Cultura/Espectáculos
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Alberto Cortez, con 73 años y 50 kilos menos: "Vivimos con la intensidad que podemos"

El cantautor argentino se presenta esta semana en Chile. La semana pasada cantó en la "posesión popular" del segundo período del Presidente de Ecuador, Rafael Correa. Y planea dos discos.

por:  Alejandra Valdivieso P./La Segunda
martes, 28 de mayo de 2013

El artista va a interpretar éxitos como "Callejero" y "Cuando un amigo se va".


Foto ALEJANDRO BALART

Alberto Cortez se mueve con cautela para alcanzar una silla donde sentarse cómodamente y entonces conversa y con una sonrisa entusiasta rememora su último concierto en Chile, hace dos años.

Ahora vuelve, a los 73 años -y con 50 kilos menos-, al Teatro Nescafé de las Artes para un show el martes y otro el miércoles (Ticketek). Además actuará en los Casinos Enjoy (Puntoticket) de Coquimbo (1 de junio) y Viña del Mar (2 de junio). Tiene casi agotadas todas las funciones, donde actuará acompañado de un pianista. "Voy a interpretar las canciones que la gente espera de mí siempre, del famoso artista entre comillas. E iré metiendo canciones nuevas que han ido naciendo después", comenta la voz de "Callejero" y "Cuando un amigo se va".

"Deben ser los años que uno va ganando y son inevitables; de pronto uno se vuelve más nostálgico que antes. Recuerdo tiempos en los que he sido inmensamente feliz y todas esas cosas se reflejan después en las canciones", complementa "Chiquito" García, como le decían en su natal Argentina, precisamente por lo alto que es.

Dentro de esas canciones recientes está la versión de su clásico "Mi árbol y yo", que grabó junto a Ricardo Arjona. "Eso fue muy curioso. Con Ricardo somos amigos desde hace mucho. Un día, en Madrid, me contó que cuando su padre invitaba alguien a casa le decía a él que cantara algo con la guitarra. Siempre quería que cantara «Mi árbol y yo». Se me ocurrió y le dije: «Si tanto le gusta a tu padre esa canción, por qué no la cantamos juntos»", recuerda.

Las colaboraciones han sido parte clave de sus ya 50 años de carrera, en los cuales se ha radicado en España. Ha cantado junto a Mercedes Sosa, Raphael, Joan Manuel Serrat. Y a Estela Raval, a quien extraña. "Qué dolor tan grande el día que se fue, porque para mí siempre fue la mejor intérprete de mis canciones. Hacía auténticas creaciones con mis tonterías".

Su nombre también se asocia al de Facundo Cabral, con quien hizo la gira y el disco "Lo Cortez no quita lo Cabral". "Se echan de menos a los amigos sobre todo cuando tienen un final tan violento y difícil de asumir. No sé si me da rabia o bronca, pero siento una inmensa tristeza", dice de su coterráneo, que murió asesinado en Guatemala en 2011.

Las palabras lo llevan a otra reflexión. "Así es la vida y así es la muerte. No estamos a salvo de nada. Y qué les voy a decir a los chilenos que de pronto estamos trabajando tranquilamente y llega un terremoto y nos llevan a todos las ansias, las ganas, los sueños y nos producen unos horrores terribles. Uno no es dueño de nada. Por fortuna es así. Dios nos regaló la vida, que vivimos con la intensidad que podemos, con lo que más nos gusta y amamos".

Con esa consigna prepara el lanzamiento en México del disco "Uno que sabe como es uno", el mismo de 2011 que publicó primero con el nombre de "Tener en cuenta". Además, prepara una placa con canciones inéditas y otro que se llamará "Con sabor a México", con la colaboración de grupos como Los Tigres del Norte.

Aunque no siempre la salud ha estado de su parte. En 1996 estuvo gravemente enfermo y hemipléjico. Se recuperó gracias a una cirugía cardíaca. En 2008 fue operado de la columna y hace poco se resbaló en el baño. "A veces tengo que usar un bastón, todavía", reconoce.

Sobre el Presidente Correa: "Es un travieso"

La semana pasada cantó frente a 5 mil personas en Guayaquil, en la "posesión popular" del segundo periodo del Presidente de Ecuador, Rafael Correa. "Además de ser un estadista de primera línea, es un travieso en el sentido más lindo de la palabra. Se sabe todas mis canciones, de pe a pa, mejor que yo. Yo estaba cantando, él sentado en primera fila, empecé a decir unos versos y de repente se me cruzó el diablo... me olvidé y desde ahí él me soplaba. Una cosa increíble. Al terminar el show -que fue un éxito muy grande y muy bonito-, él cogió el micrófono y se puso a cantar. Me parece fuera de serie en todo sentido".

Sobre la política argentina se abstiene de opinar. "No hablo. Primero, porque no vivo en Argentina y, segundo, porque no debo".

Sí se anima a comentar la crisis española. "Es muy duro ver cotidianamente en la TV que seis millones de personas no tienen trabajo".

El parece no saber de descanso.

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