy trágico. Es muy irónico lo que pasó en la vida real con Mónica. Es un drama, ojalá hubiera quedado sólo en la ficción".

A días del suceso, Roberto aún se emociona cada vez que la recuerda. "Era una chica espectacularmente simpática, divertida, inteligente, con una chispa, con ganas de vivir, muy buena para trabajar... Una actriz maravillosa, de las pocas que he visto. Además, teníamos mucha química... (se emociona). Es inevitable el dolor, te juro. Duele cuando se va alguien querido, tenía sólo 29 años, demasiado joven".

La última vez que Roberto vio a Mónica fue en agosto del año pasado, para los Premios Telemundo, donde ambos estaban nominados en la categoría Mejor Actor. En esa oportunidad, Mónica fue acompañada por un joven con síndrome de Down, ya que era embajadora de una asociación que integra a personas con discapacidad.

La teleserie se acaba de estrenar en Italia, Francia y Eslovenia. El 20 de enero se estrenó en México. En Chile, un canal ya la habría comprado a Telemundo.

"Ella hablaba de Venezuela todos los días"

Vander suma unas 36 teleseries a su haber. Inolvidable en Chile por "Semidios" (1988), "Amor a domicilio" (1995), "Adrenalina" (1996), entre otras. Nació en Holanda, pero vive en nuestro país hace casi 30 años, aunque viaja constantemente a EE.UU., México y Colombia para grabar. "Este es un país ideal para vivir, no me voy a ir hasta el día en que me muera", sostiene.

En Caracas también trabajó a fines de los 90, en "Enseñame a querer". "Era una época maravillosa, otra Venezuela", dice y cuenta que tiene "muchos amigos venezolanos de la industria. Mi representante es venezolana". Mónica vivía en Orlando, EE.UU.

-¿Con Mónica conversaban sobre la inseguridad en Venezuela?

-Sí. Ella adoraba su país. Lo máximo era ver el cerro Ávila, pasar un fin de semana con su gente. Ella era muy nacionalista, pero lamentablemente su país está en una crisis muy terrible. Te juro, ella hablaba de Venezuela todos los días. Cuando podía escaparse iba. Desafortunadamente, se ha convertido en algo terrible lo de Mónica porque ella era conocida, pero lo que pasó en esa carretera sucede todos los días. A ella no la mataron por ser Mónica, sino por robarle la cartera, el celular, lo que sea... les da lo mismo.

-¿Ella se fue a EE.UU. por escapar de esta situación de violencia?

-No, ella quería seguir viviendo en Venezuela. Ella no se adaptaba tanto a la vida de Estados Unidos. Iba muy seguido. Yo, en sus zapatos, no me hubiese quedado en Venezuela ni soñando.

-Si te ofrecieran trabajo allá, ¿irías?

-No. Yo no voy. Yo no vuelvo a Venezuela, te lo juro. Si es que cambian las cosas, puede ser, pero en ese momento no. Muchas gracias. Conocí Venezuela hasta el 2 de diciembre de 1998, cuando terminamos de grabar, después asumió este señor (Chávez) que ya murió. Desde ahí es otra Venezuela.

"¡Hasta que tengas 100 años puedes ser el abuelito galán!"

A sus 63 años, Frans Robert Jan van der Hoek, el verdadero nombre de Vander, sigue siendo galán fundamental para Latinoamérica (y hasta Africa, donde llega la señal), con Telemundo.

En marzo, parte a México para grabar con Televisa.

En Chile, lo último que hizo fue el musical "La novicia rebelde", junto a Daniela Lhorente. El se crió en Uruguay, donde lo llevaron sus padres "cansados de la II Guerra Mundial". Su madre estuvo en Auschwitz, lo que lo ayudó mucho para la historia del Capitán von Trapp.

En TV, "La Sexóloga" (CHV, 2012). "Tengo la buena suerte de que todo el tiempo me están llamando de afuera. Si coincidiéramos en un buen proyecto, me quedo. Pero acá son lentos para tomar decisiones".

Dice que sigue teniendo un público fiel, pero cree que ha cambiado la forma. Ya quedó atrás el tiempo en que Roberto respondía las cartas que le escribían sus fans vía revistas. Ahora le escriben por Twitter (@RobertoVander).

Sus fanáticas lo piropean. Para mantener el look, camina o trota cerca de su casa. No hace dietas y le aburren los gimnasios. No fuma y toma vino una o dos copas al día. En cualquier parte del mundo, sólo compra vino chileno.

-¿Cómo lo haces para mantenerte vigente frente a las nuevas generaciones de actores? ¿compites?

-No. Yo no compito con nadie. Comparto con las nuevas generaciones, lo cual es maravilloso. Todos tuvimos nuestra etapa de galán jovencito, después de galán maduro, puedes ser galán toda tu vida. ¡Hasta que tengas 100 años puedes ser el abuelito galán! Con todos los jóvenes que he trabajado me llevo súper bien. Yo aprendo de ellos y ellos de mí. No hay papeles chicos, hay actores chicos.

-¿Estás en un buen momento de tu carrera?

-Sí. Y con ganas de hacer muchos proyectos. Cada cosa que hago es un reto. Soy de los que disfruta con su trabajo. Es mi pasión. Soy maniático, mateo, y hasta que no me salga bien no estoy contento.


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