Al principio fue un programa "experimental" en Vía X y luego derivó en presentaciones esporádicas en el Barrio Suecia. Ahora está más consolidado como un estilo de humor corrosivo que involucra al espectador a través de la experiencia personal y que figuras, como Remigio Remedy, Felipe Avello, Paulo Iglesias o Vanesa Miller, se están atreviendo a desarrollar.
Un hombre se da cuenta de que se acabó la juventud y debe aceptar trabajos ridículos para no morirse de hambre. Una mujer intenta enseñarles a las chicas -usando su experiencia personal- sobre el tipo de hombres que hay que evitar. Un actor asesina a un espectador y uno de sus colegas reconstruye la historia.
Estas son algunas de las historias que se están contando estas noches en bares y teatros santiaguinos. A diferencia del teatro tradicional, acá no hay compañías ni grandes equipos. Apenas un actor acompañado de un micrófono y un foco que atraviesa el polvo o el humo de cigarrillos. Es el stand up comedy, a la chilena.
Una costumbre neoyorquina que aterrizó en el 2005
El término empezó a circular con fuerza en Chile a fines de 2005, tomando como referencia los clubes de la Gran Manzana. Se estrenaba "SCA" (Sociedad de Comediantes Anónimos) en el canal Vía X, un experimento que por primera vez mostraba a comediantes chilenos replicando con efectividad un estilo inexplorado en el país. El formato, que significa literalmente "comedia de pie", era un estilo que a diferencia del contador de chistes tradicional tenía un elemento más cercano a la narrativa. Se trataba de contar una historia en primera persona, riéndose y exagerando las desgracias personales. Pero también se improvisa, se toman desvíos narrativos, se imita, se canta, se interactúa con el público hasta volver a la temática central.
Eso era lo que intentaban hacer gente como Sergio Freire , Patricio Pimienta o Jani Dueñas en las primeras temporadas del programa. Un año después comenzaron presentaciones en lugares como El Cachafaz o El Club Mist, del Barrio Suecia, mientras gente como José Miguel Villouta hacía talleres del género.
Precisamente, en ese último local hubo un histórico show donde Fabrizio Copano y Pedro Ruminot elevaron la apuesta del programa de televisión, haciendo un humor derechamente frontal. Copano, por ejemplo, habló de su nombre: "Sé que es un nombre extremadamente gay, de bailarín homosexual, pero ese es el nombre que eligieron mis papás. Estaban entre Indio y Fabrizio. Fue una decisión difícil en mi familia".
Ruminot habló de su experiencia en televisión: "El conserje de un edificio me decía: «usted es más fome que la cresta». Yo no les puedo decir qué hacer en su pega, pero ellos se sienten con el derecho de hacerlo conmigo. Y sólo porque me ven en la tele".
Ahí estaba el germen de lo que el 2007 -tras el fin del primer programa- pasaría a llamarse "El Club de la Comedia", actualmente uno de los grandes éxitos de Chilevisión.
Felipe Avello: "El término stand up es un gancho solamente"
Hay un truco al principio del show "El stand up de Felipe Avello " (todos los jueves y viernes de agosto a las 23 y 23:59, respectivamente, en el Teatro Alcalá). El protagonista reconoce que este show no es lo que se anunció y que "el término es un gancho solamente".
"Todavía es algo muy marginal. Por ejemplo en «El rey del show», el programa de Chilevisión donde se busca un humorista para Viña del Mar donde yo participo, muy pocos se aventuran con el stand up. Sigue primando el contador de chistes y la dupla de humoristas al estilo Dinamita Show, que responden a un humor muy simple", explica.
Porque para Avello no es tan fácil hacer stand up. "Tiene que ver con elaborar un reflexión sobre cierto tema y tener un punto de vista sobre algo. Y eso es mucho más que contar chistes, usando material que ya se ha escuchado y que se conoce".
Además, reconoce, en la mayoría de los casos no funciona. "Lo que pasa es que el stand up es antipático en el sentido de que el comediante se transforma en una especie de iluminado que va haciéndole al público ver cosas que generalmente no ve. Es incómodo eso. Entonces, lo que yo hago en mi show es decirle a la gente que muchos vinieron porque el término está de moda o esperan algo como lo que hacemos en «El Club de la Comedia», pero acá no vendré a hablarle de la diferencia entre hombres y mujeres o temas así, sino que contaré historias reales".
Así, la idea de narrar historias -como por ejemplo la de un asesino que mató a un espectador en el Teatro Alcalá, precisamente en la silla donde estará sentado alguien del público- es la que marcará la diferencia.
"Es algo más cercano a Truman Capote", explica Avello. "Como soy periodista, tengo esos tics para contar historias".
Que la comedia al estilo estadounidense todavía no funcione del todo en Chile se debe a varias cosas, según el comediante y panelista de "S.Q.P.".
"Por un lado está la cadencia del idioma, donde tal como sucedió en el rap al principio, el castellano que se usa en Chile todavía no encuentra la forma de narrar algo con la agilidad, sorpresa y economía de recursos que el inglés. Por otro lado está lo que se narra. Acá se ha convertido en algo así como «ya, hablemos de las despedidas de solteras», en lugar de armar un relato más complejo.
