No sólo para celebrar el 18 de septiembre, los chilenos prefieren los platos criollos y por eso existen muchos locales especializados, que durante todo el año no les falta clientela ni un solo día.
Esta es una pequeña muestra.
SABOR CASERO
La Casa Vieja (Vitacura 8411 y Manuel Montt 1136) . Hace más de 30 años, Jorge Contesse era gerente de un banco pero, junto a dos amigos, concretó un sueño: "Fundar un restaurante familiar y chileno".
El nombre de local respondía al estado en que estaba la casona de Ñuñoa donde se instaló la casa matriz, que hace sólo unos días debió trasladarse a la calle Manuel Montt.
En Vitacura está presente desde 2010, al mando de Sebastián, uno de los hijos de Jorge.
El plato más solicitado es la plateada al horno, de la que venden 2.000 al mes. Se cocina durante tres horas, y queda para partirla con el tenedor. Otro de los preferidos: Pastel de choclo, en librillo de greda, que se ofrece durante todo el año.
Ambos locales tienen capacidad para 200 personas y atienden de lunes a sábado en almuerzo y cena; domingo, de 12:30 a 16:00 horas.
ESPECIAL PARA EXTRANJEROS
El Apero (Escrivá de Balaguer 6400, Local 3 de Borderío) . Orientado al público local y en especial al extranjero, se inauguró hace siete años. "Nació con la idea de darle identidad nacional a este sector gastronómico", señala Juan Las Heras, socio y gerente.
Para esto, además de su amplia carta con platos tradicionales, ofrece show folclórico de lunes a sábado a cargo de un grupo de cuatro artistas que cantan y bailan nuestra música de norte a sur, haciendo participar a los turistas.
Preparaciones favoritas, que en un 80% corresponden a recetas de Juan: Plateada, caldillo de congrio, chanchito campero (costillar estofado con salsa de vino), garrón de cordero estofado, fricasé de filete, pastel de choclo.
Con una capacidad para más de 100 personas, atiende de lunes a domingo de 12:00 a 00:00 horas, en horario continuado.
RECETAS TRADICIONALES
Del Beto Restaurante (Llano Subercaseaux 3033, Manuel Montt 1828, Vitacura 5321). Su creador fue Humberto Barreau (el Beto), en 1997. En el año 2000, la empresa pasó a manos de Lautaro Aguilar y familia, quienes han mantenido el estilo en memoria de su amigo Beto.
En los tres locales la carta es idéntica: "Recetas tradicionales de nuestro país, las que fueron recopiladas a través de una investigación en terreno, en distintos lugares a lo largo de Chile".
Uno de los platos emblemático es el causeo de patitas de cerdo (patitas de cerdo deshuesadas con cebolla, acompañadas de queso de cabra, aceitunas y ají) y también son muy solicitadas las discadas (discos de arado que van sobre un atril de cobre con mechero para mantener la temperatura y que contienen distintos productos). La discada marinera es una de las preferidas (salmón, congrio, corvina, pulpo, calamares, camarones y verduras salteadas).
Los tres restaurantes están abiertos de lunes a sábado en horario continuado, desde el mediodía a la medianoche. Domingo, sólo al almuerzo.
ARTE Y COMIDA ABUNDANTE
El Don Criollo (Abtao 576, Cerro Concepción, Valparaíso) . Está ubicado en una casona de más de 100 años y pertenece a una joven familia formada por Lucy Tapia, Adrián Droguett y su hija Lunita, que emigró desde San Pedro de Atacama: "Somos resto-art, porque damos espacio al arte y la cultura, a través de exposiciones, y casa familiar porque hasta Lunita comparte su espacio con los niños para que jueguen", cuenta Lucy.
"En nuestra carta de comida típica chilena mezclamos lo contemporáneo con los toques de la abuela y los platos son abundanres".
Adrián es el chef y de sus creaciones recomienda: Don costillar (larga cocción al horno, acompañado de papas criollas con merquen), salmón grillado con salsa de palta - miel, lomo en su punto con salsa de Chañar y puré rustico, y reineta a la mantequilla con ajo y cilantro.
El local, que cuenta con un mirador hacia el puerto, tiene una capacidad de 40 personas y también se puede reservar para fiestas familiares. Su atención es sólo en horario de almuerzo, de 12:00 a 19:00 horas.
ESTILO CAMPESTRE
Los Hornitos de Curacaví (Ruta 68, km. 48.800). José Miguel de la Jara quiso hacer algo diferente en la ruta Santiago- Valparaíso y en 1976 instaló este local de comida típica chilena, con capacidad para 250 personas, que hasta hoy conserva sus características: Piso de tierra, decoración campestre, música chilena y garzones vestidos de huaso.
Su lema: "Una cosa es comer y otra cosa es comer bien".
En su carta, destacan los platos abundantes de asado al horno de barro, acompañado de su tacita de jugo, arrollado huaso, pastel de choclo en horno de barro, costillar de cerdo, porotos granados con longaniza, escalopas, filetes y empanadas de horno.
Está abierto de lunes a domingo entre 9:00 y 17:30 horas.