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Cristian Warnken: "En Chile hay un «bolañismo» que el mismo Bolaño rechazaría"

El poeta y entrevistador se hace parte, en Antofagasta, de la duodécima versión del ciclo itinerante "Pensamiento Propio", donde replica el modelo de entrevista con que el autor de "Los detectives salvajes" se presentó al gran público.

por:  La Segunda / Juan Carlos Ramírez F.
viernes, 26 de abril de 2013
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Fondo negro. Dos vasos con agua. Micrófonos. Muchos libros sobre la mesa. Una hora libre de interrupciones. Esos son los pocos elementos con que Cristián Warnken convirtió la conversación televisiva en una marca registrada desde 1995 -primero en "La belleza de pensar" y actualmente en "Una belleza nueva"- de la que prácticamente todos los programas de conversación (incluyendo los late) acusan alguna influencia.

Un proyecto cuya supervivencia televisiva considera "un milagro" gracias a su "público leal" y que retornará a las pantallas de TVN el domingo 5 de mayo a las 9:00 con el profesor de música Edigio Contreras, quien hablará sobre la música y sus efectos en el cerebro.

Todo, mientras que con su socia Teresa Matte y el equipo están "atentos" a las posibilidades de internet. Sobre todo con la imparable cantidad de mails que le llegan a su refugio virtual: OtroCanal.cl.

Allí también pueden verse las emisiones de "El desierto florece", el nuevo programa radial que está conduciendo cada jueves a las 11:00 en la Radio Oasis y que sigue la tradición del proyecto "El desembarco de los ángeles" de los noventa. Poesía, delirio, y buenas conversaciones, siguiendo el pulso radial y conectados a una cámara. Cada capítulo es temático, con música escogida y un invitado.

El mismo modelo de entrevista que lo acompañará en el nuevo ciclo de conversaciones "Pensamiento Propio 2013" que ya va en su duodécima versión y se inicia el sábado en Antofagasta y donde realizó una de las entrevistas públicas más recordadas a Roberto Bolaño, quien cumpliría este domingo 60 años.

Fue en el marco de la Feria del Libro de 1999 donde un triunfal Roberto Bolaño -"Los detectives salvajes" había aparecido el año anterior, justo cuando regresó al país tras dos décadas en México y España- puso en tensión su estilo de trabajo.

"Más que entrevistas, me gustan las conversaciones que se conviertan en un acontecimiento. Es decir, en un momento único e irrepetible tanto para los que la protagonizan como para el público. Por eso nunca hablo con el entrevistado antes y, por más pautas mentales que me haga, me gusta ver qué va sucediendo cuando hablamos. Lo que he aprendido en todo este tiempo es a perderme en el autor a través de su obra para luego, cuando se encienden las cámaras, soltarlo", explica sentado en su pieza-biblioteca, donde fotos de sus hijos y Enrique Lihn sobresalen entre los 5 mil libros.

En rigor, se trata de la pieza de invitados de su casa, donde aprovecha de trabajar y sanarse de un molesto resfriado que lo ataca justo antes de viajar a Antofagasta para hablar de "La filosofía y la naturaleza" con el filósofo español Vicente Serrano .

"Estamos entre el culto a la personalidad y el ninguneo"

"En ese momento, Bolaño era conocido por un grupo muy reducido de gente. El primero que me habló de él fue Carlos Franz por su novela «Literatura nazi en América». Los que lo conocían me decían que iba a ser un tipo muy agresivo y sarcástico. También que probablemente me va a herir o decir algo mal de mí después. Pero yo siempre me propongo llegar a una conversación desprejuiciado".

Y así lo hizo, aunque "estaba muy nervioso", reconoce. Pero también llegó con la seguridad de "haberme leído los libros". Sobre la conversación que se extendió por más de una hora, que lanzó la figura del escritor al gran público y que fue retransmitida en radio y televisión al momento de su muerte, el 2003 dice que fue "gratísimo" y que, al contrario de lo que le decían, "era un tipo cálido" y que "ya al leerlo me di cuenta que estaba ante alguien grande". Incluso, le firmó el ejemplar de "Los detectives salvajes" con una sorprendente -y cariñosa- referencia a un viejo poema de Warnken que él mismo había olvidado y que ahora exhibe orgulloso.

Pero advierte: "Tampoco creo que haya que idolatrarlo y convertirlo en un dios que termine copando todo el espacio literario". Y profundiza: "Hoy día hay una especie de «bolañismo» que él mismo rechazaría. Al igual que Enrique Lihn que decía que cuando se muriera se convertiría en «una animita de éxito». Y para alguien del tipo de Bolaño o de Lihn es lo peor que te puede pasar".

-¿La culpa es de los fans?

-A Bolaño le preocupa la literatura, sobre todo la poesía y cómo dialogaba con otros autores. El problema es que ahora todos son "bolañistas": hay cátedras de Bolaño, premios de Bolaño, seminarios de Bolaño... Y ese culto es muy curioso.

-¿Por qué?

