Lleva décadas impartiendo su método de escritura en Hollywood y ha sido mentor de fenómenos como "Ratatouille" y "Piratas del Caribe". "«NO» tiene un guión muy desafiante", opina ad portas de ofrecer una clase magistral en el GAM.
El estadounidense John Truby ha estado indirectamente detrás de películas como "Ratatouille", "Piratas del Caribe", "X-Men" y "Shrek", además de series como "House" y "Lost", entre muchas otras. Ha sido, de alguna manera, el mentor fantasma de todas estas exitosas apuestas porque ha formado a sus guionistas bajo la luz de un método propio. Ahora está en Santiago para ofrecer su aclamado curso "The anatomy of story" -el sábado y domingo en el Centro Cultural Gabriela Mistral, de 9 a 18 horas-, en el que entregará técnicas para escribir un guión cinematográfico según una metodología donde divide la historia en 22 pasos. Un sistema que el American Film Institute (AFI) ha señalado como una herramienta que "permite al escritor triunfar en el difícil y competitivo Hollywood".
"Antiguamente en Estados Unidos se enseñaba a construir un guión con una estructura de tres partes, que creo que es una aproximación muy mecánica. No funciona a un nivel profesional. Mi acercamiento es más orgánico porque se centra en el desarrollo del héroe a lo largo de todas las etapas de la historia", simplifica Truby.
-Ha dicho que muchos guiones fallan en la premisa. ¿Es tan así?
-La premisa es el paso más peligroso porque el escritor debe seguir una línea básica y muchos no saben cómo desarrollar esa idea en 120 páginas. He visto una gran cantidad de guiones que no deberían llevarse a cabo porque nacen con problemas estructurales severos.
-¿Cuál es para usted el mejor guión de la historia?
-Es imposible decirlo. Me interesa más bien mirar hacia distintos tipos de historias e identificar los mejores guiones dentro del género. Por ejemplo, si hablamos de acción mi película favorita es "Los siete samuráis" (Akira Kurosawa, 1954), que tiene uno de los mejores guiones jamás escritos y es, definitivamente, una de las mejores películas que se han hecho. Pero si hablamos de cine policial, diría que "Los sospechosos de siempre" (Bryan Singer, 1995) tiene un guión brillante. Y en comedia, quizás el mejor ejemplo de un guión clásico y bien armado de principio a fin es el de "Tootsie" (Sydney Pollack, 1982).
-¿Y qué le parecieron las películas que este año compitieron por el Oscar?
-Como siempre, me gustaron algunas y otras me parecieron sobrevaloradas, pero eso es normal porque Hollywood durante 11 meses hace películas de superhéroes y en el último mes trata de ganarse un Oscar. Mis favoritas fueron "Lo bueno de la vida" y "Argo". Están muy bien escritas y elaboradas. La primera hace algo increíble: toma el género de la comedia romántica, clásico y predecible, pero lo tuerce de una manera tan única que te da la sensación de que no has visto algo así antes.
"Desafortunadamente no llegan muchas películas chilenas a EE.UU."
John Truby no ha tenido la oportunidad de apreciar bien el cine nacional -"desafortunadamente no llegan películas chilenas a EE.UU.", reclama- pero sí pudo ver la premiada "No", dirigida por Pablo Larraín y escrita por Pedro Peirano.
"Tiene un guión muy desafiante porque trata de hacer algo muy difícil como es una historia política. Pero creo que lo logra muy bien. Lo que cuenta es cómo derrocar a un dictador a través de la publicidad y la comedia. Y eso es brillante porque no son los elementos que otros usarían para enfrentar el tema. Además, se basa en una historia real, lo que es otro desafío para el guionista, quien logró adoptar la historia y hacerla atractiva para el gran público. Por eso merecía ser nominada al Oscar".
Truby agrega una observación interesante: "Creo que llegó a muchos norteamericanos porque las técnicas publicitarias de la campaña son similares a las que usó Ronald Reagan en la suya, de 1984, llamada 'It's morning again in America'. Había imágenes exactas. Me reí a carcajadas cuando las vi. Creo que la película también apela a una universalidad: el enfrentamiento del futuro con un pasado marcado por el viejo orden y, aunque la expresa en el contexto de Chile, es algo que el mundo puede identificar fácilmente".
-Colaboró recientemente en el documental natural de Disney, "African Cats". ¿Cómo supervisa un guión de documental?
-Trabajo mucho para documentales. Y es desafiante porque estás lidiando con personas no humanos y su capacidad de elegir es disminuida, por lo que tus opciones como escritor también lo son. Además, tienes que crear una historia sobre lo que los animales ya hicieron, no puedes repetir las tomas. Pero hay tremendas oportunidades para construir historias dramáticas. Nosotros tomamos a un chita y a un león, que son animales perfectamente opuestos, y eso nos permitió trazar paralelismos entre las dos historias.
-¿Le satisface enseñar todos estos "secretos" de creación?
-Cuando yo empecé escribiendo no existían los cursos sobre la materia. Lo que hice fue enseñarme a mí mismo, yendo a un cine arte todos los días para ver películas de Truffaut, Godard y Kurosawa. Me sentaba en la oscuridad y tomaba notas. Así fui capaz de llegar a un método, pero me demoré 10 años. Mi idea es enseñar este curso para que los guionistas se ahorren esa década de descubrimiento y entiendan cuáles son los factores cruciales para escribir una historia a nivel profesional.