"No hemos tenido ni una sola función donde sobre un asiento", afirma el actor que se va con la obra de Lola Arias a EE.UU. y Europa. Tendrá una función el 4 de septiembre en el Teatro Nescafé, en el marco del Ciclo 40 años del golpe.
"Durante el día repartía chapitas del Sí en el colegio, pero en la noche tocaba cacerolas con mi mamá", cuenta.
Foto ERIC ALLENDE
También regresa la aplaudida propuesta de Lola Arias, "El año en que nací", el 4 de septiembre en el Teatro Nescafé, justo antes de salir de gira por Europa y EE.UU. Son 11 jóvenes que crecieron en dictadura y que se enfrentan en una cruda reconstrucción de sus historias personales. Es realidad en escena. Pablo Díaz, que actualmente está en las pantallas de TVN con "Solamente Julia", desnuda su pasado como hijo de un líder de Patria y Libertad. El 7 de septiembre parte a Seattle, Portland y Los Ángeles con la compañía. Después llegan a Francia, Austria, Hungría y República Checa.
Ya estuvieron en Buenos Aires y Lisboa, donde los vio Pilar del Río, la mujer de José Saramago, el Premio Nobel de Literatura, y presidenta de la Fundación Saramago. "Nos esperó a la salida para conversar con todos nosotros y decirnos que era una de las cosas más emotivas y emocionantes que había visto en su vida. Nos invitó a comer y a conocer la fundación. Estaba súper afectada y conmovida", cuenta Pablo.
La producción comenzó como un taller que trajo Lola Arias y que transformó junto a FITAM. "Percibimos que iba a ser un hit desde la primera función. Es impresionante cuando la gente se para y aplaude 5 o 6 minutos. No hemos tenido ni una sola función donde sobre un asiento", agrega el actor.
"Sobre todo ahora la obra invita a la reflexión. Lamentablemente, nuestra historia es bastante conocida en el extranjero. En Portugal nos aplaudieron de pie", acota. "Lo bueno de «El año en que nací» es que no exacerba el odio. Ver a hijos de gente de extrema derecha o izquierda colaborando es un acto innegable de reconciliación".
En el escenario, él relata la división ideológica de sus padres, que terminaron por separarse cuando tenía dos años: "Durante el día repartía chapitas del Sí en el colegio, pero en la noche tocaba cacerolas con mi mamá en contra de Pinochet. Tenía una mezcla en la cabeza", confiesa.
"A mi mamá le fascinó la obra. Le encantó que dejara muy en claro su postura, que apoyó la campaña del No". Más información en www.fitam.cl