Cultura/Espectáculos
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La ruta de Casablanca Entretención y variada comida

por:  La Segunda / Ana Rosa Romo R.
sábado, 24 de noviembre de 2012

Casa Botha fue construida por su dueños con materiales reciclados.


El buen tiempo invita a buscar lugares donde no sólo disfrutar de buena comida, sino también del entorno de la naturaleza.

El Valle de Casablanca, a pocos kilómetros de Santiago por la Ruta 68, ofrece variadas alternativas gastronómicas y de esparcimiento.

CENTRO DE ENOTURISMO

House Casa del Vino (Ruta 68, km. 61) . Fue el primer restaurante que se instaló en las viñas del Valle de Casablanca, hace diez años. En mayo de 2012 se reinauguró como un Centro de Enoturismo que combina restaurante, tienda de vinos, bodega didáctica a cargo del enólogo Sven Bruchfeld, sectores para pic nic y un quincho.

El restaurante puede recibir 150 personas y funciona de martes a domingo, de 12:00 a 17:00 horas

Definen su oferta como cocina regional chilena combinada con técnicas tradicionales y de vanguardia. La carta incluye pescados, mariscos; carnes y pastas.

El plato emblemático es el risotto negro de mariscos, cremoso arroz teñido con tinta de calamar y acompañado de una variedad de mariscos al ajillo.

COCINA DE ORIGEN

Restaurante Macerado (Avda. Portales 1685). Está en el Complejo Turístico Macerado, que pertenece a la familia Donoso Vásquez. El proyecto se inició con piscinas, camarines, quinchos, áreas de juegos para niños y canchas de voleibol con arena de playa. Un lugar ideal para celebrar todo tipo de eventos familiares y de empresas.

Pero el público sugirió un restaurante, que se instaló en 2006 con dos salones con capacidad para más de 60 personas, más su terraza, que ofrece vista a los jardines de la parcela.

Cristián Donoso Vázquez explica su estilo: "U

na cocina auténtica, de origen del Valle de Casablanca, que habla de la tierra y de lo que somos. Esto se facilita al tener nuestra propia huerta orgánica, que nos permite crear platos de acuerdo a la estacionalidad de los productos".

Entre los especialidades más solicitadas están: Pescado del día, acompañado de guiso de mote al parmesano, tres pimientos y un toque de crema; huachalomo curado al tomillo en cocción lenta al Merlot de Casablanca.

CHILENIDAD Y GASTRONOMIA

Puro Caballo (Fundo La Vega, Lagunillas). Este fundo, dedicado hace 80 años a la crianza de caballos, se abrió al turismo en 2002. Su concesionario, Germán Pumpin, señala que "nació con el fin de mostrar la chilenidad. Aquí se viene a disfrutar con las tradiciones huasas, el caballo y el rodeo chileno. Se hacen cabalgatas y también trekking".

El complemento es un restaurante para 250 personas abierto los fines de semana, de 12:00 a 18:00 horas, que ofrece "comida chilena de nivel superior", entre la que destacan pastel de choclo, costillar de cerdo a la parrilla y raviolones rellenos de pastelera en una salsa que nace del cocimiento de la plateada.

Estancia El Cuadro (Camino La Vinila km. 14, Casablanca). Desde 2009, la familia Meiss invita en su proyecto turístico a "una experiencia típica chilena, combinando una serie de actividades turísticas con una oferta gastronómica de buen nivel, en un entorno campestre", según cuenta Roberto Meiss.

La estancia tiene capacidad para recibir eventos de hasta 600 personas, de lunes a domingo de 10:00 a 17:00 horas.

El restaurante (lunes a domingo, de 12:30 a 17:00 horas) se caracteriza por la privilegiada vista hacia los viñedos y el valor único de su carta ($22.000 adultos / $8.000 niños), que incluye libre consumo de vinos, aperitivo, entrada, plato de fondo y postre.

De la propuesta que combina gastronomía internacional y típica chilena, los más solicitados son: el Tártaro de Salmón (mezcla de especias con salmón fresco, aceite de sésamo, jengibre fresco, hojas de cilantro sobre brunoise de palta hass, tomate confitado y almendras enfiladas); Dúo de filetes en Salsas (filete de cerdo en salsa de mostaza y filete de res en salsa de romero, acompañados con aros de polenta y panceta ahumada).

ESTILO ITALIANO

Casa Botha (Ruta 68, km. 63, Calle Local Casablanca). En enero de 2010, Carmen Panciera, italiana con un magíster en economía, hija de una dinastía de fabricantes de helados artesanales, y David Botha, sudafricano, ingeniero constructor de máquinas para minas, llegaron a Casablanca: "Nos encantó lo mágico del valle y el verde de las viñas. Construimos nuestra casa y el restaurante con maderas recicladas".

El local, con capacidad para 200 personas, atiende de martes a domingo, de 12.30 a las 17:30 horas. Se abre en la noche para cenas contratadas para más de 10 personas u otros eventos.

Su dueña destaca: "Es comida sencilla de alta calidad, al estilo italiano, inspirado en el campo chileno, más vino boutique del Valle de Casablanca".

Lo más requerido son los diferentes tipos de lasañas; gnocchi salmón vodka o gnocchi queso azul, raviolis de codornices, conejo con risotto a la parmesana y pescado de roca (de temporada).

 


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