Gumucio: "Tiene poco que ver con nuestra tradición"
Rafael Gumucio , escritor y director del Instituto de Estudios Humorísticos de la Universidad Diego Portales, señala: "Es un gran género que tiene poco que ver con nuestra tradición. Los gringos viven predicando y entre predicadores. La religión de sus primeros colonos le daba una gran importancia a la predicación y al sermón que en muchos casos podía ejercer cualquier fiel. Nuestra religión no es así, ni nuestra forma de discursear es sincera ni cotidiana. Quizás por eso el stand up resulta un poco forzado entre nosotros. Para mi gusto, el mejor en esas artes es Felipe Avello, que hace un anti-stand up, aunque he escuchado otros también divertidos".
Para él, el stand up estadounidense como el francés tiene un tono de reivindicación social y politica que se está instalando en Chile.
"Veo en Freire, Ruminot y Copano, otro talento con muchas cosas por inventar, las ganas de ir hacia allá. El stand up es en el fondo el discurso de los que están entre la espada y la pared"
Las relaciones de pareja, todo un tema.
Quizás el stand up se ha chilenizado al centrarse en la mayoría de los casos en las relaciones de pareja. Como si el hacer comedia con eso respondiera a los pocos espacios públicos para hablar del tema, logrando una catarsis con el espectador que se verá reflejado en el monólogo.
Por ejemplo, El Cachafaz, del Patio Bellavista (Constitución 30 Local 94), está presentando "Guerra de sexos" todos los viernes a las 23:30. Allí la idea es que distintos comediantes comandados por Jorge Alis y León Murillo , van desarrollando rutinas en torno a la pareja, los quiebres, la infidelidad, los suegros, el desgaste o los engaños.
"A calzón quitado", en el Teatro Bellavista (Dardignac 0110), es protagonizado por la actriz y cantante Maida Larraín . Todos los viernes del mes a las 23:30, ella analiza, desde el punto de vista femenino, las crisis personales y la búsqueda de la identidad, mezclada con canciones y una alta interacción con el público.
Por otro lado, Vanessa Miller, en el Teatro Alcalá (Bellavista 87), continúa con "¿Cómo evitar enamorarse de un pelotudo?", los sábados a las 21 horas. Basado en el libro homónimo del uruguayo Marcelo Puglia, el montaje se burla de las relaciones de pareja, las malas decisiones que se toman y, por supuesto, los hombres pelotudos. La misma actriz lo define como "servicio de utilidad pública, un remedio a base de entretención, para reconocer y trabajar la pelotudez propia y ajena".
De Coco Legrand al formato "unipersonal"
Todos los cultores del stand up reconocen la influencia de Coco Legrand y sus monólogos. Aunque él nunca se ha reconocido cultor del género, hay ciertos rasgos -tono, guiones, recursos- que remiten a la comedia.
Bajo esta influencia, podemos destacar el trabajo de Paulo Iglesias y el espectáculo "No te olvides de sonreír", los sábados a las 22:45 en la Sala Neruda del Teatro Alcalá. En él, el comediante se pasea por los problemas del mundo moderno, la farándula, el estrés laboral y la política en un show que, en la mejor tradición del stand up está escrito por él mismo.
Pero, ¿podemos hablar de una verdadera moda del género?
Remigio Remedy tuvo varias dudas al momento de preparar su exitoso show "Hombre 100%", en el Teatro Bellavista (Dardignac 0110), los viernes y sábado a las 21 horas. De hecho, al principio se escucha una grabación donde, además de pedir que se apaguen los celulares, se explica que es un show que no tiene la profundidad necesaria para ser un monólogo. También que es demasiado local para llamarse stand up y muy actual para considerarse un café concert.
"Es que al ser un trabajo personal. se empieza a perder la definición", explica. "Si bien se habla de las pequeñas rutinas de la vida diaria, es mucho más que eso. Yo, al menos, lo defino como «casi un monólogo» o «unipersonal», como también le dicen. Pienso en lo que hace Coco Legrand. Quizá como él viajó por el mundo, empezó a agregar elementos del stand up a su rutina de contar chistes. A nosotros los actores nos ha venido muy bien este punto intermedio".
Para Remedy, la clave en estas rutinas es el dolor. Tal cual. "Porque el humor es un acto de inteligencia y cuando se va creando también hay crítica y el dolor de donde nace la experiencia a contar. Siempre se parte de algo doloroso y de ese conflicto nace el humor", explica.
Lo interesante de la opción es que, como decían los griegos, los problemas de los aristócratas son "drama" y los de los pobres "comedia". Y esta última es lo que conecta, si se habla desde "el chileno de a pie". Un concepto que engloba a la experiencia de vivir endeudado, con trabajos complicados, con problemas personales. "Yo hablo de eso, a partir de mi experiencia y empiezo a ser universal", dice Remedy.
