Pernil con papas alemanas y repollo morado, del Tante Marlene.
La mayoría, por cierto, en manos de personas con ascendencia germana.
CULTURA ALEMANA
Tante Marlene (Vitacura 3269). Su dueño, German Kleinknecht, asegura que uno de sus objetivos es "preservar la cultura alemana y darla a conocer a través de la cocina".
Lleva cinco años en este empeño, en que además quiere establecer "que la comida alemana no es demasiado contundente y que tiene tanta o más diversidad que la cocina francesa".
En ese marco, ofrecen crudo alsaciano, pato a las finas hierbas y el muy especial pernil con papas alemanas y repollo morado.
Asegura que los mozos están muy capacitados para ofrecer y explicar cada una de las preparaciones.
Bavaria (Av. Las Condes 8392). Este es uno de tres restaurantes del mismo nombre en Santiago (además de Manuel Montt y Vitacura), a los que se suma un local de ventas de cecinas, congelados y platos preparados, más las franquicias en regiones desde Iquique hasta Rancagua.
El origen de esta empresa se remonta a 1964, cuando Olga Rist y Miguel Kast, inmigrantes alemanes, decidieron iniciar la fabricación de cecinas artesanales e instalaron un pequeño local de venta de sándwiches en el kilómetro 42 de la Panamericana 5 Sur.
Ahora, en la carta de sus restaurantes destaca como exclusivo la pierna de jamón Praga horneada, la que se prepara lentamente en hornos especialmente fabricados para ello.
Otras exquisiteces: Pernil, chuletas Kassler, vienesas Munich, costillar; todo con los típicos acompañamientos alemanes: Chucrut, repollo morado (Rotkohl) y puré de manzana.
UNA CARTA DE 60 AÑOS
Starnberg (Alonso de Córdova 2359). Empresa familiar de Felipe Mangini, su señora y su suegro, Fernando Guerrero Balde, quien era un cliente frecuente del restaurante Munchen, ubicado en Av. El Bosque. Cuando éste cerró, un grupo de sus trabajadores le propuso que abriera otro local con características similares. No era experto en el rubro, pero se entusiasmó y también su familia. Así nació -hace 10 años- Starnberg, con la misma carta del Munchen, que ya tiene 60 años, y el mismo mobiliario y personal, lo que en un comienzo también les aseguró la misma y nostálgica clientela.
Entre sus platos más requeridos: Tártaro (porción de carne condimentada con limón, cebolla, pepinillos dill, huevo y pimienta fresca) y Bratwurst (salchichas de fabricación propia con chucrut y repollo morado).
ESPECIALIDADES DULCES
Haussmann (Bernardo O'Higgins 394, Valdivia). La alemana Edith Doering fundó la cafetería, en 1959. Su hija, María Angélica Haussmann continúa la tradición en este local con capacidad para 30 personas, que abre de lunes a viernes de 8:00 a 21:30 horas.
En la repostería, se lucen con las recetas de la abuela como la torta Francisco José, la de ciruela, de naranja, de zanahoria, el strudel de manzana o el kuchen de nuez con crema.
Su plato símbolo es el crudo: Rebanada de pan de molde con carne cruda y cebolla con condimentos a gusto del cliente (limón, pimienta, ají, mostaza y una salsa con el secreto de la casa).
Las Alemanas (Panamericana Sur, km 27). En este mes de septiembre cumple 22 años el local creado por Karin Klausen y Silvia Kunze, cuya especialidad es la pastelería alemana.
"Nuestras recetas son de nuestros abuelos y nuestros ingredientes son todos naturales, no hay nada pre elaborado", dice una de las socias.
Atienden de lunes a domingo, todos los días del año (salvo el 18 de septiembre), de 10 de la mañana, a las 22:00 horas.
Son famosas sus tortas de biscochuelo, en sus variedades de: amapola, ciruela, chocolate y la más solicitada, de nuez ($24.000 para 20 personas)
También hacen tortas a pedido con decoración especial para niños.
En lo salado, su carta ofrece pernil y chuleta Kassler, entre otros platos típicos.
