El aclamado director aborda las protestas estudiantiles y la historia de un grupo paramilitar en los '80, en la obra que llega al Teatro de la U. Católica el 18 de enero. "Los estudiantes están viendo hacia atrás para explicarse lo que pasa hoy", señala.
El más aplaudido director chileno en el extranjero, Guillermo Calderón, está de vuelta.
El 18, en el Teatro de la Universidad Católica, debuta en Santiago a Mil con su nueva obra: "Escuela", donde aborda las movilizaciones estudiantiles para contar la historia, en los '80, de un grupo de opositores que recibe instrucción paramilitar para resistir y derrocar al régimen.
En el montaje, que sigue la estética despojada que caracteriza al dramaturgo, actúan Luis Cerda, Mónica Carrasco, Francisca Lewin, Camila González y Carlos Ugarte.
Como en "Villa + Discurso", habla del pasado a través del presente. Después de esto, partirá a Nueva York a dirigir su obra "Neva" en inglés en el Public Theater.
"Los secundarios, en las últimas elecciones municipales, llamaron a anular el voto, y en esa actitud la generación mayor reaccionó con un poco de rabia diciendo «esos jóvenes no aprecian lo que nos costó llegar a la democracia» y los jóvenes decían «apreciamos eso, sin embargo, no apreciamos esta democracia a la que ustedes fueron capaces de llegar»", reflexiona el director de 41 años, quien se ha presentado en más de 25 países.
"El malestar político sigue estando porque la democracia ha sido muy decepcionante, en muchos sentidos. A 40 años del golpe y 20 de la democracia pienso que sigue habiendo una crisis muy fuerte, sobre todo porque los estudiantes de 15 años que están protestando en la calle se están dando cuenta de que el problema que están sufriendo tiene 30 ó 40 años. Por lo tanto, están viendo hacia atrás para explicarse lo que pasa hoy. Curiosamente, la historia de estos 40 años tiene mucha actualidad".
-Una vez usted dijo que cuando ganó el No ganó la dictadura.
-Cuando gana el No viene una gran decepción, porque la democracia no cumple con las expectativas... En primer lugar, no hay una transformación del sistema económico y político y, por otro lado, no hay justicia en cuanto a la violación de los derechos humanos. Por lo tanto, de alguna forma la democracia es más cruel que la dictadura, porque por último en la dictadura había una ilusión...
-Existe todavía la sensación de que los '90 fueron una época muy cruel. Esto es un discurso o una narración alternativa porque pienso que en los libros de historia está una imagen de felicidad y liberación, pero lo que me interesaba rescatar es la historia en segundo plano, de la decepción.
-Comentó que la investigación para hacer este montaje le resultó muy conmovedora.
-Es meterse en la documentación de hoy de personas que se comprometían profundamente a luchar contra la dictadura, que fueron capaces de llegar al extremo de arriesgar sus vidas y que no vieron el resultado de sus esfuerzos...
-Este montaje lo preparó en tres semanas. ¿Cómo fue eso?
-Me gusta trabajar y tomarme todo el tiempo, pero esto ha sido muy corto. No me había atrevido a hacerlo, pero como ya tuve la experiencia de trabajar en poco tiempo y vi cómo trabajan en Europa, me dije que es posible hacerlo con buen equipo y gente comprometida. De ahora en adelante voy a hacer procesos más cortos.
"Esta es mi obra más contingente"
-¿Diría que es su obra más política?
-Diría que es una continuidad natural de las obras que he hecho antes. Todas son igualmente políticas. Diría que ésta es más contingente... Es parte de la vida cotidiana de un grupo que se está preparando para una guerra. Está inspirada en la realidad de cómo trabajaban estos grupos. Y cómo trabajan hasta ahora, porque siguen trabajando con estos métodos. El atentado en el sur lo demuestra.
-¿Cómo ve la escena chilena?
-Súper buena, el teatro chileno es cada vez más diverso, interesante. Afuera se empieza a conocer bastante y hay un interés por lo que pasa acá. Cada vez veo más teatro chileno en el extranjero.
-¿Qué le ha enseñado la experiencia internacional?
-Me ha enseñado a entender que el público es el mismo en todas partes. Cuando uno está hablando con honestidad, el público reacciona igual en todas partes del mundo. Hicimos "Neva" hace unos años en Seúl y la reacción del público, totalmente coreano, fue exactamente la misma que en Santiago. Eso fue muy satisfactorio. El teatro siempre es uno y el público también.
-¿Cuáles diría que son sus influencias o referentes en estos momentos?
-Tuve una muy buena experiencia con Andrés Wood en la película "Violeta se fue a los cielos", donde fui uno de los guionistas. Trabajar con él ha abierto mucho mi cabeza.
-A nivel internacional, me encanta Ai Weiwei; lo sigo lo más que puedo. Es bien inspirador. Ahora vi el video donde baila "Gangam Style", maravilloso. Por ahora voy a hacer "Escuela" lo mejor posible, espero que salga un poquito parecido a Ai Weiwei. Ese es mi sueño.