-Es que acá tenemos una doble tendencia: el culto a la personalidad y el ninguneo del que hablaba Gabriela Mistral. Otro ejemplo: Nicanor Parra. Me acuerdo en la década de los 80 cuando nosotros, el grupo Noreste (autores del "diario poético" que se reeditó en la segunda mitad de los noventa) lo íbamos a visitar a La Reina y estaba solo, toda la gente lo pelaba. Era un deporte de cierto sector de la izquierda decir que Parra era un traidor porque había tomado té con la esposa de Nixon y tonterías de esa calaña.

-Hay artículos de la época donde lo trataban pésimo...

-Parra al igual que Lihn presentían ese ninguneo. Y lo que pasa es que ahora lo reconocen, incluso los que los ninguneaban y lo transforman en un dios, llevándolos al Olimpo. Somos bien anímicos y esquizofrénicos en nuestra relación con los autores. Por una parte, no cuidamos lo propio, y por otra, nos volvemos monotemáticos. Ahora la narrativa sólo es Bolaño. ¡Fantástico que esté Bolaño pero también hay otros registros! Lo mismo pasa en poesía: todo tiene que ser parriano o post-parriano. ¡Si él mismo dijo que no, que había que bajar los poetas del Olimpo y despersonalizar el yo!

-¿No será la inseguridad que nos hace esperar la canonización de España o Estados Unidos?

- Es lo mismo que pasó con Violeta Parra, tras su vuelta de Europa. Acá la pelaban porque tenía el pelo sucio. Hay una suerte de arribismo y "aspiracionalidad", no sólo en el consumismo sino en lo cultural también. ¡Hay que romper el canon de la metrópoli!

La farándula y la vitrina

El año pasado, Warnken decidió vivir una vida menos "intensa" en cuanto a compromisos formales. Estaba agotado y, después de todo, los miles de libros -sobre todo de poesía y pensamiento- que hay en su casa lo invitaban a perderse.

En esa especie de "retiro-activo" (porque seguía participando de proyectos y triturando el pavimento) se le hizo más patente el modelo de vida que siguen ciertos escritores que, sin pertenecer al "underground" viven lejos de las luces y la industria de la cultura.

"La distorsión que se produce en toda actividad humana, incluyendo la intelectual es el poder. Manejar escritores, contactos, redes. Cuando la vocación es por el poder y no el amor genuino por la literatura, todo se empieza a distorsionar", explica.

"Los grandes escritores que admiro como Diego Maquieira no están en esa lucha. El mismo dice no estar en el "currículum" sino en el "vitae". Podría haber publicado miles de libros y dar cátedras, pero prefiere estar en su casa y publicar cuando tenga la necesidad interior e imperiosa de hacerlo. Lejos de la farándula y la vitrina".

-Tú buscas reivindicar a los autores alejados de aquello...

-Pero no se trata de autores malditos. Pueden llevar vidas muy normales, no tomar alcohol... Pero que estén concentrados en la tarea de escribir y crear un mundo propio. Los Juan Emar que ha habido en Chile, sobre el que hice mi tesis de Estado para profesor de Castellano. Hay que estar alerta y saber moverse con libertad entre el canon y el margen.

La nueva misión editorial: 3 colecciones, 13 libros

Aunque había decidido convertirse en un trabajador independiente este año, la Universidad de Valparaíso le hizo una oferta que no pudo rechazar: convertirse en su director editorial y armar colecciones centradas en poesía y pensamiento.

Cuando se reunió con el rector Aldo Valle, Warnken recordó a Bielsa que decía que "cuando uno es llamado a un proyecto debe fijarse si los ojos de quien lo propone están brillando de emoción".

"Y aunque no soy Bielsa, cuando escucho del rector que la misión de una universidad estatal es aportar a la cultura en Chile, moviendo la poesía y el pensamiento, me desarmó".

El plan es desde Valparaíso irradiar a Chile publicaciones de calidad -de contenido y diseño- y con precios accesibles. "No es el propósito ganar plata, sino cumplir esta misión. En un momento en que yo estaba libre y había armado mi boliche, fue imposible negarme a esto. Fue tremendo".

Consciente de que es un "amante de los libros" más que un editor, llamó a Ernesto Pfeiffer -director de proyecto editorial de poesía con su mismo apellido- y también le brillaron los ojos.

"Me parece algo emblemático en el momento que pasa el país estar en una editorial estatal aprendiendo y aportando", dice.

Este año lanzarán 13 libros divididos en tres colecciones: poesía, pensamiento y manifiestos. Han tenido entera libertad para la pauta que se basará en autores de distintas generaciones con la idea de rescatar obras de valor pero que no han tenido la suficiente difusión. El primer libro será "Poesía reunida", de Rafael Rubio ("el gran poeta joven de Chile"). También editarán "La ciencia jovial", una traducción alternativa ("no la del canon español") de "La gaya ciencia", de Nietzsche, hecha por el académico José Jara. Y, finalmente, acaba de entrar a imprenta el manifiesto "El Estado y la educación", de Valentín Letelier. "Un discurso de 1888 que lo lees y podría haber sido escrito hoy", cuenta Warnken con brillo en los ojos.

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