Cultura/Espectáculos
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Leo Caprile abandonó CHV, después de 11 años: "Si las promesas no se cumplen, duele"

El animador esperó infructuosamente proyectos para el 2012. "Esa situación se fue volviendo angustiante, desagradable y molesta", cuenta el exitoso locutor de Radio Corazón, que hoy lidera el dial con su matinal. Guardó silencio, hasta ahora, que lamenta: "Me vi privado de una despedida como Dios manda". ¿Y Olmué?: "Habrá alguien que pueda hacerlo, pero dudo que con el cariño que lo hacía yo".

por:  La Segunda / Nayive Ananías G.
miércoles, 27 de junio de 2012

Leo y María Luisa Godoy en el Festival de Olmué 2012.


Leo Caprile (52) está disfrutando el éxito de su espacio en el dial, "La Mañana de la Corazón", de Radio Corazón. Pero mientras arrasaba en el FM, tomó una drástica decisión: Dejar CHV, después de 11 años.

En diciembre, cuando se despidió del matinal "Gente como tú" junto a María Luisa Godoy, las relaciones con los ejecutivos se mantuvieron cordiales, ya que se suponía que evaluaban nuevos proyectos para él para este 2012. Se habló de un programa en marzo, se tanteaban fechas para un misceláneo, "que prometía ser muy interesante".

Todo se definió en mayo, cuando él puso las cartas sobre la mesa y preguntó a qué se debía tan larga espera.

Hoy, más sereno, Caprile cuenta a La Segunda las razones de su partida. Y no esconde su dolor.

-¿Qué pasó con esta desaparición de la TV, luego del Festival de Olmué y de ser jurado en Viña?

-Todo comenzó cuando le comuniqué a CHV que mi intención era ocupar mis mañanas en la radio (volvió a la Corazón, después de años en Radio Pudahuel). Y que, si no había otra alternativa, estaba dispuesto a dejar el canal porque quería probar y darme el gusto que estoy disfrutando ahora. Agradeciendo la posibilidad de haber trabajado en el matinal. Me ofrecieron quedarme en el canal y no pedí nada a cambio. Me dijeron que había un proyecto para mí, en marzo, hasta con día incluido. "Estamos muy contentos de que sigas con nosotros", me decían. Eso me relajó y sacrifiqué mis vacaciones... En el intertanto, no renovamos el contrato. Nunca hubo espacio para reunirnos y discutir ese tema, y comenzó a volverse agotador, latero, porque ellos contaban que yo estaba dispuesto a seguir, que perduraría eternamente.

-Después de mucho golpear puertas y de llamar por teléfono, recién la primera reunión se concretó en el Festival de Viña, muy a la pasada, improvisada en la Quinta Vergara, donde se me habló casi en las mismas condiciones de noviembre-diciembre. Renovaríamos el contrato mientras ajustábamos las nuevas condiciones. Esto se prolongó hasta mayo, cuando ya la situación era desagradable... Había una exigencia del público, que quería saber en qué estaba yo. Lo que más lamento es no haber tenido la oportunidad de decirle a la gente: "Señores, me voy de CHV". Me vi privado de una despedida como Dios manda.

-Ibas a seguir con otros proyectos...

-Era la palabra empeñada y no tenía por qué desconfiar de personas a las que quiero, conozco y que trabajé con ellas durante más de una década. Nuestra relación era franca, no teníamos ningún problema. Yo les creí, y ellos me creían también, si no, no hubiera durado 11 años en ese canal. Me pareció muy extraña la situación frente al público, justificando por qué no estaba, no me pareció saludable ese ejercicio... Pero lo soporté dignamente por lealtad. Puedo ser mejor o peor animador, podrán decir que soy viejo, malo, bueno, extraordinario, pero algo que no cambiará nunca es mi lealtad con las personas. Si fuese por hacer un berrinche, podría haber hecho un escándalo, pero no me parece justo con un canal que me acogió y donde desarrollé tantos proyectos exitosos.

-Vengo de la época en que el canal lo hacíamos a ñeque. Hay gente que se sacrificó para que el canal dejara de ser cuarto o quinto, de ser "Chulovisión" o "Pornovisión", llevarlo a un primer lugar. Y lo conseguimos... Todo lo que me pasó era muy extraño, porque es como querer mucho a tu pareja y no atreverte a condenarla públicamente. Esa situación se fue volviendo angustiante, desagradable y molesta. Soy un profesional y me debo respeto a mí mismo. No voy a aparecer jamás en un programa de farándula, haciendo un show con este tipo de cosas, porque no va conmigo. No me interesa hacer una pataleta, no quiero condenar a nadie, pero sí me quiero permitir este espacio para decir lo que me pasa ahora.

-Cuando conversaste con CHV y planteaste tu situación, ¿cuál fue la respuesta de la contraparte?

-La contraparte, nuevamente, cayó en una cosa difusa: "Que no sabemos, que vamos a esperar, veámoslo más adelante, te llamaremos en cualquier momento". Uno no está para esas cosas. Me debo respeto a mí mismo, a la gente que me sigue, a mi familia. Encontré que era penoso hacer un papel tan indigno. Definitivamente, lo mejor fue cortar, porque las cosas se entramparon y caímos en un problema en el trato, que no me dejó conforme. Esa es la única espina que pudiese tener... La gente podría pensar que me echaron, que soy malo, que no cumplí con las expectativas y no es así. Quiero decirle a la gente, con el cariño que le tengo a CHV, que ya no pertenezco a sus filas.

