El actor que encarna al detective Ramiro Opazo desclasifica las claves del éxito de la serie que anoche debutó en Canal 13.
Este domingo debutó "Secretos en el jardín" -justo después de "Los 80"- y a pesar de la hora (pasadas las 23:30) la serie lideró el rating, promediando 24.8 puntos de rating, con peak de 31.8. "A pesar de estrenarse bien tarde, mucha gente la vio. Eso me provoca pura alegría", dijo Francisco Pérez-Bannen esta mañana a "La Segunda".
En la serie encarna al detective Ramiro Opazo, enviado desde Santiago para resolver una extraña ola de asesinatos en Viña del Mar, en pleno verano de 1981.
La serie, que continúa esta noche, después de "Soltera otra vez 2" -por ahora, se exhibirá lunes y domingos- comenzó con el fusilamiento de tres personas, cuatro años después del principio de la historia.
El pelotón de carabineros llega a pie pelado, mientras Ramiro y el periodista Javier Montes (Mario Horton), están en sus respectivos autos, con rostros amargos.
"Esa secuencia inicial, que me ha tocado ver muchas veces, no deja de sorprenderme. ¡Se me paran los pelos! Es un acierto empezar una historia así. Con el final y, luego, comenzar a reconstituirla. Eso es thriller y suspenso", apunta el actor.
Para él, la gracia es que "Secretos en el jardín" es un producto integral. Desde el guión -que aborda el pasado reciente, pero también las clásicas series policiales ochenteras- hasta los detalles de la época.
"Hay una iluminación, textura y fotografía súper bien lograda. Una atmósfera que era de los papás de uno. Yo tenía 10 años y todo era más o menos así. Esos looks y la música hacen que uno enganche también".
-Hay un contrapunto entre la música bailable y el violento pasado reciente de Viña del Mar.
-Es el tras bambalinas de todo ese periodo brillante del Festival. Todo lo escabroso que ocultaba ese tiempo de fiesta y celebración. La gracia es que todo ese estímulo visual sumado a la historia hace que el espectador sume sus propios recuerdos. Y por supuesto, pasaron cosas raras e incertidumbres que, a veces, jamás se resolvieron. Queremos estimular ese imaginario. Acá se habla de las relaciones entre los abusos de poder y la impunidad. Pero, al ser una ficción, a cada persona le evoca distintos recuerdos.
Entre Columbo, Kojak y Baretta
"En los 80 estábamos llenos de series así, con mucha atmósfera de investigación. Tengo muchas de esas en mi cabeza", relata el actor a la hora de hablar de su inspiración. "Me gusta Columbo por su bajo perfil y pinta; la cerebralidad de Kojak, que era muy racional y frío. Y Baretta, que era más instintivo y visceral. Ellos me alentaron a leer muchos libros al respecto y conversar con algunos "tiras", en conversaciones de bares.
-¿Hubo alguna influencia de Nelson Lillo (emblemático inspector del caso "Los psicópatas de Viña")?
-No. No lo conozco. Me han contado que hay hasta un Tumblr sobre el tema. Pero mi personaje es más bien un héroe clásico en una historia que es la suma de muchos casos tanto de ficción como de la época. El tipo es capaz de inmolarse, sin fijarse en los grupos de poder que tiene en frente. Y también choca con los detectives de Viña que tienen otra forma de enfrentar los casos.
-Los personajes de Cristián Campos, Alejandro Goic y Julio Milostich son muy inquietantes.
-Esa es la gracia del género. Uno mira a uno, y dice: "Este es sospechoso". Y luego aparece otro más sospechoso aún. Y luego otro oscuro, seguido de un mafioso, otro medio loco y psicópata y después otro tipo con más poder aún. Se teje una trama a través de la sospecha. Todos son sospechosos.
-¿Cuál será tu relación con el periodista encarnado por Horton?
-Tendrán desencuentros, porque el mío es meticuloso y considera que ciertas informaciones no pueden darse a conocer tan temprano. Él, en cambio, quiere informar de todo y es presionado por sus jefes.
-¿Qué podremos encontrar en el capítulo de esta noche?
-El capítulo de ayer presentó a los personajes y sus relaciones. Desde esta noche en adelante, comenzará la acción descarnada, frenética y que no se detendrá hasta el capítulo 100. Desde acá en adelante habrá acción, acción y acción. Crímenes, sospechosos, policías. Para allá va todo.
