Cultura/Espectáculos
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Bruce Springsteen se consagró de "Jefe" en impactante show de 3 horas y 40 minutos

El norteamericano salió varias veces del escenario para compartir con el público. Lo más emocionante de la noche fueron dos celebrados tributos a Víctor Jara

por:  Juan Carlos Ramírez
viernes, 13 de septiembre de 2013

Foto Sebastián Silva, La Segunda

"¡Volveremos!", gritó Bruce Springsteen tras cerrar un show de 3 horas y 40 minutos de duración, anoche en el Movistar Arena. 29 canciones y un despliegue que ninguno de los 8 mil fanáticos sospechó.

Los 13 músicos y 3 coristas de la E Street Band habían abandonado el escenario, pero el ícono rockero decidió volver -con guitarra acústica y armónica- para interpretar "This hard land".

Una emotiva canción que dedicó a Víctor Jara, exigiendo además que el presunto asesino sea extraditado a Chile y "sea juzgado ahora mismo".

Un tributo que se había repetido en el otro momento cumbre de la noche: su versión de "Manifiesto". "Conocimos a muchas familias de desaparecidos que vinieron con fotografías de sus seres queridos", dijo refiriéndose a su visita a Mendoza en 1988 al festival de Amnistía Internacional, dedicado a nuestro país.

Tuvo la delicadeza de entregar gran parte de su discurso en un correcto castellano, el que se preocupó de ensayar por horas. "Fue un momento que se queda conmigo para siempre. Si eres un músico político, Víctor Jara continúa siendo una gran inspiración. Es un honor estar aquí y lo digo con humildad...".

En ese momento, la emoción se apoderó del recinto, varios no contuvieron las lágrimas.

Después del show, Springsteen -aún conmovido- estuvo junto al músico Patricio Doñas, sobrino nieto del fallecido cantautor. Este mediodía el cantante viajaba a Buenos Aires donde tiene show mañana.

"Sumergido" en el público

Si la revista "Rolling Stone" señaló que el "Wrecking Ball Tour" de Springsteen es el mejor show del mundo, su debut en Chile no hizo más que confirmarlo. El cantautor no sólo interpretó sus clásicos prácticamente sin pausas (desde "Born un the USA" hasta "The river", pasando por "Dancing in the dark"), sino que se sunmergió -literalmente- entre el público. Así, al menos unas tres veces, salió del escenario para cantar al medio de la cancha, elegir a espectadores para que canten con él y se lanzó de espaldas sobre la masa que lo trasladó hasta el escenario.

La E Street Band, por su parte, sonó poderosa, como un muro de sonido de percusiones, teclados, cuerdas y vientos, destacando el carismático Steven van Zandt y Jake, sobrino de Clarence Clemons (saxofón), que murió el 2011 (a quien homenajeó también en pantalla).

Todos ellos, celebraron la gran tradición musical estadounidense. "¿Pueden sentir el espíritu?", invitó como un predicador antes de "Spirit in the night".Y en eso se convirtió el artista: un evangelizador del poder sanador de la música popular. Memorable. 

Fotos: Sebastián Silva, La Segunda

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