-Sí me gustaría destacar a Mario Conca (ex CHV, flamante Presidente Ejecutivo de Mega). Para ser justo, fue el único que contestó mis llamadas. Fue tremendamente cariñoso. Por eso él está dónde está ahora. Le agradezco la preocupación. La amistad va más allá de un contrato, de un sueldo, de un proyecto... En Mega le irá bien, porque quienes actúan bien siempre tendrán una buena estrella.

-Aparte de la rabia que debes haber sentido, ¿te afecta aún la forma en que se trató?

-Obvio, aunque es un tema superado, porque no vivo del cariño de un ejecutivo. Vivo del cariño de la audiencia. Y me preocupa estar distante. Tengo que estar en contacto con la gente y no puedo dar señales extrañas: "No se sabe dónde está Leo, ¿habrá robado?, ¿se habrá arrancado con el presupuesto de un programa?". Esa es mi preocupación, no que me reintegren.

-Había mucha gente que relacionaba esto con el accidente que tuve el año pasado (una quemadura), creían que estaba enfermo... Algunos me decían: "Usted se jubiló". ¡Jubilarse a los cincuenta y tantos es medio ridículo! Hoy, me dicen: "¿Dónde está ahora?". Muchos pensaban que me estaba reformulando para el segundo semestre. Debo explicarle al público que es probable que esto año no esté en la tele... Mi lealtad con CHV me mantuvo en silencio durante harto rato, ya fue suficiente.

-Todo esto duele mucho. Recuerdo algunos programas, cuando celebrábamos, había una mística que luego se cortó, y lo lamento... Ver que eso se cae, duele; si las promesas no se cumplen, duele. No pude decir públicamente: "Me voy con la frente en alto y voy a salir por la puerta ancha"... He visto compañeros que se han ido a trabajar a la competencia y hay despedidas. Yo no tuve nada. Eso me duele.

"No soy yo el indicado para decirle: Alcalde, me fui"

-¿Qué pasará ahora, que el hombre ancla del Festival de Olmué se fue de CHV? Quizás, habrá una complicación para el canal...

-Es una situación muy compleja, porque el Festival de Olmué representó una etapa fantástica de mi carrera. A Olmué le tengo un cariño entrañable. Yo jugaba en El Patagual cuando chico, a hacer festivales. Me encontré con un equipo extraordinario, partiendo por el alcalde, don Tomás Aranda, al que le comunico, lamentablemente, que no seguiré en la animación, e imagino cuánto le dolerá. No soy yo el indicado para decirle: "Alcalde, me fui"... Duele mucho dejar el festival, pero no puede perder su impronta. Todos somos reemplazables. No me cabe duda de que habrá alguien que pueda hacerlo, pero dudo que con el cariño que lo hacía yo.

-Es fuerte que el Alcalde se entere por este medio del conflicto, y no sea CHV el que avise...

-La verdad, no puedo calificar eso. A lo mejor CHV se lo comunicó... Estoy seguro, conociendo a don Tomás y a los concejales, que si se hubieran enterado ya me habrían llamado. De todas maneras, aprovecho de transmitirle el cariño y el agradecimiento por esta tremenda oportunidad, que nos permitió construir algo tan bello para el país. Me dolerá dejar Olmué, es un desarraigo. Con esta experiencia, uno aprende que los festivales no le pertenecen.

-En este período donde has debido reconstruirte, ¿han llegado ofertas de canales?

-Han llegado un par de propuestas, pero nadie tiene claro todavía si me fui o no, salvo algunos más intuitivos. Por respeto, creo que esperé el tiempo prudente o, tal vez, hasta se me pasó la mano y dejé pasar el tiempo. Lo importante es que sé que hay interés, que hay gente que está preocupada por mí. No voy a tomar la primera cosa que me ofrezcan, no es obligación buscar pantalla hoy. Volveré a la TV cuando me parezca prudente.

-Quiero aprender de esta experiencia. Yo había decidido, si era necesario, dejar la TV. Y también decidiré cuándo volver. Pero tengo que curar esta herida.

- Creo tener un buen prestigio. Y éste no se compra, no se pide prestado, sino que se trabaja, de frente, con dignidad y eso es lo único que pido para mí.

Idolo de las mañanas en Radio Corazón

Caprile hoy nuevamente lidera las mañanas, pero desde otra trinchera: Trabaja en Radio Corazón hace 6 meses, y conquista el dial desde las 8.00 horas con "La mañana de la Corazón". "Estoy cumpliendo un viejo sueño, que es hacer radio en grande. Asumí el compromiso de hacer un programa de 4 horas, tenemos cerca de 1 millón de auditores", señala.

"Hace 15 años que no hacía un matinal de radio, y la última vez fue en la Radio Nacional, donde llegamos a ser N°1 en AM. Es satisfactorio volver a un nicho que me dio tanto, que me permite proyectarme largamente en el tiempo... Es un desafío mayor, pero por algo llevo 32 años en radio. Es un justo premio para mi carrera".

A pesar de la desazón post CHV, Leo advierte: "No puedo pasar por mejor momento... Estoy haciendo lo que quiero, en la radio que más quiero y en el horario que quería. Estoy tremendamente feliz por algo que busqué por mucho tiempo".


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